Un 14% de la agricultura de las Islas Baleares es ecológica
06 de abril de 2011
Esto lo señaló Antonio Forss, uno de los técnicos del Consell Balear de la Producción Agraria Ecológica (CBPAE), quien ha apuntado que el grueso de este tipo de producción (en torno al 90%) se exporta a otros países, fundamentalmente nórdicos, en los que su consumo está más extendido entre la sociedad.
Forss indicó asimismo que en Mallorca la agricultura ecológica supone el 11,1% del global, mientras que este porcentaje se reduce al 2,7% en Menorca y es especialmente poco relevante (0,2%) en Ibiza y Formentera.
En el conjunto del archipiélago, actualmente se destinan a este tipo de agricultura un total de 28.028 hectáreas de la superficie dedicada al cultivo, según el registro del CBPAE a 31 de diciembre de 2010. Cabe señalar que este tipo de producción ha seguido una tendencia al alza en los últimos años. Así, en 2006 había inscritas 18.670 hectáreas; en 2007, 19.450; en 2008, 23.000; y en 2009, unas 25.500 aproximadamente.
En cuanto a los productores y elaboradores (transformadores de la materia prima en el producto final), a principios de este año había en las islas un total de 660 profesionales inscritos, 35 más que el año anterior. De éstos, 499 eran de Mallorca (377 productores y 122 elaboradores); 97 de Menorca (75 productores y 22 elaboradores); 61 de Ibiza (48 productores y 13 elaboradores); y tres de Formentera (un productor y dos elaboradores).
Por lo que al tipo de cultivo se refiere, el técnico balear afirma que en la mayor parte de la superficie se producen pastos y forrajes (unas 15.000 hectáreas); seguidos de los cereales y leguminosas (4.500 hectáreas); frutos secos (3.300 hectáreas); olivas (550); viñas (300); frutales (147); y hortalizas (100).
Bajo consumo
El técnico explicó de igual manera, que el consumo de los productos ecológicos es muy bajo en España, donde tan sólo representa en torno al 1% del total de los productos consumidos, frente a países nórdicos en los que este porcentaje oscila entre el 10 y el 15%.
Según Forss, esta poca penetración de los productos ecológicos en el mercado se debe en parte a que no hay unos canales de comercialización y distribución adecuados a ellos. Así, ha apuntado que la agricultura ecológica tiene una “filosofía de proximidad” en la que trata de vender productos locales de manera más directa que los convencionales, eliminando intermediarios para ello.