La Comisión Europea presenta el plan para la Política Agrícola Común a partir de 2013
19 de noviembre de 2010
Durante la presentación, el día 17 de noviembre, de la Comunicación, Dacian Ciolos, Comisario de Agricultura y Desarrollo Rural de la Unión Europea subrayó la importancia de lograr que la PAC sea “más respetuosa con el medio ambiente, así como más equitativa, eficiente y eficaz”. “La PAC no es únicamente para los agricultores –declaró– sino para todos los ciudadanos de la UE, como consumidores y contribuyentes. Por ello, es importante que diseñemos nuestra política de forma más comprensible para la opinión pública, explicando claramente los beneficios que los agricultores proporcionan al conjunto de la sociedad. La agricultura europea no solo debe ser competitiva desde el punto de vista económico, sino también desde el medioambiental”.
A lo largo de este año, la Comisión Europea ha organizado un debate público y una importante conferencia sobre el futuro de la PAC. La inmensa mayoría de las aportaciones han señalado tres objetivos principales para la PAC. El primero, una producción de alimentos viable (suministro de alimentos sanos y en cantidad suficiente a fin de contribuir a la seguridad alimentaria, en el contexto del crecimiento de la demanda mundial, la crisis económica y la mayor inestabilidad del mercado). El segundo, la gestión sostenible de los recursos naturales y la acción climática (los agricultores a veces han de anteponer consideraciones medioambientales a las meramente económicas, sin que el mercado compense los costes consiguientes). Y por último, el mantenimiento del equilibrio territorial y la diversidad de las zonas rurales (la agricultura sigue siendo un importante motor económico y social de los hábitats rurales, desempeñando un papel clave en el mantenimiento de la vitalidad del medio rural).
La organización de los fondos sería más equitativa, bajo criterios económicos y políticos
La Comunicación publicada hace referencia a los instrumentos futuros que podrían ser idóneos para así alcanzar mejor estos objetivos. En cuanto a los pagos directos, el documento subraya la importancia de proceder a la distribución y redefinición de las ayudas y a una mejor selección de sus destinatarios, sobre la base de criterios objetivos y equitativos de fácil comprensión para el contribuyente. Estos criterios deberán ser tanto económicos (teniendo en cuenta el elemento de ‘apoyo a la renta’ de los pagos directos) como medioambientales (reflejando el hecho de que los agricultores proporcionan bienes de interés general), y las ayudas se deberán orientar más hacia los agricultores activos. La organización de los fondos habrá de ser más equitativa, viable desde el punto de vista económico y político, incluyendo un periodo suficiente de transición para así evitar perturbaciones graves. Una opción consistiría en proporcionar un pago básico de apoyo a la renta (que podría adoptar la forma de un pago uniforme por región —y no de un pago a tanto alzado para toda la UE— sobre la base de nuevos criterios y con un límite máximo). A este se podrían añadir: a) un pago obligatorio de carácter medioambiental para la financiación de acciones adicionales (anuales) que vayan más allá de las normas básicas de condicionalidad (en relación con la cubierta vegetal, la rotación de cultivos, los pastos permanentes o la retirada de tierras por motivos medio ambientales); b) un pago a los agricultores de zonas con condicionantes naturales específicos (definido a nivel de la UE y complementario de los importes pagados en el marco de medidas de desarrollo rural), y c) un pago ‘asociado’ opcional con un límite máximo para formas de agricultura particularmente vulnerables (similar a la opción actual, introducida [conforme al artículo 68] en la revisión de la PAC). Un régimen de ayudas simple y específico fomentaría la competitividad de las pequeñas explotaciones agrícolas, disminuiría los trámites administrativos y contribuiría a la vitalidad de las zonas rurales.
En lo que se refiere a las medidas de mercado, tales como la intervención pública y la ayuda al almacenamiento privado, podría haber cierto margen para medidas de racionalización y simplificación; y posiblemente para la introducción de nuevos elementos destinados a mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria. Aunque estos mecanismos constituyeron los instrumentos tradicionales de la PAC, las sucesivas reformas han potenciado la orientación al mercado de la agricultura de la UE, reduciéndolos a una mera red de seguridad, hasta el punto de que las existencias públicas, prácticamente, se han eliminado. Es decir, en el año 1991, mientras que las medidas de mercado aún representaban el 92% de los gastos de la PAC, solo el 7% del presupuesto de la misma se destinó a estas medidas en el año 2009.
Alternativas para hacer frente a la variabilidad de los mercados y la inestabilidad de las rentas
Aunque la política de desarrollo rural ha permitido el fomento de la sostenibilidad económica, medioambiental y social del sector agrícola y de las zonas rurales, se ha pedido, con insistencia, que consideraciones medioambientales y relativas al cambio climático y a la innovación se integraran plenamente en todos los programas de forma horizontal. Se destaca la importancia de las ventas directas y de los mercados locales, así como de las necesidades específicas de los jóvenes agricultores y los nuevos productores. Así pues, el enfoque Leader, capaz de revitalizar el tejido económico y social del medio rural, se integrará a posteriori. Con objeto de aumentar la eficacia, se propone el paso hacia un enfoque más basado en los resultados, con objetivos cuantificados de forma eventual.
Un nuevo elemento de la futura política de desarrollo rural sería un conjunto de instrumentos de gestión de riesgos que contribuya a abordar mejor la incertidumbre del mercado y la inestabilidad de las rentas. Los estados miembros podrían disponer de opciones para abordar los riesgos en materia de producción y rentas: desde un nuevo instrumento de estabilización de rentas compatible con la Organización Mundial de Comercio (OMC) hasta un mayor apoyo a los instrumentos de seguro y a los fondos de inversión. Respecto a los pagos directos, se habría de proceder a una nueva asignación de fondos sobre la base de criterios objetivos, limitando, al mismo tiempo, una alteración significativa del sistema actual.
Los objetivos medioambientales y el cambio climático por encima del apoyo a las rentas y las medidas de mercado
La Comunicación presenta tres opciones para la orientación futura de la PAC, a fin de abordar estos importantes retos: 1) corregir las deficiencias más acuciantes de la PAC mediante cambios graduales; 2) lograr que la PAC sea más respetuosa con el medio ambiente, más equitativa, eficiente y eficaz; y 3) abandonar las medidas de apoyo a la rentas y las medidas de mercado y centrarse en los objetivos en materia de medio ambiente y cambio climático. Para cualquiera de estas tres opciones, la Comisión prevé el mantenimiento del actual sistema de dos pilares: un primer pilar (pagos directos y medidas de mercado, con normas claramente definidas a nivel de la UE) y un segundo pilar (que abarca medidas de desarrollo rural plurianuales, con un establecimiento del marco de opciones a nivel de la UE, pero dejándose la elección final de los regímenes a los estados miembros o las regiones en el marco de un sistema de gestión conjunta). Otro elemento común a las tres opciones es la idea de que el sistema futuro de pagos directos no puede basarse en periodos de referencia históricos, sino que deberá aplicarse en función de criterios objetivos. “El sistema actual proporciona diferentes normas para la UE-15 y la UE-12, que no pueden mantenerse más allá del año 2013”, insistió Ciolos durante la presentación. Asimismo, las asignaciones para el desarrollo rural se basan pues en criterios objetivos.