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Un centenar de personas acuden a la cita

La XVIII Jornada técnica de Poscosecha del IRTA pone en valor la investigación científica

Nina Jareño15/05/2019

Para analizar la situación de la poscosecha en 2018 y ahondar en las perspectivas de futuro, el IRTA celebró el pasado 9 de mayo su XVIII Jornada técnica de Poscosecha en el Fruitcentre de Lleida. Destacando la aparición de las enfermedades que más han afectado a la cosecha 2018, el IRTA ha señalado a la investigación como fuente de sanidad vegetal para el futuro.

La poscosecha de fruta está vinculada a los cambios de las condiciones de cultivo de las plantaciones frutales (el omnipresente cambio climático) y a las nuevas exigencias de los consumidores, tanto en lo referente a la calidad organoléptica de los frutos, como en lo que concierne al respeto medioambiental de su producción, que engloba incluso el uso sostenible de los materiales utilizados para su envasado.

En los últimos años, también están cobrando gran relevancia los esfuerzos realizados por la sociedad, las empresas productoras y la comunidad científica para reducir el desperdicio alimentario, que presenta un punto realmente mejorable a lo largo de los procesos implicados en la postcosecha de frutas y hortalizas.

XVIII Jornada técnica de Poscosecha del IRTA
XVIII Jornada técnica de Poscosecha del IRTA.

Los centros de investigación de todo el mundo están centrando sus esfuerzos en dar luz a estas cuestiones y desde el IRTA han querido divulgar algunos de sus trabajos, como el desarrollo de métodos para acondicionar el producto para su estado óptimo en el punto de venta, el estudio de los hongos fitopatógenos que están cobrando importancia en la poscosecha de la fruta, el desarrollo de nuevos equipos para detectar lo antes posible que puede haber problemas en la fruta que se está conservando en cámaras de atmósfera controlada o el estudio de las nuevas tendencias de la sociedad en cuanto a los requerimientos de los envases utilizados en nuestras frutas.

Análisis de la campaña 2018 en fruta de hueso

Elena Costa, del Programa Poscosecha del IRTA, presentó los datos de la campaña 2018 subrayando el aumento de la fruta de hueso en la zona de Lleida: “Aunque en sus inicios el 2018 parecía que iba a traer una buena cosecha, con precios óptimos, no ha sido así. El precio ha seguido siendo muy bajo y desde el veto ruso de 2014, hay tanto sobrestock de ciertas variedades que es muy difícil remontar las cifras”.

Para luchar contra ello y lograr buenos resultados para lo agricultores frutales, la Generalitat de Catalunya lanzó un Plan de Acción de la Fruta Dulce con un seguido de medidas que deben ayudar al sector y se espera que se empiecen a ver los resultados a finales de año.

Pero centrándose en 2018, la campaña ha estado marcada, en primer lugar, por el incremento de hongos: “Se ha dado un aumento de la incidencia de Monilina debido a las pedregadas en la zona del Baix Segrià, lo que ha dado como consecuencia un cambio en las estrategias de campo que han sustituido el uso de triazoles a estrategias ligadas a casas comerciales y al incremento de productos poscosecha”, señaló Costa.

Cambio en el perfil de hongo desde los últimos años: Monilinia, Rhizopus y Geotrichum. Fuente: IRTA

Cambio en el perfil de hongo desde los últimos años: Monilinia, Rhizopus y Geotrichum. Fuente: IRTA.

Asimismo, ha aumentado la incidencia de Rhizopus, que ya supone entre un 8 y un 12% de la incidencia total, y de Geotrichum, sobre todo en las líneas de confección: Ninguna de las 2 materias activas autorizadas en poscosecha (FDX y PYR) tienen efecto sobre este último hongo, que se instala en las superficies de la línea de confección: cintas, rodillos, donuts… La solución es la profilaxis a través del cloro, pero las limitaciones de su uso son cada vez más grandes y algunos supermercados ya están prohibiendo su aplicación al dejar residuos”.

Los defectos en piel han sido otro de los principales problemas, sobre todo debido a la incidencia del inking (daño mecánico que pone en contacto antocianos/pigmentos fenólicos con metales pesados) y del skin burning (daño que pone en contacto compuestos fenólicos con la enzima polifenoloxidasa).

El caso de la manzana y la pera

Aunque sea sorprendente, 2018 no ha sido un año de escalado en pera: “Durante el año se ha producido una disminución importante de la producción, sobre todo en las variedades de verano (ercolini, limonera, Williams/Barlet) debido a las lluvias en primavera, que afectaron a la floración y al cuajado”. Así, en Catalunya se produjeron 135.700 toneladas (un 10,6% menos que en la campaña anterior); en Aragón, 53.584 t (-18,3%); y en La Rioja, 56.000 (-1,6%).

Ante este panorama, se ha reducido el uso de imazalil como fungicida poscosecha ya que muchos supermercados vetaron su uso. Además, los podridos por Alternaria han sido el gran problema, “algo sorprendente por la reducida humedad relativa de la zona de Lleida”, aclaró Elena Costa.

Año histórico de producción de manzana. Fuente: IRTA

Año histórico de producción de manzana. Fuente: IRTA.

En mazana se ha dado un récord histórico de producción en Europa con 12.611.000 toneladas. “Lo más demandado ha sido la desverdificación en manzana Golden ya que se buscan manzanas firmes y amarillas. Para lograrlo, los protocolos actuales están basados en aumentos de temperatura y tiempo, lo que penaliza firmeza. Por ello, recomendamos que la maduración no se realice en palot sino en caja y así evitar la aparición de hongos y deshidrataciones”.

El futuro de la poscosecha

Para Elena Costa, el futuro pasa por aumentar la conservación de la fruta de hueso, ya sea a través de sistemas de atmósfera controlada o definiendo las variedades que tienen menor incidencia de daños internos para poder realizar exportaciones a media y a larga distancia.

Pero para ello, es necesario controlar las enfermedades actuales. Carla Casals, del Programa de Poscosecha del IRTA quiso resaltar la aparición de Geotrichumspp y Rhizopusspp como patógenos que afectan a la fruta de hueso en los últimos años: “Aunque sabemos que los químicos que controlan Monilia pueden controlar Rhizopus, con Geotrichum es más complicado. Las prácticas culturales y las buenas prácticas de profilaxis mejorarían, sin duda, el control de los 3 hongos”.

En el caso de manzana y pera, la Alternaria es la enfermedad que más afecta y los químicos para su control se aplican en el campo: “Tanto en fruta de hueso como en manzana y pera, existe poca información de los hongos que las están afectando en relación a su epidemiología y queremos adentrarnos en su investigación”, aseveró Casals.

Tendencias sociales en envases para fruta

Anna Pallí, coordinadora de Desarrollo Estratégico de IRTA, explicó que la tendencia ‘plastic free’ está abarcando todo el mercado del packaging alimentario: “Hay una conciencia social sobre el impacto ambiental del plástico que está transformando la forma de presentar los alimentos a base de materiales biodegradables. Esto hace necesario educar a los consumidores sobre cómo algunos envases pueden ayudar a prevenir el desperdicio alimentario ya que, por ejemplo, el film transparente de los pepinos puede alargar su vida útil hasta 15 días”, afirmó.

La reducción del desperdicio alimentario es otra de las grandes tendencias debido a la preocupación social que genera el hecho de que actualmente se desperdicia casi el 45% de frutas y verduras que pueden consumirse: “Aproximadamente un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o derrochan, lo que conlleva un coste asociado de los residuos alimentarios en la UE de más de 143 billones de euros. Para evitarlo, se están creando oportunidades para las marcas de frutas y hortalizas que promueven la reducción del derroche y las credenciales éticas de sus productos como, por ejemplo, la promoción de la venta de frutas imperfectas o la creación de envases que mantengan la fruta ‘fresca’ más tiempo”.

Creciente preocupación social por el desperdicio alimentario. Fuente: IRTA
Creciente preocupación social por el desperdicio alimentario. Fuente: IRTA.

En tercer lugar, la conveniencia es de gran relevancia ya que los consumidores quieren aumentar la ingesta de frutas y verduras. Según algunas proyecciones, el 33% de los productos mundiales de frutas y hortalizas ya responden a esta demanda: “El snacking es una tendencia que se intensifica sin parar, así como los productos específicos para necesidades especiales.

La seguridad alimentaria y la transparencia se coloca en cuarto lugar debido al aumento de consciencia sobre el impacto del consumo: los compradores quieren saber el origen y los métodos de producción de cada pieza y demandan una mayor transparencia a toda la cadena de producción y distribución: “El Blockchain se presenta como una tecnología ideal ya que se trata de una cadena de blocs que consta de una base de datos distribuida en la que una vez entra la información, es muy difícil su modificación”.

Por último, los nuevos modelos de comercialización de fruta apuntan hacia la compra online pues se espera que en 2030, la venta online de frutas y verduras sea ya el 7% del total.

Empresas o entidades relacionadas

Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentària - IRTA

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