Las mujeres exigen inversiones en telecomunicaciones para el medio rural
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur) aprovechó su participación en una jornada sobre digitalización organizada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), para exigir inversión en infraestructuras para el medio rural a las empresas de telecomunicaciones. “A estas grandes compañías no les importa poner trabas a nuestros derechos de expresión e información, a la comercialización de nuestros productos o a nuestra entrada en el mercado laboral. Sencillamente, no les importamos”.
Buscar trabajo, hacer un curso, consultar la actualidad, compartir una opinión política o encontrar el amor. “La mayor parte de lo que antes hacíamos en las plazas de nuestros pueblos se hace ahora a través de las pantallas”, afirmó Teresa López, presidenta de Fademur.
“El problema es que se han olvidado de ofrecer este servicio en amplias áreas rurales y esto repercute en la calidad de muchos derechos fundamentales”. Fademur considera esto muy preocupante porque agrava el despoblamiento rural. “Cuantos más servicios y derechos perdamos en los pueblos, más población perderemos. Luego nos dicen que no merece la pena invertir en nosotros porque somos pocos, como si ser pocos restase derechos. España tiene que salir de esta espiral que solo nos lleva al abismo”, sentenció López.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) recogió en su Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares de 2018, una diferencia de hasta 10 puntos entre el acceso a Internet en las capitales de provincia y ciudades de más de 100.000 habitantes y aquellos municipios con menos de 10.000.
Pero la falta de acceso a Internet en los pueblos queda patente en otros estudios igual de alarmantes. Según el Informe sobre Banda Ancha de la Secretaría de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda digital, el 60% de los municipios rurales está en una “zona de sombra”, lo que significa que no tiene conexión por banda ancha o esta es muy defectuosa o cara.
Y es en estas “zonas de sombra” donde las mujeres sufren las peores desigualdades por su condición de rurales. López recordó que “somos nosotras las que vemos más silenciada nuestra voz y menos visibilizados nuestros problemas. No tenemos acceso a los altavoces tradiciones y sin herramientas como las redes sociales, no podemos alzar nuestra propia voz”.
Pero, además, López quiso señalar otro ámbito en el que la falta de Internet supone un gran impacto en la vida e independencia de las mujeres: el laboral. Las mujeres del mundo rural son uno de los grupos con mayor tasa de desempleo en nuestro país (superior al 42%). Por ello no es casualidad que en los pueblos, el 54% de los proyectos de emprendimiento están impulsados por mujeres frente al 30% en las ciudades. “Un dato muy significativo de que este desempleo no es buscado”. Y concluyó: “las dificultades para acceder a la red también perjudican el éxito de sus proyectos”.