Nueva metodología de evaluación desde el campo hasta el final de la cadena de valor
El proyecto Diverfarming, financiado por el Programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, desarrolla una metodología de evaluación económica que integra desde la producción cultivo en campo hasta el final de la cadena de valor.
Diverfarming es un proyecto dentro del reto de 'Seguridad alimentaria, agricultura y silvicultura sostenibles, investigación marina, marítima y de aguas interiores y bioeconomía'.
El cambio de paradigma planteado por el proyecto europeo H2020 Diverfarming se sostiene sobre las herramientas que la diversificación de cultivos y las prácticas de manejo de bajos insumos aportan al sector agrícola europeo en la lucha contra los efectos negativos que ponen su estabilidad en jaque: degradación y pérdida de suelos, descenso de la biodiversidad o bajo rendimiento de las cosechas y sus repercusiones socioeconómicas en el sector.
La necesidad de rentabilizar y valorizar la diversificación de cultivos en términos económicos es crucial para la sostenibilidad del sector y de los agricultores que lo conforman. De ahí que un grupo de trabajo de Diverfarming (WP8) se encargue de la evaluación económica a nivel de finca y de cadena de valor, en busca de alcanzar el aumento de ingresos y la mejor organización de la cadena de valor con la intención de rentabilizar económicamente el sistema de cultivo elegido.
El grupo de trabajo, compuesto por personal de las universidades Politécnica de Cartagena, Tucsia (Italia) y Portsmouth (Inglaterra); y liderado por el instituto de investigación finlandés Luke ha desarrollado una metodología de investigación que permite evaluar económicamente los diferentes casos de estudio que se ensayan en el marco del proyecto y los futuros diseños de sistemas diversificados que los agricultores adopten en sus fincas.
Este documento incluye una serie de pautas que, a partir de los datos recogidos por otros grupos de trabajo en los ensayos de campo, permitirán la integración de los resultados obtenidos del análisis de las partes interesadas, el análisis económico a nivel de granja y a nivel de la cadena de valor y el estudio de los costes y beneficios de ‘no mercado’.
¿Qué aportan los sistemas diversificados de cultivo?
Buscando responder a esta cuestión, a nivel de finca se estudia la eficiencia de la diversificación teniendo en cuenta parámetros como los de cosecha, uso de fertilizantes, plaguicidas, maquinaria, labor y margen bruto. Se utiliza como unidad de medida la cantidad de recursos usada por hectárea y se obtiene la información a través de hojas de recolección completadas por agricultores e investigadores. Además del uso total de inputs a nivel de finca, se tendrán en cuenta las elecciones de cultivo, tipo de diversificación y manejo por parcela. Por último, a nivel de cultivo se recogen datos de rendimientos de cultivo según cantidad y calidad.
A nivel de cadena de valor se medirá el incremento del valor añadido relacionado con el cultivo, la logística y las fases de procesamiento en las diferentes vías a través de las cuales se da salida a los cultivos: alimentación, pienso para animales o productos industriales. Así se podrá conocer en qué casos las prácticas de diversificación contribuyen a cambios en el valor del producto o en la cuota de mercado, aparición de nuevos mercados o formas de vender más sostenibles.
En cuanto a la valoración de los elementos de ‘no mercado’ implica cuantificar diversos valores sociales que no están directamente involucrados en la finca o en la cadena de valor. Se trata de parámetros sociales y medioambientales que afectan tanto al mercado como al bienestar humano. A través de la aproximación a los servicios ecosistémicos se miden los beneficios que la población obtiene de la naturaleza, como es el alimento, las materias primas, el secuestro de carbono, la polinización o el turismo y cómo la diversificación de cultivos aumentaría la cantidad de estos beneficios, teniendo en cuenta que la biodiversidad es esencial para la sostenibilidad de los ecosistemas.
Entender el valor económico de estos servicios, al igual que poner en el centro del debate la comparación económica entre los sistemas de monocultivo convencional y los diversificados ayudará a los encargados de gestionar las políticas agrícolas y medioambientales a tomar decisiones más adecuadas a la situación actual. En ese ámbito es en el que espera incidir esta nueva metodología.