Bayer promueve el conocimiento científico entre técnicos y productores en su I Foro del Caqui
El caqui se ha convertido en uno de los cultivos que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años en España. En la actualidad hay más de 6.000 agricultores productores de esta fruta. Según datos de la Denominació d’Origen Protegida Kaki Ribera del Xúquer, en 2010 se producían 12 millones de kilos de caqui en España, en 2015 la cosecha superó las 240.000 toneladas y la mayor parte de esta producción se exporta. En total, el año pasado la exportación superó las 160.000 toneladas estando presentes en 48 mercados. Una de sus principales ventajas es el elevado precio que alcanza este producto en destino, sobre todo en los mercados exteriores.
Para debatir el futuro de este producto, la división Crop Science de Bayer ha celebrado el I Foro del Caqui en el que han participado cerca de 300 productores, investigadores y técnicos de toda España. Este encuentro busca potenciar la transferencia tecnológica entre la sociedad científica y los agricultores. El foro estuvo dividido en seis bloques temáticos alrededor de este fruto: Entomología, Patología, Maquinaria, Mercados-Exportación, Variedades y Soluciones Bayer.
Alberto Urbaneja, coordinador del centro de protección vegetal y biotecnología del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) abrió el bloque dedicado a la entomología hablando sobre la ‘Puesta a punto de un programa de gestión integrada de plagas en caqui’. En el transcurso de su charla explicó los últimos avances en el programa de gestión integrada en este producto en el que está trabajando actualmente el Ivia. Urbaneja aprovechó el foro para lanzar el portal www.gipcaqui.ivia.es, un portal desarrollado en colaboración con la Cátedra Bayer y que recogerá todas las novedades en el desarrollo de este programa.
Francisco Beitia, investigador científico del Ivia habló de las ‘Especies de cotonets presentes en caqui e importancia de su correcta identificación’, en el cual señaló que el fuerte incremento en la producción de caqui en los últimos años ha venido, desgraciadamente, acompañado del aumento en las plagas que le afectan. Asimismo, señaló que dentro de sus investigaciones, recientemente han detectado una nueva plaga Delotococcus Aberiae, que puede incluso crear problemas a los exportadores.
Vicente Dalmau, jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana, habló de las nuevas plagas en el cultivo del caqui, como la mosca blanca, y las alternativas a su control. Afirmó que esta plaga, que chupa la savia y debilita el árbol a la vez que genera negrilla y por lo tanto rebaja la calidad comercial del fruto, empezó a ser un problema en 2015.
En el bloque destinado a patología, Antonio Vicent, investigador del Ivia habló de las principales enfermedades fúngicas del caqui y apuntóo algunas estrategias de control de las mismas. Como conclusión, señaló que aunque la situación fitosanitaria del caqui en España es óptima comparada con la de otros países, su expansión incrementa el riesgo de introducción de nuevas enfermedades. Por ello, aseguró que la responsabilidad es la mejor aliada en este caso.
Por lo que respecta al bloque de maquinaria, Patricia Chueca, investigadora del Centro de Agroingeniería del Ivia, departió sobre ‘la Mejora de la eficiencia de los tratamientos fitosanitarios en el caqui’. En este contexto, destacó que esta eficacia dependerá en gran medida de las condiciones meteorológicas, del estado evolutivo de la plaga y de los equipos de aplicación. Centrándose en los equipos de aplicación, resaltó la importancia de la calibración del equipo (velocidad de avance, presión adecuada, número y orientación de las boquillas o selección del caudal del aire).
En España se produjeron en 2015 cerca de 240.000 toneladas de caqui. Para 2020 se espera que esa cifra suba a las 650.000 toneladas. El principal reto que se presenta, según Rafael Perucho, gerente de la Denominació d’Origen Protegida Kaki Ribera del Xúquer, “es hacer que la comercialización crezca al mismo ritmo que la producción”.
Lo que está claro a día de hoy, es que para la gran mayoría de los consumidores que lo conocen, el caqui es un producto bueno o muy bueno. Casi el 80% lo compra por el sabor y casi el 90% está dispuesto a repetir la compra. El mayor problema es el desconocimiento de esta fruta. Así por ejemplo, en Alemania, el principal mercado exterior, solo el 30% de los consumidores lo conocen y de este porcentaje, el 50% lo compran. En España el conocimiento llega al 60%.
Francisco Borrás, subdirector general de Anecoop, señaló que el caqui es un producto que, en general, a nivel internacional, se exporta poco. España es la excepción ya que el 70% de la producción se vende fuera, gracias a Persimon. Una marca propia de la D.O. protegida Kaki Ribera del Xúquer que ha llevado al caqui a convertirse en la fruta del otoño. Asimismo, señaló que con mucha frecuencia, cuando esta fruta entra en el hogar, es para quedarse. Ante la avalancha de producción que se espera en cinco años, Borrás identificó una serie de medidas que permitan gestionarla con eficacia: segmentar las calidades, diversificar las presentaciones, consolidar una campaña de cinco meses y abrir nuevos mercados.
En cuanto a Marisa Badenes y Mar Naval centraron su exposición sobre las variedades del caqui. Badenes señaló que en la actualidad el Ivia está trabajando en dos estrategias para incrementar el número de variedades para limitar la dependencia actual de una sola variedad, la Rojo Brillante. Por un lado, lograrlas a través de fruta no astringente que conviva con la variedad Rojo Brillante y por otra mejorar genéticamente esta variedad para lograr otras que sean más tardías o más tempranas. Naval departió sobre alguno de los problemas actuales de este cultivo como la salinización del suelo o la polinización cruzada que puede producir semillas en el fruto y por lo tanto disminuir su valor comercial.
Por último, Santiago Cerdá, jefe de Cultivo de Frutales de la división agrícola de Bayer, habló de las nuevas soluciones en las que la compañía está innovando para dar respuesta a las necesidades de estos productores como el insecticida Movento, el fungicida Flint o el fitoregulador Fruitel.