Entrevista a Xavier Miarnau, investigador del IRTA
El almendro ha pasado de ser el 'cultivo de moda' a un 'cultivo de futuro'. Así lo considera Xavier Miarnau, uno de los principales investigadores en almendro en España, quien pronostica que en la próxima década se puede multiplicar incluso por tres la producción en nuestro país. Para ello resulta fundamental un cambio de paradigma, en el que almendro pase de ser un cultivo de secano a ser un cultivo frutícola de regadío más. Los importantes programas de mejora de los últimos años han de ir acompañados además por una correcta elección y también por un cambio en el modelo productivo.
España es actualmente el tercer productor mundial. ¿Qué posibilidades tiene de aumentar su producción de una forma significativa?
Actualmente se están plantando entre seis y ocho millones de plantas al año, la mayoría de ellas en regadío, con unas densidades aproximadas de 300 árboles por hectárea y eso significa unas 20.000 ha de cultivo nuevo cada año. Resulta evidente que estos árboles necesitan su proceso de crecimiento productivo y será dentro de una década aproximadamente cuando se produzca un salto significativo de la producción, que puede multiplicar por dos o incluso tres la actual, siempre que se mantengan las actuales condiciones climáticas. En números totales significa que en 2025 la superficie cultivada de almendro se podría incrementar entre 100.000 y 150.000 ha, y la producción de 50.000 a casi 150.000 t de grano.
¿Hasta qué punto dependerá de que los precios se mantengan en los niveles actuales?
El incremento de precio de los últimos años se ha debido a la falta de oferta, pero en el momento que esos precios son exagerados el consumo también se resiente, al igual que también la industria procesadora porque las mermas son muy costosas. Un 10% de mermas con precios de 8€ significa casi un euro de pérdida por kilo, y aunque haya margen por los subproductos los procesadores prefieren precios inferiores y más estables. Por otro lado, el consumidor puede soportar el salto de 3 a 6 € pero no el de 6 a 9 €, es decir, que el recorrido lógico es que los precios se acaben modulando en torno a los 5-6 €.
¿Por qué ha aumentado la demanda?
¿Cómo está distribuido actualmente el mapa productivo del almendro en nuestro país? ¿Sufrirá cambios importantes en un futuro próximo?
La almendra se ha producido casi toda la vida en el litoral español (Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía Oriental) como un tipo de cultivo de secano de subsistencia. Llegó un momento en que pasó a ser de regadío y consecuentamente a trasladarse su producción a regiones de las cuencas de los grandes ríos. Actualmente el límite lo tenemos en la floración debido a las heladas, pero con las nuevas variedades nos hemos permitido el lujo de introducirnos en zonas más frías. En este sentido Andalucía, y el Valle del Guadalquivir concretamente, se convertirá en la zona de mayor producción por su disponibilidad de suelo, agua y donde climáticamente el ciclo de cultivo es mucho más amplio. Esta zona, junto al Valle del Guadiana y el sur de Portugal, son las regiones con más potencial en el futuro de la producción del almendro en la Península Ibérica. La zona de Levante quedará limitada por la falta de agua y en la zona del Valle del Ebro seguirá habiendo una mayor diversificación de cultivos.
¿En qué nueva tipología de variedades se está trabajando?
Los nuevos programas surgen para conseguir una floración más tardía, campo donde aún queda cierto recorrido, resistencia a heladas o la polinización cruzada, además de crear variedades que fuesen más productivas, tolerantes a enfermedades o de fácil poda. Ahora lo que se busca además son variedades que mejoren la calidad, como por ejemplo un mayor contenido en aceites, o características concretas del fruto para satisfacer las necesidades de la industria. El motivo de buscar nuevas variedades extra-tardías es conseguir una mayor productividad, para que a pesar de que florezcan en abril sean igual de competitivas que las variedades actuales.
¿Cómo se puede mejorar en la elección de las variedades? ¿Los productores son realmente conscientes de la importancia que tiene una correcta elección?
¿Los nuevos modelos de producción intensivos o superintensivos que se están imponiendo cuentan con algún inconveniente?
Además de las variedades, el auténtico cambio de paradigma es el agua. En el momento que pasamos el cultivo a regadío y comenzamos a cubrir sus necesidades fitosanitarias y de fertilización ya estamos multiplicando la producción por diez o incluso por veinte. Ese fue el cambio que hizo Estados Unidos. Después habremos de observar si ese cambio de paradigma se adapta al cambio de escenario del cambio climático global. La falta de agua hará que se tengan que buscar volúmenes óptimos con estrategias de riego deficitario o gestionar el árbol con podas no tan mínimas. La clave está en el cambio de paradigma de un cultivo marginal de secano a un cultivo frutal. De hecho, Estados Unidos sigue utilizando variedades clásicas autoestériles de floración precoz y son los primeros productores mundiales.
¿Qué aspectos quedan aún por investigar en almendro?
Aunque no lo parezca se ha avanzado mucho en la investigación en almendro. Estados Unidos nos lleva mucha ventaja en investigación. Quizás sea en el terreno de la fertilización donde menos se ha profundizado, pero solo hace falta aplicar las necesidades estudiadas por otros grupos de investigación. En la actualidad disponemos de la tecnología base, pero gran parte de ella aún no se ha implementado.
