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Criar cerdos como vacas, al aire libre, el sello de dpagès

Rosa Matas17/04/2025
Cerdos tomando el sol, pisando nieve, mojándose con la lluvia o recibiendo duchas de agua fría en verano. En su granja ecológica de Olius, en Lleida, Marta Borrás y Martín Ezpeleta tratan a sus cerdos como si fueran vacas en ganadería extensiva. Elaboran y comercializan carnes y embutidos, con su marca, dpagès, para clientes fieles, algunos, restauradores con estrella Michelin.

De pequeña, Marta Borrás jugaba con muñecas y también con camiones en los que cargaba cerdos, imitando a su padre, al que en sus veranos de estudiante ayudaba en la granja pinchando vacunas, asistiendo partos y en otras tareas. Ella y su pareja, el argentino Martín Ezpeleta, ingeniero agrónomo como ella, han apostado por instalar en su pueblo, Olius, en la comarca leridana del Solsonès, una de las primeras granjas ecológicas de cerdos de Cataluña. Alquilaron una pequeña instalación que han rehecho adaptándola a la producción ecológica. Los animales pueden moverse libremente entre la zona cubierta y la del aire libre, tienen cama de paja, pueden mojarse si llueve, pisar la nieve en invierno y en verano, cuando el calor es intenso, recibir duchas de agua fría para refrescarse.

Su padre, ganadero de producción convencional, ha sido el referente de Marta. Pensaba que se quedaría ayudándole en su negocio, pero el máster en Sanidad y Producción Porcina en la Universitat de Lleida le cambió la vida al cuestionarse la alimentación y el bienestar animal en el engorde convencional.

Marta Borrás y Martín Ezpeleta
Marta Borrás y Martín Ezpeleta.

Otra forma de cría

“Martín y yo queríamos hacer un proyecto juntos y decidimos apostar por el porcino trabajando de otra manera, criando cerdos como se crían las vacas de ganadería extensiva. Tenemos que comer carne y queremos que el animal pueda tener bienestar al aire libre, con los tiempos de producción más lentos, sin apretar mucho a las cerdas, manteniendo los lechones con sus madres más tiempo”, explica Marta. “Estábamos convencidos de que otra manera de criar cerdos era posible y vimos que la producción ecológica encajaba. Tenemos cincuenta cerdas en ciclo cerrado. En nuestra granja los cerdos están en las condiciones más cercanas posibles a las de su hábitat natural”, agrega.

Suele contar cómo les emocionó a los dos al primer parto en libertad en su granja, al ver como la cerda se hizo su nido, de manera armoniosa, al ver su seguridad preparándose para parir. “Creemos que el sistema no respeta el animal en su instinto, no entendemos por qué se han desarrollado sistemas en los que una vaca vive al aire libre en una pastura y en el campo y en el cerdo no se ha hecho”, añade Martín.

Corría el año 2014, en Cataluña había pocas experiencias de ganadería porcina ecológica. Viajaron a Alemania, conocieron ganaderos y se convencieron de que su idea tenía porvenir. Martín dejó el trabajo en una empresa de ingeniería especializada en grandes proyectos como el regadío del Canal Segarra-Garrigues o instalaciones de plantas de energía solar para iniciar con Marta un proyecto personal y profesional.

“Nacimos de la necesidad de creer ciegamente que la producción porcina, tan arraigada en Cataluña, podía dar un giro de calidad y tomar un sentido más responsable, más sostenible, más seguro y más justo para todos. Ser ecológicos y trabajar en ciclo cerrado con una trazabilidad incontestable es, para nosotros, la eclosión de nuestra filosofía”, afirman en su página web. Once años después del inicio de su aventura, diez personas trabajan en su proyecto que sigue creciendo. Tienen la intención de elaborar sus propios piensos.

Un ejemplar de raza Gascón en la explotación ecológica dpagès
Un ejemplar de raza Gascón en la explotación ecológica dpagès.

Raza Gascón

Su granja es una de las pocas certificadas de producción ecológica. Son los únicos en Cataluña que crían cerdo Gascón, una raza ibérica rústica, de la familia de los ibéricos, en peligro de extinción. Hay algunos núcleos en la región Midi-Pyrénées, en Francia. Es un cerdo de capa negra, con un ligero pelaje que no se caracteriza por índices productivos altos que tiene una rusticidad que se adapta muy bien a las condiciones de cría ecológicas del que valoran “que tiende a infiltrar muy bien la grasa por lo que la es tierna y sabrosa”.

“Lo incorporamos en nuestra granja hace diez años. Empezamos y poco a poco. Hemos ido repoblando la granja y ahora el 100% es Gascón. Estamos haciendo un cerdo de una raza única con unos índices productivos que un productor de cerdo convencional diría que es malísimo porque no produce lo que un cerdo blanco, pero que a nivel de carne es otra cosa. Y por eso nos busca la restauración de alta gama. Nos buscan y quieren trabajar con este cerdo porque es una carne totalmente diferente”, explica Martín.

El padre de Marta había trabajado con el cerdo Gascón porque habían tenido un socio francés que tenía que tenía una cabaña de esta raza. Cuando Martin y Marta empezaron el proyecto aún le quedaban algunos. Se quedaron cinco cerdas. “Decidimos optar por un animal poco seleccionado genéticamente, muy rústico, muy duro para vivir al aire libre en el Pirineo y las condiciones en las que vive en nuestra granja”, recuerda Martín.

Tienen un macho Gascón con el que cubren las cerdas para hacerse la auto reposición. Todas sus madres son de raza Gascón puras pero para el sacrificio cruzan Gascón y Duroc para intentar que las carnes sean menos grasas. Sus cerdas tienen dos partos al año y una vida más larga que en la producción convencional, algunas las han llegado a tener a cinco años.

Están dos meses con sus crías lactando. “El lechón inmunológicamente está mucho más preparado para para asumir todo lo que se le viene, no tenemos necesidad de utilizar ni medicamentos, ni aditivos, es un punto fuerte desde el punto de vista sanitario, en la productiva, es un sobrecoste”, afirma Martín.

Ejemplares de la granja ecológica de Olius (Lleida)
Ejemplares de la granja ecológica de Olius (Lleida).

Producción ecológica

En el otro lado de la balanza, en la de los costes, está la alimentación a base de piensos ecológicos con cebada, avena, trigo y guisantes. Es más cara que la convencional. No utilizan soja.

En su granja no hay juguetes de enriquecimiento. Los animales juegan con la paja. Tampoco purín. “Lo que tenemos es estiércol, las excreciones se mezclan con la paja, nos lo recoge un productor de cereal ecológico. Al ser ecológico las medidas son más restrictivas que en producción convencional, pero podemos llegar a tirar hasta 170 kilos de nitrógeno por hectárea al año”, aclara Martín.

Cuando empezaron, su idea era criar cerdos ecológicos y venderlos al matadero, pero las cuentas no les salían. La única manera de rentabilizar tanto esfuerzo era sacrificar y vender directamente la carne. La aventura se complicó un poco más.

Cada semana cargan los cerdos en su propio remolque los llevan al matadero de Avinyó, en la comarca barcelonesa del Bages. Desde su pueblo llegan en 50 minutos.

“Lo estamos haciendo muy bien a nivel de producción y de granja, queremos hacerlo igual de bien en el tramo de la granja al sacrificio, el transporte es un movimiento delicado donde el animal tiene que tener el estrés mínimo porque luego afecta la calidad de la carne” relata Martín.

Cada domingo llevan cerdos al matadero. El lunes los recogen sacrificados, en canal, en un camión refrigerado y los trasladan a su obrador de Solsona, donde despiezan la carne y elaboran el embutido fresco, curado o cocido. También venden ahumado su embutido.

Llegan al consumidor final a través de su página web (www.dpages.cat) en la que ofrecen ternera, pollo, huevos o yogures de productores de alrededor con los que colaboran y regularmente su carne llega a tiendas de Palafrugell, Amposta, Lleida, Madrid, Ibiza o de tierras gallegas además de a de restaurantes de proximidad Slow Food. Cada semana sacrifican entre ocho y doce cerdos.

“Todo lo hemos hecho por vocación, ni Marta ni yo hemos heredado granja, tenemos alquilado el matadero y el obrador. Hemos heredado, eso sí, los conocimientos del padre de Marta” explica Martín. Y añade: “Ha sido una gran aventura, en estos años han nacido nuestros tres hijos. De hecho, el más grande nació tres meses antes que nacieran los primeros cerditos en la granja. Empezamos a la vez nuestra paternidad y maternidad y la cría de nuestros cerdos”.

Primer plano de un animal de la granja
Primer plano de un animal de la granja.

Esfuerzo premiado

dpagès es la empresa ganadora del Premi Emprenedoria Rural Quintanes/Casa Tarradellas/BBVA/Fundació Caixa Manlleu 2023.

Como la aventura sigue, en febrero Marta y Matín han abierto en Solsona su primera tienda física en la que además de su carne y elaborados venden otros productos ecológicos. Su nombre es toda una declaración de intenciones: BioKor. Bio es su filosofía, KOR, el motivo. Son las iniciales de sus hijos Roc y Kai y de la pequeña Ona.

“Llevamos diez años de mucho trabajo, de estar presentes en la granja, en el obrador y en ferias a la vez que formábamos nuestra familia. Ha sido muy intenso porque hemos hecho como tres empresas a la vez y hemos tenido tres hijos, ha sido heavy, pero estamos súper contentos”, afirma Marta mirando atrás. Está convencida de que este es el año de la consolidación: “Tenemos nuestro propio obrador en Solsona, hace dos años estaba Berga. Ahora podemos aceptar propuestas a las que antes no llegábamos”.

Dicen estar muy cansados haciendo lo que quieren. Han evolucionado desde la producción primaria a los elaborados con tienda propia en la que además de ofrecer productos ecológicos han reservado un aula para talleres de cocina y charlas divulgativas sobre alimentación como principal fuente de salud.

“Estamos súper contentos porque dpagès ha crecido y se ha hecho mayor. Estamos sirviendo a muchos restaurantes muy buenos, algunos con estrella Michelín, a cocineros de alta gastronomía y tenemos una clientela particular que nos compra a través de la web, muy fiel. ¡Estamos encantados de la vida!”, resume Marta.

Butifarra producida en dPagès
Butifarra producida en dPagès.
Longaniza producida en dPagès
Longaniza producida en dPagès.

dpagès

  • Es una granja de producción ecológica certificada.
  • Tiene 50 cerdas de raza Gascón.
  • Comercializa carne y embutidos con su marca dpagès.
  • Premi Emprenedoria Rural Quintanes/Casa Tarradellas/BBVA/Fundació Caixa Manlleu 2023.
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