Beneficios energéticos gracias a la protección solar
2 de marzo de 2010
Las funciones de la protección solar son varias. En el ámbito energético, deberá evitar calentamientos excesivos en épocas cálidas y a la vez permitir ciertos aportes térmicos en épocas frías. En lo que a iluminación se refiere, evitará los deslumbramientos pero sin reducir la iluminación interior a niveles inaceptables. Para lograrlo es necesario analizar cómo se comporta la protección bajo la radiación solar.
Los rayos del Sol, una vez hayan incidido sobre el elemento, seguirán tres caminos diferentes: una parte se reflejará y no llegará más que en forma de luz difusa al interior del edificio; otra parte, dependiendo del grado de opacidad de la protección, la atravesará y se transmitirá directamente al interior del edificio; y el resto será absorbido por la propia protección, aumentando su temperatura y convirtiéndola en un nuevo radiador que emitirá energía en todas direcciones. La proporción entre estos tres fenómenos dependerá de la ubicación y el diseño de la protección.
¿En el interior o en el exterior?
Una protección colocada en la cara interior del cerramiento radiará la energía absorbida dentro del edificio. Esta energía, atrapada tras los vidrios por un mecanismo similar al del efecto invernadero, no podrá transmitirse de nuevo al exterior y calentará el interior de la estancia.
Por el contrario, si la protección está situada al exterior, la radiación emitida no pasará al interior, bloqueada en parte por los vidrios del cerramiento y aliviada por el paso de aire entre cerramiento y protección. Una ubicación exterior para la protección será la más adecuada cuando la protección esté formada por elementos que posean una cierta cantidad de masa, como es el caso de unas lamas.
Otro factor a tener en cuenta es el color de la protección, que definirá la proporción entre energía reflejada y absorbida. Los colores claros y brillantes reflejarán una mayor cantidad de luz, evitando que ésta llegue directamente al interior pero proporcionando una luz difusa y sin deslumbramientos.
Por último, la posibilidad de orientar la protección permitirá dosificar los aportes según la hora del día o la época del año. Si adicionalmente la protección puede llegar a cerrar completamente la abertura, minimizará las pérdidas térmicas que tienen lugar por la noche.
Estudio energético
Industrial Gradhermetic ha realizado un estudio energético modelizando sus propias oficinas y analizando los resultados obtenidos considerando diferentes protecciones y el caso de ausencia de protección. El estudio se ha llevado a cabo empleando el programa Líder, reconocido por el CTE.
Este software, después de la correspondiente entrada de datos que definen la ubicación y orientación del edificio, sus dimensiones y las características de sus cerramientos, compara el edificio modelizado con un edificio generado por el propio programa que cumple con los requisitos mínimos que exige el CTE. Este edificio recibe el nombre de edificio de referencia. El consumo del edificio modelizado cumplirá con las exigencias del CTE si se mantiene por debajo de los consumos del edificio de referencia. En este caso se comparan los resultados obtenidos sin protección con los extraídos simulando la existencia de persianas de tipo Supergradhermetic.
En la simulación sin protección solar, la demanda de refrigeración supera la máxima de referencia en un 61%, mientras que la demanda de calefacción está lejos del máximo permitido.
La explicación es sencilla, un edifico sin protección solar inevitablemente tendrá unas ganancias térmicas muy altas, que aunque reduzcan el consumo de calefacción, incrementarán el de refrigeración. Al simular la incorporación de protección solar, el consumo de calefacción aumenta pero sin llegar a superar los límites máximos, y la refrigeración se sitúa en un valor aceptable.
En simulaciones realizadas con celosías de lamas del tipo Gradpanel 120 y Gradpanel-R los resultados son parecidos. Queda claro que la incorporación de protección solar mejora el comportamiento energético del edificio. No obstante hay algunos aspectos que es preciso matizar.
El programa Líder presenta algunas limitaciones en lo que a la modelización se refiere. El programa no puede simular las diferentes orientaciones que pueden adoptar las lamas durante el día, por lo que realiza sus cálculos para orientaciones fijas, despreciando posibles mayores aportes en invierno y una mayor protección en verano. El programa tampoco puede simular la completa desaparición de la protección durante el día en invierno, ni puede simular su cierre en horas nocturnas.
No obstante, el comportamiento del edificio mejora con la protección solar, consiguiendo un ahorro energético medio aproximado del 44%, y no es descabellado deducir que mejoraría aún más si la protección no se considerara fija, aunque actualmente no pueda cuantificarse esta mejora.
Por último, añadir que la mejora en el consumo de calefacción y refrigeración hace escalar puestos en la calificación energética del edificio.