Entrevista a Cristina Baselga, técnica veterinaria en Exopol
“El diagnóstico laboratorial es fundamental para establecer medidas terapéuticas en los procesos respiratorios”
Redacción Interempresas12/05/2023
La patología respiratoria es uno de los principales problemas sanitarios que puede afectar a una explotación de pequeños rumiantes, especialmente en el caso de los corderos de cebo, con importantes repercusiones productivas y económicas. Conocer el agente causal es fundamental para conseguir instaurar un tratamiento y unos métodos de control adecuados. Cristina Baselga, de la empresa Exopol, analiza todos estos aspectos en esta entrevista.
Cristina Baselga.
¿Qué importancia tienen los procesos respiratorios en la sanidad de una explotación ovina? ¿Cuáles son sus principales consecuencias productivas y económicas?
La patología respiratoria es una de las principales enfermedades que afectan al ganado ovino, son procesos multifactoriales donde influyen factores ambientales, de manejo y agentes infecciosos. Las pérdidas económicas ocasionadas por esta patología son elevadas ya que, además de las pérdidas directas como el aumento de la mortalidad, también hay pérdidas indirectas como el retraso en el crecimiento en el caso de animales jóvenes y la disminución de la producción láctea en animales adultos; y el aumento de decomisos en matadero debido a las lesiones pulmonares crónicas que quedan. Todo ello conlleva una reducción de la rentabilidad de la explotación ya que para alcanzar la misma producción que una explotación con sanidad respiratoria óptima, requieren mayores gastos.
¿Qué prevalencia tiene este tipo de patologías en el sector? ¿Hay diferencias en función de la orientación productiva de las explotaciones?
La prevalencia es elevada en todos los sistemas de producción ovina, si bien en la fase de cebo es la primera causa de mortalidad, en las granjas de reproductoras es una de las cuatro patologías más importantes (digestivas, reproductivas y afecciones mamarias). En cebadero, los patógenos más prevalentes son bacterianos y suelen actuar de manera simultánea en el denominado Complejo Respiratorio Ovino. Su control es muy complicado debido al flujo constante de animales, con diferentes edades y estatus sanitarios, y a las restricciones en el uso de antibioterapia. En granjas de reproductoras también es una enfermedad prevalente, llegando a causar problemas graves en corderos lactantes y destetados ya que, además de neumonía, producen septicemias agudas con alta letalidad. En animales adultos los procesos respiratorios suelen tener un curso más crónico, con implicación también de agentes víricos como MaediVisna o, en menor medida Adenocarcinoma Pulmonar Ovino (APO). Por ello en reproductores se observan más cuadros crónicos con adelgazamiento y bajada de la productividad, provocando en alguna explotación con alta prevalencia, grandes pérdidas económicas.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo que deben cuidar ganaderos y veterinarios?
Como hemos comentado anteriormente, existen factores ambientales y de manejo que predisponen a la aparición de problemas respiratorios. Los más importantes son ventilaciones inadecuadas con elevada densidad de animales y/o corrientes de aire; cambios bruscos de temperatura y humedad; y situaciones estresantes que afectan al estado inmunitario del animal.
¿Qué papel juega el diagnóstico laboratorial en un correcto tratamiento de un proceso respiratorio? ¿Son diferentes las medidas en función del patógeno implicado?
El diagnóstico laboratorial es esencial para confirmar la etiología del proceso clínico y las lesiones que se observan en campo. Dependiendo de los patógenos detectados se establecen unas medidas terapéuticas y preventivas específicas para hacer frente a dichos agentes. Además, si los agentes implicados son de naturaleza bacteriana podemos aislar la cepa y realizar un estudio de sensibilidad antibiótica para elegir el tratamiento adecuado.
Según su experiencia, ¿cuáles son los principales patógenos implicados?
Los patógenos implicados en el CRO y que encontramos con mayor frecuencia en las muestras clínicas de animales jóvenes y adultos son Mesomycoplasma ovipneumoniae, anteriormente llamado Mycoplasma ovipneumoniae y causante de la neumonía atípica, seguido de Mannheimia haemolytica, Pasteurella multocida y Bibersteinia trehalosi. Por otro lado, el virus del MaediVisna lo encontramos con relativa frecuencia en muestras de reproductores y reposición y Parainfluenza 3, incorporado en nuestro panel diagnóstico desde hace poco tiempo, también lo encontramos en más de un 30% de las muestras analizadas procedentes de animales lactantes y de cebo.
¿La reducción en el uso de antibióticos puede suponer algún problema para realizar tratamientos adecuados?
No tiene por qué, el tratamiento terapéutico tenemos que seguir aplicándolo, ya que no podemos dejar a un animal enfermo sin el tratamiento necesario, esto afecta al bienestar del animal. Sí que es cierto que el plan de reducción de antibióticos promueve realizar análisis laboratoriales para elegir tratamientos más eficaces, pero esta prueba es una ayuda al diagnóstico clínico en el campo y sirve para conocer las resistencias bacterianas presentes en cada explotación, además está impulsando la mejora en las condiciones ambientales, la higiene de las instalaciones, el manejo de los animales y los programas sanitarios.
En ese contexto, ¿cuáles son las medidas de control y prevención más efectivas en una explotación de ovino para evitar los procesos respiratorios?
Las medidas a incluir en el plan preventivo de procesos respiratorios son el control de los factores predisponentes, estableciendo medidas que aseguren que las condiciones ambientales son las idóneas para los animales, y la profilaxis. La vacunación frente a procesos respiratorios es una de las principales medidas preventivas que en la actualidad ya está instaurada en la mayoría de las explotaciones ovinas. Existen diversas opciones en el mercado y la selección de la vacuna debe realizarse en base a la etiología de la patología respiratoria de cada granja, es decir, hacer un estudio de los patógenos presentes en los casos clínicos y elegir la vacuna que genere inmunidad frente a ellos. De esta manera, conseguiremos establecer un estatus inmunitario adecuado a la enfermedad respiratoria presente en el mismo.