La viruela ovina y caprina se extiende por España con nuevos focos en Granada y Cuenca
El nuevo foco detectado en el municipio granadino de Cúllar es una explotación de ovejas de reproducción para producción de carne con un censo de 170 ovejas y 20 cabras, localizada en el radio de 10 kilómetros de la zona de vigilancia adoptada alrededor del primer foco comunicado. La sospecha se originó por la detección de signos clínicos y lesiones compatibles con la enfermedad en una oveja durante la visita de los SVO a la explotación el día 23 de septiembre, en el marco de las visitas oficiales realizadas en todas las explotaciones incluidas en la zona de restricción. A consecuencia de ello, se realizó la correspondiente toma de muestras oficiales para su análisis en el Laboratorio Central de Veterinaria de Algete (Madrid), donde se confirmó el resultado positivo al virus de viruela ovina y caprina por PCR, según señala el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Por otro lado, en el marco de la investigación epidemiológica realizada por la detección de movimientos de corderos desde el municipio de Benamaurel que tenían como destino explotaciones en la provincia de Cuenca, los Servicios Veterinarios Oficiales de Castilla-La Mancha notificaron la detección de un tercer foco de la enfermedad en un centro de concentración de ovino localizado en el municipio de Villaescusa de Haro, en la provincia de Cuenca, con un censo total de 1.070 ovejas y 14 cabras, en el que se detectaron síntomas y lesiones clínicas compatibles con la VOC en una oveja. También se confirmó la presencia del virus por PCR.
En este mismo municipio de Villaescusa de Haro se está investigando una nueva explotación de ovinos sospechosa por la detección de sintomatología clínica compatible con la enfermedad. Se han tomado muestras oficiales para su análisis laboratorial, esperando los resultados.
Las autoridades de Andalucía y Castilla-La Mancha han adoptado de forma inmediata las medidas de control de la normativa comunitaria, y que incluye el sacrificio de los animales, eliminación de los cadáveres en planta de trasformación, limpieza y desinfección oficial de la explotación, establecimiento de una zona de protección de 3 kilómetros y una de vigilancia de 10 kilómetros, con refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones, así como la aplicación de medidas de restricción de movimiento de animales y productos y la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen del virus, aún bajo estudio, así como los posibles contactos de riesgo que se hayan podido dar, entre otras.
La viruela ovina y caprina es una enfermedad de origen vírico que se consideraba erradicada en España desde el año 1968, si bien se habían detectado casos esporádicos dentro de la UE, los últimos en Grecia y Bulgaria en el año 2014. Asimismo, permanece de forma endémica en África (incluidos los países del norte del continente, como Marruecos, Argelia y Túnez), así como en Oriente Medio y Asia. Se trata de una enfermedad no zoonósica que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano, ni por contacto directo con los animales ni a través de productos de los mismos.
El Ministerio resalta la importancia de aplicar en todo el territorio nacional unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de ovino y caprino y durante el transporte animal, así como la gran importancia de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la eventual entrada de la enfermedad en otras explotaciones, para lo que es vital que se comunique a los Servicios Veterinarios Oficiales cualquier indicio de la enfermedad que pudiera aparecer en las explotaciones de ovino y caprino del país.