Los vallados ‘virtuales’ son una herramienta que puede ayudar a mantener vivo el ovino y el caprino extensivos
La aparición de los drones ‘pastores’ fue una primera opción que permitía imaginar que el uso de las nuevas tecnologías iba a ayudar a recuperar estos sistemas de producción tradicionales, que permitían el aprovechamiento de recursos naturales que se iban abandonando y se continuaba con las formas de producción ‘natural’ que cada día eran más demandadas por los consumidores. Sin embargo, estos equipos eran caros y complejos en el manejo, exigiendo contar siempre con el servicio de una empresa auxiliar de servicios que no siempre resultaba rentable.
Ahora, la aparición de los vallados virtuales, que se basan simplemente en el envío de una señal de GPS a los collares que llevan colocados los animales para limitar el espacio en que se pueden mover, ofrece una solución más sencilla y económica para practicar el pastoreo sin pastores. Se manejan simplemente con un teléfono móvil o una tablet. Las las coordenadas enviadas determinan el recinto ‘virtual’ en que los animales pueden moverse. Y estos se detendrán al recibir esa señal cuando llegan a los límites de la zona que no deben superar, retrocediendo al espacio de pastoreo delimitado.
Algunas experiencias de trabajo con este tipo de herramientas se están desarrollando ya en diversos lugares de España, como es el caso de la Sierra de Guara, en los Pirineos, en un proyecto liderado por la Reserva de la Biosfera Ordesa-Viñamala en el que colabora las asociaciones de ganaderos del Valle de Broto, Monte de Estós, Sierra de Guara y de Criadores de Equino Hispano-bretón. No había precedentes en España de una iniciativa similar, aunque sí es más habitual su desarrollo en países como Australia, Nueva Zelanda o Irlanda, donde ya se comercializan dispositivos de uso habitual entre los ganaderos. Los aparatos emiten pequeñas descargas eléctricas, pero podría ser una vibración o un sonido (incluso grabar la voz del ganadero).