Micotoxinas, un problema plural en la producción de ovino
‘ Nutrición y sanidad ’- 2ª jornada
Antonio González. Responsable en Alltech Spain de la gestión integral de micotoxinas
El mundo de las micotoxinas merece una atención importante, porque tienen una gran incidencia sobre la calidad de la alimentación animal y sobre la salud de los propios animales y de las personas.
Como puntos de partida, señalaré que las micotoxinas son sustancias que producen los hongos en un metabolismo secundario. El hongo en un principio se va desarrollando con ‘normalidad’ en el medio en que se encuentra sin generar ningún mecanismo de defensa, pero cuando agota los recursos disponibles es cuando empieza a producir estas sustancias tóxicas, que pueden ser perjudiciales para la salud no sólo por ingestión, sino también por inhalación, e incluso por contacto con la piel. Es lo que sucede, por ejemplo, cuando el hongo se desarrolla en la paja y el ganado se contamina por contacto con esa paja, lo que le produce una micotoxicosis.
Forman parte además de de un grupo muy heterogéneo de sustancias, que tienen en común que son tóxicas, muy resistentes a ácidos a álcalis o a temperaturas altas, y que pesan poco, con un peso molecular bajo que hace que sean difíciles de encontrar en una masa de pienso o en una materia prima.
Hay tres ideas previas que conviene tener en cuenta para enfocar bien el problema que suponen:
- Los antifúngicos no son efectivos ante las micotoxinas. Se emplean y deben emplearse en cualquier instalación productiva para evitar la proliferación de hongos, pero no tienen nada que ver con micotoxinas.
- La granulación o la extrusión de los piensos tampoco eliminan el problema.
- El muestreo es el punto crítico más importante en las micotoxinas y debe plantearse bien porque es frecuente no encontrarlas.
Los hongos que producen micotoxinas no son todos, solo un 30-40% de ellos son toxigénicos. Y hay varias reglas generales comunes que conviene recordar. La primera es que el hecho de haya hongos no implica que haya toxinas. De hecho, si el medio es favorable el hongo sigue creciendo y no habrá toxinas. Cuando surgen éstas es porque el hongo se agotó y lo que queda en la materia prima es la toxina. En la mayoría de los casos, no hay una coexistencia de hongo y toxina en la misma materia prima. La segunda, es que en cualquier materia prima suelen convivir varias especies de hongos, y que cada especie de hongos suele producir más de una micotoxina, por lo que lo habitual es que nos encontramos con un ‘cortejo’ de varias micotoxinas. En la naturaleza no existen las monotoxinas, aunque estén descritas en la literatura científica.
Los factores que han ido haciendo que las micotoxinas sean un problema del que tengamos que preocuparnos son varios:
- El desequilibrio bacteriano o microbiológico del suelo, que es algo similar a lo que ocurre con la flora intestinal de los animales;
- Los cambios en el clima, porque, independientemente de si podemos hablar de cambio climático o no, es indudable que algo está pasando. La Comisión Europea sabe, por ejemplo, que en el sur de Europa, en el valle del Guadalquivir, hay presencia de aflatoxinas en el mes de septiembre y hay animales que mueren con el hígado amarillo no de ahora, sino de siempre. Los problemas surgen cuando esa línea que marca la frontera de las micotoxinas empieza a desplazarse hacia arriba, como parece estar sucediendo ahora, y ya hay maíces con aflatoxinas B1 en Francia, de momento.
- También influyen la genética y la susceptibilidad productiva. Las especies cada vez se seleccionan más y son más sensibles. Aunque, creo que lo que realmente está influyendo no es el incremento de la sensibilidad genética de las variedades, sino la presión de producción creciente a la que están sometidas.
NUEVAS TECNOLOGÍAS EN LA DETECCIÓN DE MICOTOXINAS
Otra de las cosas que han cambiado en los últimos tiempos es que ahora somos capaces de detectar más micotoxinas. Una de las técnicas que tenemos puesta a punto nosotros es una técnica de detección por HPLC, que se llama 37+ porque permite detectar hasta 37 micotoxinas.
Con este tipo de análisis, en una retrospectiva de varios años sobre más de 10.000 muestras, hemos comprobado que la media de micotoxinas que afectan a un mismo pienso son alrededor de seis, y que el porcentaje de muestras con cero o con una sola micotoxina es muy bajo. En concreto, a nivel mundial el 92% de las muestras recogían entre dos y once micotoxinas. Y la situación en España es muy similar.
Esa multitoxicidad es evidente también cuando se analizan sólo cinco micotoxinas, que es el protocolo más habitual que seguimos aquí en España. En esos casos, las muestras con una única micotoxina son sólo el 15%, mientras que hasta el 40% tienen cuatro micotoxinas. La aflatoxina en concreto se ha detectado en el 60% de las ocasiones en el primer trimestre de 2017, cohabitando en el 20% de las veces con otras como fumonixina y vomitoxina, por lo que medir únicamente aflatoxina es algo que está completamente desfasado.
EFECTOS DE LAS MICOTOXINAS EN PRODUCCIÓN ANIMAL
Las micotoxinas tienen normalmente tres efectos sobre producción animal, que vamos a analizar de menor a mayor impacto económico sobre esa producción:
■ Efecto sobre la salud humana
A través de la transferencia a la leche. Es el efecto que menos pérdidas económicas causa en granja, aunque es el más impactante desde el punto de vista social, lógicamente. En el caso del ovino, la tasa de transferencia es menor al 1%. Se debe establecer un protocolo de actuación en las explotaciones directo, sin perder el tiempo y sin darle muchas vueltas: si hay aviso de que la leche es positiva, es porque el animal está comiendo la toxina.
■ Presentación clínica típica
La presencia de las micotoxinas provoca un problema clínico. Un ejemplo es cuando las ovejas tienen problemas para quedarse preñadas por el efecto de las micotoxinas. En estas presentaciones clínicas suele darse la presencia destacada de una micotoxina sobre el resto. Habitualmente las pérdidas económicas son reducidas, porque se detecta y estamos en condiciones de diagnosticarlo de una forma correcta y resolverlo.
■ Multitoxicidad
Se produce con niveles bajos de coexistencia de varias micotoxinas a lo largo del tiempo que producen una clínica muy inespecífica y prolongada en el tiempo, como consumo bajo de alimentación, mal aspecto de los animales, mala respuesta a vacunaciones, problemas recurrentes, problemas digestivos, fallos reproductivos, descenso en la producción o en la calidad de la leche...
Las causas fundamentales por las que el complejo multitóxico afectan al animal son principalmente tres:
- Algunas micotoxinas producen un efecto de permeabilidad, lo que provoca que otras micotoxinas puedan ingresar rápidamente en el animal. En el epitelio intestinal, la vomitoxina por ejemplo provoca poros mucho más grandes para que otros tóxicos puedan absorberse mejor. Hay otros mecanismos producidos por otras micotoxinas, como la muerte celular o la inhibición de la síntesis proteica, que dan lugar a lo que hoy en día llamamos ‘síndrome de intestino permeable o poroso’. Hace que el animal tenga unas heces irregulares y que absorba una serie de patógenos que en otras circunstancias no absorbería de igual forma.
- Efecto sumatorio y de sinergia entre ellas. Se ha realizado un estudio de toxicidad aguda, en el que se enfrenta a unos animales a una dosis alta de toxina T2 sin ningún efecto y otros animales se enfrentan a una segunda micotoxina y no hay tampoco ningún efecto. Pero si un tercer grupo de animales se enfrenta a las dos al mismo tiempo, hay un efecto de potenciación. No hay datos sobre la evolución de esas sinergias si se cambia la dosis de las micotoxinas, pero es evidente que hay sinergias entre parejas de micotoxinas, y no se sabe lo que pasaría entre tres. Aunque, aparte de las posibles sinergias, los tres tóxicos juntos incrementarían sus consecuencias negativas por un efecto únicamente sumatorio.
- Prácticamente todas las micotoxinas producen alteraciones de la inmunidad y hacen al animal más susceptible a patógenos. Como ejemplo, un caso clínico analizó la sintomatología que se daba en varias explotaciones ganaderas, con descenso en la producción de leche y otros síntomas. Uno de los aspectos más evidentes al afrontar el problema es que todas las granjas comían de los mismos silos y, además, en todos ellas había un aumento espectacular de las células somáticas. Finalmente, se encontró un cóctel de micotoxinas, no a dosis excesivamente altas, y se puso de manifiesto que el aumento de las células somáticas se debía a esas micotoxinas, porque con la aplicación de un absorbente específico el problema fue disminuyendo. Otro ejemplo es el de una explotación de vacuno que tiene un nivel de células somáticas bueno, pero cuando se aplica un absorbente adecuado de forma preventiva, poco a poco los recuentos van disminuyendo hasta situarse en 100.000 células somáticas, cuando se partía de 200.000. En realidad, el animal está siendo siempre agredido por pequeñas dosis de tóxicos que, en muchas ocasiones, provocan que la inmunidad no sea tan buena como debería.
HERRAMIENTAS DE SOLUCIÓN
Frente a todos estos problemas, es necesario tener una visión global y trabajar en todas las áreas: cultivo, ganadería, fábrica de pienso, almacén..., porque si no será muy difícil resolverlos.
ALLTECH está involucrada en proyectos para analizar todo lo que influye a nivel de cultivo para la presencia de micotoxinas. Y entre los resultados de este primer año de trabajo, hemos visto que la fecha de cosecha es un factor importante, ya que se ha encontrado que de hacer la recogida en septiembre a hacerla en diciembre el porcentaje de fumonisina ascendió un 177%. Y aunque influyen otros factores como la genética del grano..., el cosechar a tiempo es clave en algunas zonas, como puede ser la provincia de León. Las micotoxinas tienen muchas veces su origen en el campo y en ocasiones no se hacen las prácticas adecuadas, aumentando mucho las posibilidades de que haya problemas graves.
En todo caso, hay bastante experiencia de reducción de toxinas en cultivos y contamos con datos esperanzadores que demuestran que se puede reducir la presencia de aflatoxina, que es la que resulta más sensible cuando se hacen esos trabajos en el campo.
LÍMITES ADMISIBLES DE MICOTOXINAS
Otro punto importante al que siempre estamos dando vueltas es el establecimiento de los límites admisibles de micotoxinas.
Los límites que establece la UE nos dejan bastante perplejos, aunque hay que tener en cuenta que son límites de recomendación únicamente. Nos dicen, por ejemplo, que se puede admitir un cereal como el maíz con 8.000 ppb de vomitoxina y se puede vender perfectamente. De hecho, en piensos complementarios ni siquiera hay una recomendación concreta.
La causa de esto es que la UE lo que tiene en cuenta es que no haya problemas en los residuos que dejen a los animales para el posterior consumo por humanos, pero no está pensando en la salud del animal, por lo que esos límites no nos sirven.
Además, la UE fija esos límites teniendo en cuenta unos condicionantes de tipo político. En Francia, por ejemplo, hay un severo problema de vomitoxina y si los límites estuvieran en niveles más altos, prácticamente no se podría hacer ninguna transacción de maíz porque casi todas incumplirían los límites.
Por lo tanto, esos límites de la UE no nos sirven de nada de cara a la producción y tenemos que establecer unos límites que tengan que ver realmente con la presencia de todo ese cortejo de micotoxinas y con la forma en que influyen en la producción.
Es necesario saber cuál es la concurrencia de micotoxinas en el mundo y la influencia que tienen sobre los procesos productivos. Sólo así se podrán establecer los límites.
Nosotros desde ALLTECH podemos ayudar porque tenemos establecidos los límites al menos para esas 37 micotoxinas en función de la especie y de la producción. Además, emitimos unos informes que son fáciles de visualizar con un sistema colorimétrico para determinar cuáles son los riesgos de una materia prima.
La gestión del problema en las fábricas de piensos es uno de los aspectos fundamentales en esos controles y no debe descuidarse. Los kits rápidos de análisis funcionan muy bien y con un alto grado de fiabilidad. A nivel económico, tener una información de una determinada micotoxina en 20 minutos por 13 o 15 euros, es un avance muy importante. Dan una información parcial, pero también muy rápida con la que se puede ir gestionando la entrada de materias primas en las fábricas. También hay que auditar y ver si en la fábrica hay generación de micotoxinas que no es lo normal, sobre todo en las que sólo producen harina, pero se debe permanecer atento. En las fábricas el riesgo más alto está en lo que entra, no en lo que se produce.
En las granjas también se debe monitorizar. Se tiene que trabajar con ensilado cuando se usen ytambién con el control de las instalaciones donde está el pienso, no sólo limpiando o vaciando los silos, sino cuidando su manejo y haciendo cosas tan sencillas como cerrar el silo cuando el camión termina de cargarlo.
ELECCIÓN DEL ABSORBENTE
Un aspecto también fundamental es la elección del absorbente. Se elaboró un informe en 2009 por parte de la EFSA que habla de todos los productos que hay en el mercado y los analiza de una forma bastante adecuada. Hay dos tipos de sustancias básicamente: absorbentes minerales y absorbentes orgánicos. Aunque los biotransformadores también están ya disponibles en algún caso, pero básicamente más del 90% de los productos llevan pared celular de levadura o bentonita.
La bentonita son arcillas que se obtienen de la naturaleza y son bastante efectivas. Básicamente, su mecanismo de funcionamiento está basado en un intercambio de carga. Tiene una gran carga polar, por lo que captura bien la aflatoxina, pero el espectro es muy reducido, ya que muchas micotoxinas no tienen una carga polar, y eso reduce su capacidad con otros tóxicos.
Además, interacciona con todo lo que tiene carga polar, porque el método de absorción es muy inespecífico, y absorbe sustancias que pesan poco, como por ejemplo, el zinc, lo que está provocando problemas de cojeras en algunas explotaciones por el uso abusivo de este tipo de productos. Es recomendable un uso temporal y únicamente para aflatoxina. Y es importante tener en cuenta la composición de los piensos para evitar entrar en interferencias con sustancias tipo antibiótico o el caso de la monensina, como dice la legislación.
Nuestra propuesta son glucomonanos procedentes de una pared celular de una levadura específica. Es una sustancia porosa, con capacidad alta de absorción y de origen natural cuya efectividad se reconocía ya en el informe de la EFSA.
Después, a lo largo del tiempo se ha seguido evolucionando y hay muchos trabajos realizados ‘in vivo’ que indican su efectividad. La Unión Europea dice que todo lo que sea ‘in vitro’ no da garantía de funcionamiento después en condiciones reales, por lo que todos nuestros trabajos se han realizado ‘in vivo’. Tenemos en concreto un trabajo específico para ovino y un amplio catálogo de publicaciones, que es importante para comprobar que las sustancias ‘in vivo’ hacen el mismo trabajo que ‘in vitro’.