Control de coccidiosis y toxoplasmosis en las explotaciones de ovino y caprino
La coccidiosis, que afecta a animales de reposición y de cebo (animales jóvenes), y la toxoplasmosis, en hembras gestantes, son enfermedades parasitarias que tienen gran importancia en las explotaciones ganaderas debido a las pérdidas económicas que pueden producir. En ganado ovino y caprino presentan unos síntomas y un curso muy similar, según un artículo publicado en la página web de la cooperativa Agropal.
En el caso de la coccidiosis, las pérdidas económicas se deben fundamentalmente al retraso en el crecimiento de las animales afectados por la diarrea que presentan, a las que se suman las muertes que puede llegar a causar. En cuanto a la toxoplasmosis, estas pérdidas son consecuencia de los abortos. También pueden producirse fallos de fertilidad. Como ocurre en todas las enfermedades, a las pérdidas directas mencionadas, hay que sumar las indirectas, derivadas de los tratamientos que se deben adoptar para combatirlas.
Transmisión
Para poder prevenir estas enfermedades, se deben conocer para poder aplicar las medidas de control adecuadas.
La transmisión de los coccidios se produce de forma horizontal, es decir, entre animales afectados o portadores de la enfermedad y animales sanos. La mayoría de los animales adultos son portadores y, aunque no están enfermos, excretan el parásito a través de la heces, pudiendo infectar a corderos y chivos. Va a ser en estos animales jóvenes donde la multiplicación del parásito va a causar la enfermedad. Una alta densidad de animales en la explotación, así como unas condiciones higiénicas inadecuadas de la cama, humedad sobre todo, van a favorecer la presentación de la patología en nuestra granja.
En la aparición de la toxoplasmosis en las explotaciones van a jugar un papel fundamental los gatos. Estos animales son portadores del Toxoplasma, eliminándolo a través de sus heces y contaminando el alimento de las ovejas y cabras gestantes. El contacto del parásito con cabras y ovejas vacías no causa problemas, incluso puede inducir en el animal el desarrollo de una cierta resistencia frente a la enfermedad. En esta patología se produce una especie de círculo vicioso: el gato se convierte en portador al comer placentas y corderos procedentes de abortos causados por el Toxoplasma. Los ratones y ratas infectados por el parásito también juegan un papel muy importante en el mantenimiento de la infección en la granja al ser cazados por los gatos.
Síntomas
En la coccidiosis se observa un cuadro diarreico, con heces generalmente de aspecto pastoso, aunque no siempre, y color verde grisáceo, que no tiene por qué afectar a todos los animales. Los afectados presentan además un claro retraso del crecimiento, lana o pelo lacio, abdomen distendido y una deficiente condición corporal en general. Es necesario diferenciar las diarreas por coccidios de otras diarreas de origen bacteriano (cómo son la colibacilosis o la clostridiosis), de diarreas de origen mecánico (empachos), así como de las producidas por otros procesos parasitarios (criptosporidios, por ejemplo).
En cuanto a la toxoplasmosis, si la infección se produce en fases tempranas de la gestación de la oveja o cabra se pueden producir reabsorciones embrionarias, que se van a traducir en tasa de fertilidad inferiores a las normales en nuestra granja. Cuando la infección del animal ocurre entre los 60 y los 120 días de gestación pueden originarse fetos desiguales, nacer uno vivo y otro muerto, débil o momificado. También se puede dar un alto índice de mortalidad perinatal sin que existan evidencias de otros procesos patológicos. Se debe realizar también un adecuado diagnóstico deferencial con otras enfermedades que cursan con abortos, cómo son las Clamidiosis, Fiebre Q, Virus Border, etc.
Control
Las principales medidas de control ante la coccidiosis son las siguientes:
- Separación de animales sanos y afectados de diarrea.
- Cambio frecuente y empleo de productos secantes para evitar excesiva humedad en la cama de los animales.
- Reducción de la densidad de cabritos y corderos.
- Tratamientos farmacológicos empleados con supervisión y prescripción veterinaria y ‘con cabeza’, es decir, con diagnóstico previo y a la dosis adecuada. Con su empleo de forma inadecuada y continua corremos el riesgo de que el parásito desarrolle resistencias que los van a inutilizar. Los productos más empleados son el diclazuril y decoquinato, aunque hay otras posibilidades, como el totrazuril.
Respeto a la toxoplasmosis, las medidas son las siguientes:
- Evitar el contacto de gatos con nuestros animales en la medida de lo posible y que sus heces contaminen los alimentos de ovejas y cabras.
- Vacunación de ovejas y cabras no gestantes un mes antes de la cubrición, como muy tarde, consiguiendo su protección durante 18 meses al menos.
- Los tratamientos recomendados, aunque de eficacia variable, son sulfadimidina y decoquinato.