Instalación de alto rendimiento en ordeño de ovino: Lo ideal sería un robot de ordeño, en su defecto hay que intentar robotizar la ordeñadora
TERCERA SESIÓN / Ponencia. Patrocina DELAVAL.
JOSÉ ANTONIO REQUEJO. Asesor veterinario.
CONSIDERACIONES AL TÍTULO
Uno de los aspectos fundamentales a la hora de plantear una explotación de ovino lechero es la elección de la sala de ordeño adecuada, teniendo claro lo que se quiera que ésta aporte al funcionamiento de la granja.
Hoy en día, las explotaciones de ovino lechero se conciben como centros de alto rendimiento, tanto por el número de animales que se ordeñan y por el volumen de leche que se maneja, como por la complejidad de las tareas que se desarrollan. Y el equipo de ordeño deberá adecuarse a esos requerimientos, aunque adaptándose siempre de forma específica y concreta a las circunstancias y condicionantes de cada ganadería, que al final es lo más importante.
Como planteamiento general, la idea de alto rendimiento supone que una instalación de ordeño tiene que aportar respuestas a las necesidades del trabajo de cualquier granja en varios aspectos:
- Debe ofrecer unas condiciones higiénico-sanitarias adecuadas. Y no solo en lo que se refiere a los conductos por los que circula o en los que se almacena la leche, que es algo que se da por hecho, sino en todo el entorno de trabajo.
- Tiene que asegurar además una mejora del bienestar animal y también del de los operarios. Porque hoy en día, ese es un aspecto fundamental, que debe tenerse presente si se quiere contar con el personal adecuado para desarrollar las actividades de la forma en que queremos.
- Debe hacer posible también ‘mucho ordeño’; es decir, una alta productividad.
- Tiene que facilitar, por supuesto, mucha información, que nos ayude al control del propio ordeño y de otros aspectos del funcionamiento de la explotación.
- Y, además de todo eso, debe ser muy barata.
Estos son en general los cinco objetivos que a priori pretende cubrir el responsable de cualquier granja cuando inicia las negociaciones para comprar una sala de ordeño. Y así planteados, parecen razonables, sencillos y claros. Aunque, después en la práctica, todos ellos tienen muchos tonos grises; no son solo blanco o negro, sino que requieren de un análisis más a fondo, entrando en algunos detalles.
Cuando se dice, por ejemplo, que se quiere una sala que permita hacer ‘mucho ordeño’, la primera cuestión que se plantea es: ¿y cómo se mide si lo que ofrece una máquina determinada es mucho ordeño o no?... Porque en realidad hay muchas formas de valorarlo: se puede medir por las ovejas que pasan cada hora por la sala, por la producción de litros/hora, por la capacidad de ordeño que pueda desarrollar una persona cada hora... Para darnos una idea de hasta qué punto puede resultar confuso cualquier parámetro de medición del rendimiento de un equipo que utilicemos, podemos poner el ejemplo de una ‘Sala 1’, que ordeña 450 ovejas/hora, frente a una ‘Sala 2,’ que ordeña 400 ovejas/hora... La impresión inicial para cualquiera sería que resulta más productiva la ‘Sala 1’; sin embargo, si la primera de ellas hace ese volumen de trabajo con tres personas y la segunda lo hace contando únicamente con dos... cambiaría claramente esa percepción.
Se trata, por tanto, de cuestiones que deben plantearse correctamente y que deben tenerse claras y definidas antes de montar una instalación de ordeño, porque si no, cuando ya esté instalada y se empiecen a valorar los aspectos concretos de su funcionamiento, los planteamientos iniciales pueden venirse abajo. Y son además decisiones que resultan cada día más complejas de tomar, dado el volumen de actividad que alcanzan muchas explotaciones.
Tengo la impresión de que el concepto ‘hora’, por ejemplo, va perdiendo sentido y se empieza a hablar de otros parámetros, como el de ovejas/día, el de litros/día, el de litros por persona y día, o el de euros que se invierten... Porque al final, las entradas y las salidas de las ovejas, o los tiempos de limpieza... son aspectos que condicionan cada vez más la rentabilidad, y ya no importa tanto el trabajo que se pueda hacer en una hora, sino lo que se hace en todo el día.
Y analizando con detalle otro de los objetivos generales planteados, si lo que buscamos es un equipo que nos aporte ‘mucha información’, también tendremos que tener claro desde el principio qué es lo que queremos realmente, porque al final cada productor le pide a la sala un volumen y un tipo de información diferentes. Hay ganaderos que se conforman con obtener un dato de control lechero a través de un medidor electrónico, que ni siquiera van a pasar a un ordenador. Otros, sin embargo, no se conforman con eso y quieren unir el control lechero con el manejo reproductivo; es decir, que si se tienen 1.000 ovejas y quieren poner a cubrir 300, se puedan ordenar éstas por niveles de producción y elegir para cubrir las 300 con menor producción de leche. Y hay otros que piden aún más, y quieren unir el control lechero también con el control de paternidades; de forma que, si se tienen 20 animales con lactación cerrada y 10 son de un padre y otros 10 son de otro, y se sabe que las de uno producen 300 y las del otro 400, se podrá hacer una valoración genética preliminar, que nunca será como la valoración que hace un esquema de mejora genética, pero que nos puede ayudar a saber ‘por dónde van los tiros’ a la hora de tomar determinadas decisiones. Y en algunas explotaciones todo eso es insuficiente, porque lo que pretenden es que la máquina de ordeño les construya una base de datos completa, creíble y auditable, que dé valor a la empresa.
Las expectativas en este capítulo son, por tanto, diferentes en cada caso y será importante tener claro lo que uno busca para ajustar bien las prestaciones del equipo a esas necesidades. Yo, en todo caso, considero, como ya dije en la charla sobre ‘ordeño 4.0’ que di en el FORO DE OVINO de 2017, que un equipo de ordeño debe facilitar toda la información posible y lo mejor ordenada posible, porque las bases de datos son el petróleo del futuro. Y al final, una granja tiene dos caminos para conseguir una información completa de los animales que sea creíble para terceros: o inscribirse en un libro de raza pura, para tener unas cartas genealógicas que se pueden auditar, o tener una base de datos propia, que se va generando a partir de la información que maneja el equipo de ordeño.
Como última reflexión en este apartado, creo que también es conveniente hacer alguna consideración respecto a la idea de que una sala debe ser ‘barata’, porque en realidad hay muchas formas de medir el precio del equipo: mirando su coste absoluto, teniendo en cuenta su coste por litro y año, etcétera... Ypuede darse el caso, por ejemplo, de que comparando una sala de ordeño que haya costado 75.000 euros con otra haya costado 100.000 euros, acabe siendo más rentable la segunda si se consiguen 1.500.000 litros al año en lugar de 750.000 litros, porque la primera hará 10 litros/año por cada euro invertido, mientras que la segunda hará 15 litros.
¿ES ESPAÑA EL MEJOR PAÍS DEL MUNDO PARA VALORAR LAS OPCIONES QUE OFRECE EL MERCADO DE EQUIPOS DE ORDEÑO?
La respuesta es que sí, aunque pueda sorprender a algunos. Imaginemos 3 explotaciones de ovino que están analizando la posibilidad de poner una instalación de ordeño, situadas en países tan dispares como México, Nueva Zelanda o Grecia... ¿en qué país creen que se fijarían como referencia a la hora de tomar la decisión?, pues claramente en España. Y no por casualidad, sino porque somos un país con un modelo de producción de referencia y que ofrece buenos resultados
A nivel mundial, podemos fijarnos en tres modelos de producción en este sector del ovino de leche. Uno de ellos es el italiano, que está en declive total, a punto de tocar fondo, y que en realidad no ofrece en estos momentos ningún modelo estructurado. Y después están el modelo francés o el modelo español, que son los que sirven de referencia para la mayoría de las explotaciones, aunque realmente son dos modelos completamente diferentes.
El modelo francés es muy definido, con una metodología muy sencilla y uniforme, fijada desde fuera por un ‘equipo’ asesor que determina unas pautas comunes para todos. Es un tipo de sistema que genera actores de nivel medio-alto con muy pocas diferencias entre ellos y muy uniforme, pero que no ofrece alternativas de excelencia. Es como un equipo de natación bien entrenado, todos con un monitor, colocados cada uno en una calle, a los que enseñan a mover los pies, las manos... y que al final nadan todos parecido.
El modelo español, sin embargo, es más disperso y está compuesto en realidad por infinitos modelos, pero no sólo en aspectos de ordeño, sino en cuanto al diseño de instalaciones, o en la organización de la alimentación... No hay una metodología demasiado definida, y muchos productores pueden quedarse por el camino porque no aciertan en los planteamientos, pero otros muchos acaban siendo auténticos líderes y alcanzan unos resultados excelentes, con un altísimo nivel organizativo que será tomado como referencia en cualquier parte del mundo. Siguiendo con el ejemplo anterior, es como si a todos nos tirasen en medio del estrecho de Gibraltar para que cada uno salgamos como podamos, seguro que muchos nos quedaríamos por el camino, pero los que consigan salir van a ser auténticos líderes... Esto es en realidad lo que pasa con el ovino lechero en España, que las explotaciones buenas tienen un altísimo nivel, y desde cualquier lugar del mundo donde se vaya a poner en marcha una granja quieren ver cómo funciona el ovino en España.
LA INSTALACIÓN DE ORDEÑO IDEAL
Una vez desarrolladas esas consideraciones generales, vamos a terminar la exposición intentando definir de forma más concreta cómo sería la instalación de ordeño ideal en una granja de ovino lechero nueva.
Lo cierto es que el equipo ideal sería un robot para ovejas colocado en mitad de la granja, donde las ovejas fueran entrando libremente a ordeñarse, pero esto no existe, por lo que el objetivo será intentar acercarse lo más posible a esa idea del robot: saber cuánto podemos robotizar la instalación.
Y antes de avanzar más, me gustaría recordar una premisa que se aplica en el caso del vacuno respecto al robot, y que también puede tener alguna aplicación para el ovino: un robot hace que la explotación buena sea mejor; pero también hace que la explotación mala sea peor. Cuando una explotación mala se robotiza, no se solucionan sus problemas, más bien se agravan.
Dicho esto, vamos a intentar ver qué posibilidades ofrece el mercado para llegar a ese equipo de ordeño ideal, y lo vamos a hacer analizando las opciones que nos ofrece para cumplir adecuadamente los cinco requisitos que se comentaron con anterioridad: buenas condiciones higiénico-sanitarias, mejora del bienestar, que ordeñe mucho, que facilite mucha información y que sea barata, valorando cada uno de esos cinco aspectos sobre cinco variables distintas, que resumen las necesidades más importantes del trabajo diario en la granja: la ubicación de la máquina, la estructura de la sala, el tipo de suelo de la sala de espera, el tipo de suelo en la sala de ordeño y el sistema de recogida de información. Se podrían añadir algunas más, como tipos de amarre, si tienen arreador, los cilindros... pero sería alargar demasiado la exposición.
Además, para evaluar esas variables de forma más clara, lo vamos a hacer siguiendo un método matemático, valorando numéricamente las distintas opciones, para quitar todo lo que pueda haber de subjetivo.
■ Ubicación de la máquina
Hay tres opciones: línea media, línea baja o línea trilevel. En la línea media, la ordeñadora está por encima de las ovejas, por lo que la leche sube hacia arriba. En la línea baja, la sala está justo por debajo de las ovejas dentro del foso, por lo que la leche va hacia abajo. En el caso de la línea trilevel, dentro del foso están los puntos de ordeño y el circuito de lavado, mientras que el resto de la maquinaria está por la parte de detrás del foso.
En cuanto a condiciones higiénico-sanitarias, la línea media la hemos valorado con un 1, la baja con un 0 y la trilevel con un 1. Las puntuaciones se hacen de 0 a 2. El 0 de la línea baja se debe a que en la actualidad estas salas llevan una cantidad grande de piezas que no son estancas y la limpieza es muy compleja. Es su punto débil.
En el caso del bienestar, atendiendo más al bienestar del personal operario que al de los animales, es mejor la línea baja (1) o la trilevel (1) porque no se tiene nada por encima de las personas que realizan el ordeño, por lo que se gana en amplitud y comodidad respecto a la línea media (0).
En productividad, se valora la velocidad y el tiempo de limpieza. La línea media (1) es más lenta que la línea baja (1), aunque se limpia mejor. Mientras que la trilevel (2) tiene las dos ventajas.
En el precio, la trilevel es muy cara (0), la línea baja es algo más barata (1), pero la más barata es la línea media (2).
El resultado en este apartado es que la línea media obtendría 4 puntos, igual que la trilevel, mientras que la línea baja obtendría 3 puntos.
■ Estructura de la sala
Que se trata en realidad del tamaño de la sala, tomamos como referencia tres modelos más frecuentes: 2x30, 2x40 y 2x50.
Si se pasa a números, la que mejor productividad tiene es una 2x30 (1), aunque dependiendo del tamaño de la granja, puede ser hasta una 2x40 (1), pero nunca con una 2x50 (0). Si con una 2x40 no se es capaz de ordeñar todo lo que hay que ordeñar en la explotación, lo mejor es hacer otro núcleo de ordeño, porque los tiempos de una 2x50 son excesivamente largos para prácticamente todo.
En cuanto al precio, a medida que se van aumentando puntos de todo tipo, se encarece. Así, la 2x50 es la más cara (0) y la 2x30 (2) es la más barata. Por lo tanto, lo ideal es elegir entre 2x30 y 2x40 (1-2), en función del tamaño de la granja.
■ Tipo de suelo de la sala de espera
Aquí se analizan dos opciones, eliminando otros tipos de los que todavía hay muchas salas (baldosas...) pero que ya no se tienen en consideración. Las dos opciones que se barajan en la actualidad son el enrejillado o el cemento.
En cuanto a condiciones higiénico-sanitarias, la limpieza que tiene una sala de espera en enrejillado (1) es infinitamente mejor que una de cemento (0). Por muy grande que sea la zona de espera de cemento, en cuanto pasan por allí un número grande de animales se acumulará mucha suciedad.
En cuanto a la productividad, limpiar una sala de espera con enrejillado (1) apenas lleva tiempo, mientras que en la de cemento (0) se tendrá que emplear tiempo, dinero, agua, y otras muchas cosas...
En lo que se refiere al precio, por supuesto es más caro el enrejillado (0) que el cemento (1).
■ Tipo de suelo de la sala de ordeño
Se tienen dos opciones básicas en estos momentos: goma y pintura. La goma es una superficie muy cómoda y la pintura se mantiene en algunas explotaciones razonablemente bien, pero también hay explotaciones en las que la pintura va perdiendo con el tiempo, porque crea una especie de cristal que se puede romper si se cae algo, y entonces empieza a deteriorarse. Es el problema que tiene esta pintura. Además, también se resbalan más los animales.
En condiciones higiénico-sanitarias, ambas superficies se limpian muy bien cuando están nuevas, pero la goma (2) tiene una mayor durabilidad que la pintura (1) y con el paso del tiempo se va a limpiar mejor.
En cuanto a bienestar, es más confortable la goma (1), porque con la pintura (0) se resbalan los animales.
En lo que se refiere al precio, es el hándicap que tiene la goma (0), ya que es más cara que la pintura (1).
■ Sistema de recogida de información
Hay tres tipos de sistemas de recogida de información. Una de ellas es el sistema CBI, que se puede definir como una caja inteligente que recoge todos los datos del control lechero a través de los medidores electrónicos. Esa información del ordeño pasa a la caja control y se sincroniza con el ordenador cuando acaba el ordeño. El otro sistema que se utiliza ahora es el MPC, que es un control de un punto concreto y aporta mucha más información: lugar, posición, si se pone otra vez la pezonera... Por último, otro sistema de recogida de información es contar simplemente con salas que no tienen ningún tipo de identificación, aunque sí tiene medición.
La productividad de la explotación es mayor con el sistema MPC (2), porque ayuda a tomar decisiones más ágiles que con el CBI (1). La información que aporta el Mpc (2) también es mayor que el CBI (1). Pero, el problema del Mpc (2) respecto a los CBI (1) y a los sistemas sin identificación (2) es el precio.
■ Resultado del cuadro de decisiones
El resultado final del cuadro de decisiones, teniendo en cuenta todas las valoraciones (entre paréntesis) en cada uno de los aspectos, nos indica que la sala de ordeño ideal es una sala de línea media o trilevel, con una estructura de 2x30 o 2x40 en función del tamaño de explotación, con una sala de espera enrejillada, con una sala de ordeño con suelo de goma, y con un sistema de recogida de información MPC. Y si el dinero no fuera una variable importante, la elección seria siempre una sala trilevel, con el resto de las características descritas, y de líneas medias y bajas probablemente no se montara ninguna. Pero esa es una situación utópica.
CONCLUSIONES
- Cada vez se exige más a las instalaciones de ordeño: higiene, bienestar, productividad, información y precio.
- España es el mejor país del mundo para fijarse en modelos de instalaciones que ayuden a tomar la decisión más adecuada.
- La instalación que más rendimiento aporta, según el resultado del cuadro de decisiones, es una línea media o trilevel, de 2x30 o 2x40 (según el tamaño de la granja), con sala de espera enrejillada, suelo de goma en la sala de ordeño y recogida de información con sistema MPC.
(RESUMEN PUBLICADO EN LA REVISTA TIERRAS-OVINO Nº 22)