Estandarización y certificación
José Antonio Rodríguez
Jefe de Ventas de WEG Iberia01/08/2006
Las normas técnicas tienen como filosofía “mejorar el estándar de vida de las personas”, pues son ellas las que contribuyen a la seguridad, salud y protección del medioambiente. No obstante, también tienen como objetivos la simplificación y la intercambiabilidad, logrando defender los intereses del consumidor y de la comunidad. Asimismo, son considerados fuertes instrumentos de presión y comunicación entre las partes interesadas, eliminando ambigüedades y posibles contradicciones.
La estandarización implica registrar y aplicar sistemáticamente los mejores pasos para un óptimo en el desarrollo de los procesos y actividades. Generado un cambio o mejora, debe ponerse bajo control las variaciones especiales a las cuales se encuentran sometidos los procesos en una primera instancia, procediendo una vez lograda controlar la situación a estandarizar los procesos a los efectos de su repetición. Este proceso mejorado y estandarizado se someterá posteriormente a nuevos procesos de mejora y estandarización.
Un proceso de estandarización, aúna tres aspectos:
• Mejorar la calidad de la materia prima de los componentes adquiridos y de los productos manufacturados, consolidando de esta manera el Programa de Calidad Asegurada.
• Encuadrar el producto según normas internacionales, viabilizando, con su homologación, la continuidad de las exportaciones.
• Estandarizar y reducir componentes de los productos fabricados y de los dispositivos, equipos y herramientas, aprovechando los beneficios de la sinergia.
Lo cierto es que la estandarización es importante para el crecimiento de la empresa y del país, no sólo por seguir las determinaciones de las normas, sino también por participar de las decisiones de una manera activa, influyendo en el curso del desarrollo de las propias normas. Asimismo, la estandarización de los productos y servicios implementados permiten adaptarse a los cambios cuando se presenten.
La certificación de proyectos de I+D+i facilita la asimilación de nuevas tecnologías o desafíos que implica la globalización
Por otra parte, y relacionado con el proceso de estandarización, la empresa no debe dejar a un lado la actualización tecnológica, mirando siempre el mercado internacional, algo que exige un esfuerzo en la búsqueda de nuevas certificaciones.
Un proceso de certificación exige que la empresa se adelante, llegando a un nuevo mercado ya preparada para enfrentarse a las exigencias locales
Un proceso de certificación exige que la empresa se adelante, llegando a un nuevo mercado ya preparada para enfrentarse a las exigencias locales y adecuación de sus productos a las normas locales. Es un proceso previo y obligado para garantizar la calidad de un producto.
Uno de los factores clave para garantizar el crecimiento económico de un país es la certificación de proyectos de I+D+i, algo imprescindible para asegurar su competitividad con el resto de países.
En cuanto al nivel meramente corporativo, esta certificación supone una ventaja competitiva con el resto de compañías del sector, además de facilitar la asimilación de nuevas tecnologías o desafíos que implica la globalización.
Uno de los factores clave para garantizar el crecimiento económico de un país es la certificación de proyectos de I+D+i
Entre los beneficios que supone una certificación de este tipo se encuentran la transparencia frente a las Administraciones Públicas, en cuanto a los contenidos de los proyectos de I+D+i, y la reducción de los riesgos asociados al proyecto mediante el establecimiento de mecanismos de control. Además, elimina la incertidumbre de los propios proyectos de cara a una mejor valoración de la inversión que se va a llevar a cabo. Y por último, facilita el análisis de información obtenida para la futura toma de decisiones en esta materia.
En definitiva, la estandarización y certificación en la empresa de procesos, productos y servicios buscan optimizar los procesos de negocio y el ahorro de costes, la creación de estilos más eficientes de organización del trabajo, el desarrollo de nuevas competencias que involucren la gestión de la propiedad intelectual, la globalización y la búsqueda de esquemas y estrategias de gestión.