“El principal reto del gremio en estos momentos es atraer talento”
Este 2021, AEDED, la Asociación Española de Demolición, Descontaminación, Corte y Perforación, cumple 40 años. Cuatro décadas trabajando por el sector, en su unión, profesionalización y modernización. A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, la asociación ha preparado varias acciones especiales, como la publicación de un anuario especial con sus principales hitos. Hablamos con Pablo Budía, presidente de AEDED y gerente de Deltapunt, que nos da su visión sobre la situación del sector y el trabajo de la asociación.
¿Cuál crees que es la mayor aportación de AEDED al sector que representa?
La mayor aportación de AEDED ha sido y es la unión que se ha formado en el gremio de la demolición, aunando a las personas convierten una forma de hacer las cosas en una profesión, la nuestra, a base de trabajo y pasión por lo que hacemos. Cuando encuentras que los demás hacen lo mismo que tú te das cuenta que estás en el buen camino.
Son 40 años defendiendo sus intereses, ¿cuáles crees que son los mayores cambios que ha experimentado el sector en estas cuatro décadas?
Sobre todo la profesionalidad, tanto en los métodos como en las formas y siempre sobreponiendo la seguridad de las personas por encima de todo.
¿Cuáles son los mayores retos que afronta el sector en la actualidad?
El principal reto del gremio en estos momentos es atraer talento. Tenemos el reto de profesionalizar a los trabajadores, porque las empresas son muy profesionales ya, para que vean que es una carrera y que se queden en el gremio. Y esto es un reto cada vez más urgente porque, además, ya a la construcción en general le cuesta atraer personal, muchísimo más a la demolición. Entonces este es el gran reto al que nos enfrentamos en los próximos años, en los que la construcción va a encontrarse en una situación económica positiva, y va a encontrarse con grandes dificultades para atraer personal.
“El mayor cambio del sector en los últimos 40 años está sobre todo la profesionalidad, tanto en los métodos como en las formas y siempre sobreponiendo la seguridad de las personas por encima de todo.
El Gobierno acaba de aprobar el proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, así como el I Plan de Acción de Economía Circular, con unos 1.500 millones de presupuesto. ¿Qué valoración haces de estas medidas y de la partida presupuestaria destinada al Plan?
Como sucede siempre, a los hechos tendremos que remitirnos. Cualquier cosa relacionada con economía circular es ‘trending topic’ hoy en día, pero todo lo que tiene que ver con este campo es de competencia autonómica. Y cada autonomía está siguiendo criterios diversos en este aspecto. Incluso, a veces, nosotros que estamos integrados en EDA (Asociación Europea de Demolición), estamos viendo cómo se están reinventado las cosas que se han hecho a nivel europeo. Llamamos desde la asociación a la colaboración, entre todos los agentes, entre todas las Administraciones Públicas, a usar el sentido común, siendo conscientes de que aunque se llame economía circular no es nada nuevo. Estos recursos, si se tienen que destinar a hacer las cosas bien, estupendo. Si se tienen que destinar a corregir errores del pasado, llámese vertederos descontrolados que hay que regenerar, etc., no servirá para mucho. Pero a los hechos nos remitiremos, a ver qué es lo que sucede.
Los fondos del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia priorizará proyectos que favorezcan la transición energética. ¿Qué peso crees que aporta el sector de la demolición y la valorización de residuos a esta transición? ¿Eres optimista en cuanto a que estos fondos acaben llegando al sector?
No, lo siento pero soy pesimista sobre que los fondos acaben llegando a nuestro sector, creo que el pescado está todo vendido ante de llegar a la lonja…
En anteriores ocasiones habéis defendido desde la asociación que el problema no estaba tanto en la regulación como en el cumplimiento de la ley. El proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados apuesta por la vía impositiva para reducir vertidos e incineraciones. ¿Creéis que este es el camino o defendéis otra manera de fomentar las buenas prácticas?
El canon a los vertidos o un impuesto especial a la parte de residuos que va a un vertedero no es nada nuevo. Es algo que en alguna Comunidad Autónoma ya se ha empezado a implantar hace tiempo. Y, en el caso de Europa, es algo muy habitual. Por ejemplo, pagar casi 100 libras por cada tonelada que va a un vertedero en Inglaterra es normal. Esto lo que ha hecho es que la gente busque salidas a productos que, de otra manera, cuando el coste de gestión es muy bajo, es mucho más barato llevarlo a un vertedero que intentar hacer cualquier otra cosa. Evidentemente, no es la solución poner impuestos. Pero si no se controla y si no hay ningún tipo de medida para vigilar lo que sucede, creemos que es la única forma de que el cliente intente poner presión en que la demolición se haga selectiva, la hagan especialistas y los residuos se separen y se intente buscar una segunda vida para los materiales.
No es la solución ideal, pero por ahora vemos que es la menos mala. Veremos si se cumple. Porque todo esto depende de que se haga un proyecto de demolición, un estudio de gestión de residuos, se informe al ayuntamiento, éste cobre un aval, que sobre eso se justifique qué ha ido a vertedero y qué no ha ido… Entonces… Vemos que es una solución, que ha funcionado en otros países y que podía funcionar en España. Pero veremos qué sucede.
“Un año y medio después de la pandemia hemos sobrevivido y todo apunta a que los próximos meses y años tendremos una carga razonable de trabajo”
En cuanto a la actividad, ¿cómo se está comportando este 2021, tanto en corte y perforación como en la demolición?
A groso modo, creo que en nuestro sector, en general no ha ido tan mal como al sector de la restauración o el turismo, que lo han pasado y lo están pasando muy mal. Cuando hablo con alguna persona de nuestro gremio, a verdad es que dentro de la bajada que hemos tenido todos, no debemos quejarnos.
¿Cómo le ha afectado la crisis del Covid y qué se ha hecho desde el sector y la asociación para paliar su impacto?
La crisis del COVID, inicialmente, lo que ha sembrado ha sido muchas dudas. No en nuestro gremio, sino en todo el sector de la construcción y, en general, en todos los sectores. Afortunadamente, la obra volvió muy pronto. A los 15 días ya estábamos trabajando, con muchas dudas y reglas cambiantes, pero con cierta normalidad. Y hemos seguido trabajando con cierta regularidad. Pero ha habido proyectos que se han parado, proyectos ligados a no residencial, tipo hoteles… Proyectos industriales en los que el inversor ha aguantado un poco. Y, de repente, han vuelto todos juntos, al mismo tiempo. Entonces, el COVID ha sido como un frenazo y ahora hay que volver a arrancar.
En general, en el gremio de demolición, descontaminación, corte y perforación ha bajado el trabajo durante algún tiempo, pero ha ido volviendo a repuntar. Ahora nos preocupa un poco que ciertas empresas, por asegurarse futuro, están haciendo una competencia muy agresiva en precios y en condiciones. Nos preocupa porque hay trabajo suficiente y lo que no hay es personal, como decíamos antes. Entonces, ¿cómo van a defender ese proyecto si luego no hay personal para tanto trabajo? Esto es algo que nos preocupa un poco. Pero, en general, un año y medio después hemos sobrevivido y todo apunta a que los próximos meses y años tendremos una carga razonable de trabajo.
Por último, ¿hacia dónde irá el sector en los próximos años? ¿Qué papel jugará en los Horizontes 2030 y 2050?
Es muy difícil que te pueda contestar bien a esta pregunta. El horizonte del 2030 y 2050 está muy lejos de mis perspectivas, pero espero que nuestro futuro como asociación, y como parte del mundo de la demolición así como ciudadano, es que las cosas se hagan mucho mejor de lo que lo hacemos ahora, como sociedad, con el medio ambiente y para nosotros mismos, ya que es lo realmente dejamos a los nuestros, los que nos siguen.