“Los residuos son un problema muy grande y la economía circular es la solución”
Lezama Demoliciones apuesta desde hace tiempo por una forma diferente de abordar sus obras. En línea con los criterios de la economía circular y en contraposición a los denominados desmantelamientos lineales, esta forma de trabajo exige un proceso profundo de inventariado, planificación y medición de la huella de carbono en todas las fases, incluso en aquellas que se remontan a la fabricación de los equipos utilizados en la propia obra.
Enrique Pelluz, director de Desarrollo de Negocio en Lezama Demoliciones, profundiza en esta entrevista en el concepto de desmantelamiento sostenible y demolición selectiva que llevan a cabo en sus obras y cómo ven el futuro del sector en materia de sostenibilidad. Además, Erik Sandonis, responsable de Oficina Técnica en la compañía vizcaína, nos da algunas pinceladas de los progresos y tendencias en I+D+i que se están viendo en la industria.
¿Cómo se pueden abordar proyectos de desmantelamiento y demolición aplicando criterios de economía circular?
Enrique Pelluz: Hay que ir al final del proceso. En un desmantelamiento o una demolición se produce una cantidad importante de residuos. Hay que pensar en ese final que se le da a los residuos para poder abordar un proyecto de esta índole de manera sostenible. Aplicando los principios de economía circular, buscamos la circularidad de todos los materiales que han formado parte de una instalación, intentar seguir teniéndolos en vida, utilizándolos todo el tiempo que sea posible. Esto se hace reutilizando equipos, reutilizando materias primas, reciclando y reutilizando materiales… En definitiva, reduciendo al mínimo la generación de residuos que tienen como único destino el depósito en vertedero. Sumado al hecho de no tener que buscar materias primas para fabricar equipos o para que esos materiales que tú no reutilizas tengan que fabricarse nuevamente, se reducen muchísimo las emisiones que conllevan todos esos procesos. Nos vamos al final del camino para buscar todas esas posibles vías que hagan que esos residuos o bien se transformen en materias primas o que no lleguen a considerarse residuo por medio de la reutilización o la reparación.
En todos estos grandes desmantelamientos, como los que ejecutamos en grandes instalaciones industriales, buscamos una alternativa a lo que sería un desmantelamiento lineal.
¿Cómo aplicáis estos principios en vuestros proyectos?
Hemos implantado un método de trabajo por el cual hacemos un estudio previo del desmantelamiento, analizando todos los materiales de los que se componen las edificaciones, mirando todas las instalaciones que componen lo que se va a desmantelar y vemos todas las opciones posibles, eliminando casi por completo la opción del depósito en vertedero.
Nos vamos a lo más alto de la pirámide que marca la economía circular, que dice que el objetivo primero debe ser reutilizar todo lo que es posible reutilizar. Y desde ahí, vamos bajando escalones: reparación de equipos, reparación de materiales para su reutilización, reciclado de materiales, valorización… Ir bajando peldaño a peldaño para ir colocando todos esos materiales, residuos y recursos y que el depósito en vertedero sea mínimo. El objetivo que nos planteamos inicialmente en este tipo de desmantelamientos es que al menos el 98% de los residuos que se generan no vayan a vertedero. Que busquemos un canal de los que aparecen en la parte alta de la pirámide de reempleo.
Para ello hacemos un estudio previo y hacemos a la vez en paralelo un estudio de mercado de las posibilidades en el mercado de segunda mano de gente que se dedica al reciclado, para colocar todos esos recursos, esos equipos y esos materiales.
También lleváis a cabo la recuperación del patrimonio industrial. ¿Es algo que demanda el cliente o que proponéis vosotros por respeto a ese patrimonio?
Por las dos vías. Tenemos más de 30 años de experiencia en desmantelamientos industriales y vemos que tiene sentido recuperar parte de esos equipos que pueden ser considerados patrimonio industrial. Y otra parte puede venir dada o bien por el cliente o bien por la entidad pública. Por ejemplo, el Principado de Asturias tiene muy a considerar el patrimonio industrial y a tener en cuenta determinados elementos que son insignia o que dicen mucho de lo que ha formado parte de esa instalación. Es un compendio de muchas cosas. En ese sentido, muchas veces vemos la posibilidad de utilizar equipos que si bien no son patrimonio industrial, sí pueden ser utilizados en academias, institutos o centros de I+D+i y realizamos una donación de los mismos.
¿Qué diferencias principales hay entre el desmantelamiento tradicional y el desmantelamiento sostenible?
Hay bastantes diferencias. El concepto de desmantelamiento o demolición lineal puede seguir recordando a la bola de demolición, que golpea contra un edificio y todo lo que cae lo metes a un camión y lo llevas a un vertedero, y tampoco dista demasiado de la realidad. Es algo más selectivo que eso, pero la realidad es que cuando haces la demolición de una edificación o una instalación, separas lo que se puede considerar valorizable de lo que no bajo el único criterio de que económicamente para ti es positivo, y el resto se lleva a vertedero, sin tener en cuenta algo fundamental como la separación. Esto sería un desmantelamiento lineal.
En el desmantelamiento circular, más allá de que lógicamente separas todos los materiales de los que está compuesta esa instalación por su correspondiente código LER para que la valorización tenga el mayor rendimiento posible, lo que haces es ir un escalón por encima buscando que parte de los equipos y los materiales sean reutilizados tal y como están. Esa parte el desmantelamiento lineal no la tocaba. Gracias a los principios y a los mecanismos que aporta la economía circular, lo que hace es abrir un abanico de posibilidades en un mercado de segunda mano, en empresas que se dedican exclusivamente a buscar la circularidad de materiales, en encontrar esos posibles destinatarios que les puedan seguir dando uso tal y como están o llevando a cabo pequeñas reparaciones o modificaciones.
¿Cuáles son las principales ventajas del desmantelamiento sostenible?
Tenemos varios ámbitos, el social, el medioambiental y el económico. Empiezo por el último, que es el más obvio: si buscas a una alternativa a los equipos de las instalaciones que vas a desmantelar puedes conseguir que o bien te paguen por ese bien que otro adquiere o bien tiene un coste muy inferior al que tendría con el transporte y gestión de todos esos materiales y residuos. Lógicamente hay un coste añadido en la gestión de residuos, pero por medio del desmantelamiento sostenible tienes una reducción de los costes que hace que tenga sentido llevarlo a cabo.
En el ámbito social, los demandantes de esos equipos de segunda mano van a obtenerlos con unos costes muy inferiores. En el ámbito local de estas instalaciones, pequeños talleres o pequeños laboratorios pueden comprar equipos para seguir desarrollando su actividad o incluso para implementar un nuevo área, llegando incluso ampliar su negocio y contratando a gente. En el ámbito social tiene un impacto muy importante. Y hay que añadir la contratación local que conlleva un desmantelamiento de esta envergadura. Toda la gente que ha trabajado en la instalación tiene un conocimiento muy elevado de la misma y puedes contratarles para que sigan desempeñando actividad durante las obras.
Y en cuanto a la parte medioambiental, es muy importante la medición de impactos. Por el hecho de no gestionar residuos estás reduciendo el depósito en vertedero, que es uno de los mayores problemas que existen a día de hoy. Al no sacar ese residuo y todos los procesos que conlleva hasta su destrucción no estás generando CO2. Toda esa reducción de huella ambiental la puedes medir y cuantificar. Y el resultado es que se produce una reducción muy importante. Todos nuestros proyectos ya tienen una medición de impactos. Con todos esos números preparamos un informe de desmantelamiento sostenible donde se incluyen todos los parámetros que son medibles y de esa manera consigues que tu desempeño sea tangible.
A la hora de la contratación, tanto en el ámbito de la Administración Pública como en el privado, ¿se tienen en cuenta todos estos parámetros?
Cada vez más. Por medio de la firma de pactos, sobre todo a nivel europeo, está cada vez más interiorizado. La Administración Pública está yendo en paralelo, a través de pactos en el ámbito de la Unión Europea y de la mano de países como Países Bajos, Francia, Alemania o Reino Unido, en los que llevan más tiempo trabajando en esta línea de la economía circular. Nosotros hemos estado colaborando en varias mesas de trabajo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para fomentar que el uso de la economía circular sea algo legislado. Ese tiene que ser el fin último, que no se pueda hacer ningún tipo de obra sin tener en cuenta esas posibilidades.
¿Creéis que la próxima Ley de Residuos y Suelos Contaminados va en esta línea?
Esta ley, que es un hecho y será publicada a principios de año, pone de manifiesto estos conceptos. Con la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados vamos a dar un paso importante para conseguir que estos objetivos se reflejen en una normativa por la que tengamos que regirnos todos.
¿Qué resultados destacables habéis tenido en proyectos de desmantelamiento sostenible?
Es algo que llevamos a cabo en todos nuestros proyectos, pero en los más grandes los resultados son más tangibles debido a la reducción importante en las toneladas de residuos. No es qué se hace con los residuos una vez que se han generado, sino la reducción de su propia generación por el hecho de recuperar y reutilizar todos los equipos. La demolición de la Central Térmica de Foix es una realidad y uno de los ejemplos más recientes que tenemos. También lo hemos llevado a cabo en la central térmica de Anllares, lo estamos haciendo en La Robla y lo vamos a hacer en la central de Narcea, cuyas obras comenzamos en breve.
¿Cómo se desarrolla el proceso que lleváis a cabo?
Antes de empezar el trabajo desmantelamiento vamos al lugar, inventariamos todos los equipos que han estado instalados en esa planta y les buscamos una segunda vida. Es un hecho; lo que hacemos es transformar todos esos equipos, los despiezamos en un informe y los clasificamos por su código LER y cantidad por tonelada que hemos dejado de generar por su reutilización. Esto es tangible, son una serie de toneladas de residuos, muchos de ellos peligrosos, que no se han generado.
Desde hace unos meses, a través de la reutilización hemos implantado una medición de impactos de huella de impacto ambiental que dejamos de generar. A través de un programa medimos un equipo desde la obtención de las materias primas para su fabricación hasta su destrucción y las toneladas de CO2 que se han dejado de emitir a la atmósfera por el hecho de reutilizarlos.
Nosotros somos gestores de RCD in situ, transformamos todos los residuos de demolición y construcción mediante una planta machacadora. Lo transformamos en un “todo uno”, una grava artificial para rellenos y la certificamos. Te evitas tener que sacarlo a una planta y lo reutilizas in situ. Deja de constituirse como residuo y tienes un material para rellenar todas las zonas que tienen cavidades y dejar toda la zona en condiciones.
Además de toda la complejidad técnica de este proceso, ¿conlleva un trabajo de documentación adicional?
Desde luego, a nivel documental conlleva un trabajo importante. Como todo gran proyecto, hay una parte inicial de generación de documentos. Nosotros hemos integrado esta parte, tenemos personal dedicado en exclusiva a esto. Integramos esta parte como una más de la ejecución y le damos la importancia que tiene. No debemos pensar en ello como un problema, sino como una oportunidad. Igual que tenemos dedicación en exclusiva a la parte de seguridad y prevención de riesgos laborales, tenemos a personas dedicadas a la parte de sostenibilidad.
¿Cuáles crees que serán las tendencias en el sector en cuanto a la economía circular y sostenibilidad?
Creo que la línea que se va a seguir es la que estamos siguiendo nosotros y alguna otra empresa del sector. El camino es largo todavía y aún estamos verdes, pero desde luego la tendencia va a ser esta. Lo que tiene que pasar es que muchas empresas como la nuestra, e incluso grandes empresas del IBEX, fomenten estas formas de trabajo y además se vean premiadas por ello, así como que queden excluidas las que no lo hagan así. La demolición lineal debe quedar atrás, el camino a seguir tiene que ser este. Los residuos son un problema muy grande y la economía circular es la solución.
Erik Sandonis, responsable de Oficina Técnica en Lezama Demoliciones, profundiza un poco más en los avances en I+D+i en esta parte de la entrevista.
¿En qué áreas está trabajando en mayor medida el sector en I+D+i?
Erik Sandonis: Por un lado, tenemos mejoras en cuanto a la digitalización y las nuevas tecnologías. Esto va relacionado con las mejoras y la modernización de la maquinaria. Aunque este aspecto no esté tan integrado en las propias empresas de demolición, la innovación y del desarrollo nueva maquinaria o de mejora de la ya existente también es una parte muy importante.
Y por último, todo aquello relacionado con la sostenibilidad y la economía circular en cuanto a investigación con nuevos materiales o cómo poder reutilizar los materiales que salen de las demoliciones. Los llamados recursos, más que residuos, y ver cómo se pueden reintroducir en el ciclo. Y para ello hace falta investigación, innovación y nuevos productos.
¿Cuáles crees que serán las principales líneas de acción en I+D+i en el sector en los próximos años?
Además de continuar con esa investigación y desarrollo en cuanto a los materiales para reintroducirlos en el ciclo y evitar la generación de residuos, más relacionado con la digitalización hablaría del uso de las herramientas BIM en la demolición. Se está empezando a aplicar más en el sector construcción propiamente, pasando de ser una obligación en muchos contratos públicos a también en los privados, y está empezando a investigarse cada vez más para el sector de la demolición y los residuos.
¿En qué medida están siendo aplicados los aspectos de I+D+i en obras reales?
Lo cierto es que poco. Hasta donde hemos tocado es más a nivel de pruebas piloto que una aplicación real. Nosotros sí hemos aplicado nuevas tecnologías en las obras para la formación en prevención de riesgos laborales, pero en cuanto al BIM se emplea más en pruebas piloto que en uso real. La investigación respecto a uso y reutilización de materiales la normativa aún no está desarrollada para permitir utilizarlos del todo. Aún está un poco verde.
¿En qué situación está el uso de materiales reciclados en la obra?
La sensación es que aunque se habla mucho de reutilizar y de buscar nuevos usos para los materiales, el mismo que dice que hay que fomentar su uso lo limita con la normativa. Por ir a algún caso concreto, si quieres reutilizar hormigón para cualquier tema estructural, la instrucción de hormigón estructural EHE te limita a un máximo de un 20% de material reutilizado. Es contradictorio que por un lado se fomente que se reutilice todo el hormigón que sale de una obra con que esté limitado a un 20% en una nueva construcción. Y eso si llegas a poder reutilizar algo. Esto no quita que ese hormigón tenga otros usos, como bases de carretera, pero están muy limitados. La investigación va encaminada precisamente a encontrar nuevos usos en recubrimientos, en hormigones reforzados que sean más resistentes térmicamente, etc.
No puede hacerse de cualquier manera, pero igual que están regulados los materiales nuevos, debe permitirse el uso de materiales reutilizados que cumplan con ciertas características. Del norte de Europa viene una oleada hacia aquí que tarde o temprano llegará. Estamos recibiendo fondos europeos para investigar cuestiones de economía circular y tarde o temprano tendremos que adaptar nuestra legislación para poner en práctica esas investigaciones.
¿Cuáles son las principales inversiones realizadas por Lezama Demoliciones en I+D+i?
En cuanto a investigación en maquinaria más moderna, la inversión más importante económicamente es en equipamiento nuevo, como el caso de una KMC-1200S totalmente personalizada que hemos adquirido recientemente. También en personal dedicado a I+D, en particular estamos desarrollando varios proyectos de herramientas BIM aplicadas al sector de la demolición. Y estamos en colaboración con universidades o entidades de investigación, tanto estatales como a nivel europeo, para tratar de involucrarnos y aportar lo que podamos en la reutilización de material. Tenemos acceso a materiales procedentes de nuestra demolición y podemos favorecer investigaciones con ellos para que estas entidades puedan proponer nuevos usos.