“Los áridos reciclados cubrirán entre un 10 y un 15% de la demanda”
La economía circular, el reciclaje y la sostenibilidad se han convertido en algunos de los objetivos principales de las instituciones europeas, como reflejo de la voluntad popular de una ciudadanía cada vez más concienciada. En este sentido, el sector de la construcción y la obra pública tiene un papel fundamental en el proceso y genera más de 2.500 millones de toneladas de residuos al año en la UE.
Este ha sido el tema central de la nueva sesión del Foro Potencia Residuos de construcción y demolición: Reciclaje y economía circular, durante la cual se ha tratado el papel del sector en la transición ecológica. Moderado por Ricardo Cortes, director del Foro Potencia, la sesión ha contado con la participación de José Ignacio Tertre, presidente de la Asociación Española del Reciclaje (RCD Asociación), y Javier Amigo, gerente de Arenas Malgo, empresa dedicada a la fabricación y venta de áridos reciclados.
España genera entre 25 y 30 millones de toneladas al año de Residuos de Construcción y Demolición (RCD). Una cifra que ha disminuido durante la pandemia a causa del parón en la actividad, pero, según datos de RCD Asociación, las previsiones para 2022 sitúan a nuestro país por encima de los 35 millones de toneladas.
El árido es uno de los productos más consumidos, en un ratio cercano a las 9 millones de toneladas por habitante al año en España. En este caso, el sector “podría ocupar entre un 15 y un 20% de esta producción si fuéramos capaces de reciclarlo todo. Yo creo que finalmente cubriremos entre el 10 y el 15% de la demanda del sector en los próximos años”, ha comentado Tertre.
Además, la nueva Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados, incorpora a nuestro ordenamiento jurídico la Directiva UE 2018/851 del Parlamento Europeo y el Consejo. Este nuevo reglamento revisa la regulación con el objetivo de avanzar en la economía circular, armonizar y mejorar la trazabilidad de los residuos, y reforzar la gobernanza en este ámbito.
En este sentido, el consejo de ministros aprobó el pasado mes de marzo el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Economía Circular, con el objetivo de incrementar la competitividad de los sectores industriales y empresariales, y aumentar la independencia comercial del país en un contexto de gran incertidumbre global. “Hay que recordar que existe una línea de acción directa para actuaciones transversales en economía circular dirigida a la reducción del consumo de materias primas, el ecodiseño, la gestión de los residuos y la digitalización. Para este paquete van a salir casi 200 millones de euros que se van a poner en marcha en un periodo muy corto de tiempo, 40 días”, ha explicado José Ignacio Tertre.
Además, el presidente de RCD Asociación ha recordado que desde la entidad van a intentar canalizar “todas estas líneas de crédito. Yo invito a las empresas que no formen parte de RCD y estén interesadas en aprovechar estas ayudas a que se pongan en contacto con nosotros”. Al mismo tiempo, Tertre ha anunciado la puesta en marcha de un importante acuerdo sectorial con Anefa (Asociación Nacional de Fabricantes de Áridos) para “tratar de dar el impulso definitivo a la puesta en obra de áridos y materiales reciclados”.
Economía circular
José Ignacio Tertre ha subrayado que “en un principio, para la gente que llevamos mucho tiempo en el sector, la palabra economía circular sustituía a lo que era el reciclaje. Pero poco a poco nos dimos cuenta de que en los procesos circulares también estaban implicados todos los agentes que intervienen en el ciclo de vida de los productos”.
Este no ha sido un camino fácil, en el año 2015 aparece el concepto de economía circular junto al primer plan en esta línea publicado por la Comisión Europea (CE). Esta es la primera vez que los RCD se tuvieron en cuenta como un factor importante, algo que en España no era habitual. “Se tomó un poco de conciencia al respecto, recuerdo que fue en aquellos primeros años cuando en nuestro país la prensa empezó a poner un poco el foco en los residuos de construcción”, ha dicho Tertre “Europa puso en marcha en 2008 la primera directiva donde se hablaba de reciclado, cambio climático o de esta sociedad del reciclaje en Europa”.
“Europa puso en marcha en 2008 la primera directiva donde se hablaba de reciclado, cambio climático o de esta sociedad del reciclaje en Europa”
“Europa puso en marcha en 2008 la primera directiva donde se hablaba de reciclado, cambio climático o de esta sociedad del reciclaje en Europa”
Entre 2016 y 2017 España presentó un protocolo de gestión de residuos que comenzó a recabar información clave para la gestión de los RCD. El presidente de RCD Asociación ha señalado que “este primer plan ya hablaba de una subida del PIB en Europa del 7% y de la creación inicial de más de 7.200 puestos de trabajo. En principio eso era lo que contemplaba el plan de acción de economía circular”.
“Hemos tardado bastantes años desde que nacieron todos estos conceptos hasta que todos los implicados tuvieron el semáforo en verde. Y me da un poco de rabia, pero hay que señalar en este punto que quizás el único semáforo que hemos tenido en rojo ha sido el de la propia administración”, ha resaltado Tertre.
“Este punto es complicado y es difícil porque con las administraciones no hay demasiado flujo, y ellos tampoco tienen un conocimiento técnico de lo que pasa en el día a día, tal vez se guían más por el papel que al final admite todo”, ha rebatido el gerente de Arenas Malmo. Además, Amigo ha asegurado que los trámites para conseguir que los áridos reciclados se empleen en las obras duran demasiado lo que hace muy difícil que este tipo de materiales se empleen en operaciones urgentes.
Pese a todas las medidas y el progreso en este ámbito, según cifras de RCD Asociación, en España aún tenemos un vertido incontrolado del 15%. Una cifra que, comparada con los datos de hace 5-10 años donde podemos encontrar tasas de entre el 30 y el 35%, refleja un avance considerable. “Aun así, todavía realizamos al año unas 30-40 denuncias de actividades ilegales”.
La estrategia española
En la actualidad, la estrategia española de economía circular para el año 2030 marca los objetivos de reducir en un 30% el consumo de materiales, un 15% la generación de residuos y disminuir los niveles de emisiones de GEI (Gases de efecto invernadero) por debajo de los 10 millones de toneladas anuales, entre otros.
A su vez, el último plan de acción cuenta con un capítulo vinculado directamente a la gestión de residuos. El objetivo es desarrollar un marco normativo que determine la aplicación de las jerarquías, e incentive la demolición selectiva y la separación en origen. “En España tenemos 2 normativas del 2022 en curso, el real decreto 208/22 sobre garantías financieras en materia de residuos, el cual establece que, desde el productor hasta el gestor, el agente, el transportista etc. van a tener que garantizar las operaciones para las que están autorizados. Y, como no, el Real Decreto 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular”.
Esta normativa tiene por objetivo sentar todos estos principios a través de la legislación básica del estado. Entre otras cosas, el Real Decreto se centra en el fin de la condición de residuo, la separación en fracciones durante la obra, la demolición selectiva, los libros digitales, el ecodiseño o los impuestos en vertederos.
Además, la directiva completa algunos aspectos relevantes como el régimen de autorización de plantas móviles, algo que la anterior legislación no contemplaba. “Antes había un vacío legal, pero la nueva ley 7/22 ya habla de los permisos necesarios para las plantas móviles y trata también los permisos para las obras de relleno. Asique parece va a haber un control bastante más exhaustivo”, ha comentado el presidente de RCD Asociación.
Por otra parte, el artículo 30 trata concretamente los residuos de construcción y demolición. La normativa indica que a partir del próximo día 1 de julio los RCD deberán separarse al menos en las siguientes fracciones: madera, minerales, hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica, piedra, metales, vidrios y plástico. Sin embargo, Ignacio Tertre ha alertado de que “Yo veo un plazo muy corto, quedan 15 días y solo tenemos que darnos una vuelta por cualquier ciudad de España y ver cómo están los contenedores, para darnos cuenta de que va a ser muy difícil llevar esto a cabo”.
“Para mí sería genial que en dos semanas tuviera que estar todo separado, pero lo veo imposible, sobre todo en esas pequeñas obras de contendores”, ha dicho Javier Amigo. Por su parte, el gerente de Arenas Malgo ha recordado que la compañía se dedicó durante mucho tiempo a gestionar contenedores, hasta convertirse en el mayor administrador de este tipo en La Coruña. Sin embargo, terminaron abandonando este negocio porque “el residuo de contenedor es muy heterogéneo. Además, yo entiendo que en una demolición pequeña es muy complicado, pero muchas demoliciones grandes de edificios completos tampoco seleccionan nada. Te lo traen a planta todo junto y yo no sé qué hacer con ello”, ha constatado Amigo.
Otro de los cambios para los productores de RCD es la demolición selectiva que será obligatoria a partir del 1 de enero de 2024. Lo que concede un plazo más amplio para estudiar como afrontar estos cambios. “El real decreto hablaba de un sistema de fianzas que era la magia del control de los residuos de construcción. Pero esto no se ha cumplido en el 10% de los ayuntamientos españoles en este periodo y la gente casi se ha olvidado. Y ya no hablo de los estudios de gestión, antes hacíamos muchos y últimamente parece que ni siquiera piden este requisito. Todo esto hay que cambiarlo”.
En cuanto a los impuestos en vertedero, finalmente se han fijado en 3 euros para los residuos inertes si han sido eximidos de tratamiento y 5 euros si tienen tratamiento previo, mientras que para los residuos no peligrosos se sitúa entre 10 y 15 euros. Asimismo, el ámbito de aplicación se circunscribe a todo el territorio nacional, para evitar el “turismo de residuos” que se daba en lugares como Madrid con Castilla la Mancha o Castilla y León.
“Aún quedan flecos para la puesta en marcha de la ley, hay un capítulo muy importante sobre vigilancia y control, para que haya suficientes inspecciones. Y a esto se suma el régimen sancionador que realmente es importante, ya que nos va a obligar a cumplir la ley desde el principio. Estamos hablando de sanciones importantes desde 100.000 euros hasta 3 millones y medio” ha recordado Tertre.
Fin de la condición de residuo y requisitos medioambientales
A la hora de afrontar esta situación la mayor parte de los problemas los encontramos en los requisitos medioambientales y el fin de condición de residuo. “Si antes teníamos poco en los criterios de admisión a vertedero, que es el reflejo para saber si un residuo es inerte, peligroso o no peligroso, la UE rizando el rizo ha hecho un estudio de flujos de residuos candidatos para someterlos a criterios adicionales al fin de condición de residuo”, ha aclarado el presidente de RCD Asociación.
“El árido reciclado debe tener una calidad. Si queremos que tengan salida debe ser acorde con lo que pide el mercado”
Javier Amigo, gerente de Arenas Malgo
Este nuevo estudio sitúa algunos residuos críticos en el ranquin para someterse a nuevos requisitos como son los textiles, plásticos, áridos reciclados procedentes de la construcción y demolición, y papel o cartón. Por su parte, Tertre ha comentado que “ahora aparecen en este estudio de posibles riesgos adicionales el antimonio, cadmio, cromo, vanadio, sulfatos, etc. Estoy deseando llegar a la revisión del Real Decreto para ver realmente que estamos haciendo”.
Este contexto legislativo supone un riesgo para muchas de las operaciones del sector. Por ejemplo, en Italia la aplicación de los parámetros que baraja la CE ha provocado que el 80% de todos los áridos reciclados del país no se puedan emplear. “No queremos que esta situación se repita en España. Por eso estamos centrando mucho el foco en esos parámetros adicionales, porque es lo que se está pidiendo”, ha dicho Tertre.
En cuanto al fin de condición de residuo ya está bastante avanzado en dos flujos de residuos procedentes de los RCD: Los 17-0101, el hormigón y los 17-0302, las mezclas bituminosas. El presidente de RCD Asociación ha asegurado que “estos dos están ya en estudio y creemos que en un plazo de tiempo bastante corto van a dejar de considerarse residuos, con el resto aún tenemos una lucha bastante importante”.
Del mismo modo, el artículo 5 del Real Decreto 7/2022 también considera todos estos conceptos para acabar con la condición de residuo. “Esta es la gran lucha que llevamos desde hace 3 años, porque nuestros áridos reciclados se usan para una finalidad, existe un mercado y cumplimos los requisitos técnicos dependiendo de la aplicación. Pero, la ley también indica que estos productos deben no generar un impacto negativo para el medioambiente. Esta frase que a priori no parecía tan importante es la clave del asunto. ¿Cuáles son los requisitos que se van a poner para que cumpla realmente la no generación de estos impactos negativos? ¿Dónde ponemos el límite? Porque no queremos que nos pase como a Italia”, ha reiterado Tertre.
El futuro de los áridos reciclados
Pese a que cada vez la población está más concienciada con la economía circular, a nivel práctico muchos jefes de obra deciden no recurrir a materiales reciclados si pueden utilizar áridos naturales. Sin embargo, Javier Amigo ha apuntado que “nosotros hemos empleado esto en obras de cierta importancia incluso en alguna carretera nacional y siempre con éxito”.
“El árido reciclado tiene muy mala fama por el hecho de ir muy mezclado, no es limpio. Parte de la culpa de esta reputación es de los gestores que a veces aseguran cumplir los requisitos del marcado CE y cuando se pone en obra está lejos de ser el producto que se prometía. Es un escombro triturado y poco más”, ha comentado el gerente de Arenas Malgo. “Esa es una de las asignaturas pendientes de las plantas; un árido reciclado debe tener una calidad. Si nosotros queremos que salgan deben ser acorde con lo que pide el mercado”.
Del mismo modo, Amigo ha asegurado que “este sentimiento al principio supuso una gran traba, las direcciones de obra no eran nada receptivas con los áridos reciclados. Esto ha ido cambiando mucho gracias a las demostraciones que ofrecí, en algunos casos gratuitas, para probar la eficacia del producto. Tras emplear las muestras y ver que el árido funcionaba, esto era una maravilla, porque por una parte somos más económicos y por otra estamos contribuyendo al tema medioambiental, aunque eso hace 10 años no estaba tan de moda”.