La prohibición de los descartes de pescado y el colapso del sistema de gestión de la pesca
Un nuevo documento, “The Unintended Impact Of The European Discard Ban” ha descubierto que se ha aplicado un aumento en las cuotas de pesca anuales de hasta el 50% para «apoyar» la aplicación de la Obligación de desembarcar (OD) – la norma para reducir los descartes de pescado – en las aguas de la UE en 2020, a pesar de que la norma no se ha aplicado y se sigue descartando pescado. El documento, de Lisa Borges, concluye que es probable que esta discrepancia conduzca a un enorme aumento no calculado de la presión pesquera y, por lo tanto, lleve a una implosión del sistema de gestión de la pesca de la UE.
«La obligación de desembarcar tiene el potencial de ser el impulso más importante para una pesca más selectiva en Europa en los últimos 20 años. Por lo general, cuando se hace un cambio significativo en la legislación que podría tener un efecto radical en el comportamiento de los pescadores, esta viene con incentivos positivos y negativos. En Europa, sin embargo, los pescadores recibieron una cuota extra para dar cuenta de la captura no comercial adicional. Pero no sólo no están desembarcando esa captura adicional, sino que no están siendo monitoreados o controlados», ha asegurado Lisa Borges.
«Estos importantes aumentos en los límites de pesca de la UE, las exenciones a las normas y la falta de vigilancia y aplicación de las mismas están empujando ahora el sistema de gestión de la pesca de la UE hacia un punto de inflexión. Todas las partes interesadas deben reconocer el impacto que la obligación de desembarcar está teniendo en el sistema de TAC y tratar de minimizarlo, de lo contrario veremos implosionar nuestro sistema de gestión de la pesca», ha concluido Borges.
«Este nuevo trabajo científico confirma lo que muchos científicos y grupos conservacionistas han estado diciendo durante años: sin un recuento adecuado de las capturas y la aplicación de las normativas de pesca, tenemos una sobrepesca masiva y el colapso de las poblaciones de peces, lo que a su vez descompone los ecosistemas marinos y socava los datos científicos y el sistema de gestión de la pesca, amenazando en última instancia la seguridad de la industria pesquera», ha señalado Rebecca Hubbard.
«Es una vergüenza que una industria pueda salirse con la suya con un comportamiento ilegal de tan amplia escala, que puede devastar un recurso público e impactar en los ecosistemas, sin ninguna repercusión. En cambio, los gobiernos de la UE están recompensando estos comportamientos sin sentido con aún más cuotas de pesca. Con varias poblaciones de peces de la UE, como el bacalao y el arenque, al borde del colapso, es urgente que la Comisión y los ministros de pesca empiecen a reconocer las capturas ilegales no declaradas, estableciendo límites de pesca más conservadores y aplicando las normas en el mar con vigilancia electrónica», ha destacado Hubbard. Fuente: Our Fish