La construcción industrializada facilita el acceso a viviendas de altas prestaciones
La dificultad para acceder a un inmueble en alquiler o en propiedad se convierte en uno de los principales retos del mercado inmobiliario. La escasa oferta de vivienda asequible y de altas prestaciones, unida al incremento de precios, provoca que la edad de emancipación en España se sitúe en los 29,8 años -frente a los 26,4 de la media europea, según Eurostat-. Además, el peso del gasto en vivienda en los presupuestos familiares se ha incrementado cerca de un 5% en los últimos años, tal y como ha advertido la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Un contexto de gran incertidumbre que lleva a la industria a encontrar nuevas soluciones y métodos constructivos que lo resuelvan. Así, la construcción industrializada se configura como una de las soluciones definitivas, para el desarrollo sostenible del sector, gracias a su impacto económico, medioambiental y, sobre todo, social.
Una prueba del protagonismo que toma el modelo industrializado es su papel como potencial receptor de los fondos Next Generation, plan de recuperación para Europa que tiene como objetivo reparar los daños económicos y sociales causados por la pandemia, y del que casi 7.000 millones de euros irán destinados al sector constructor-inmobiliario.
La dirección de Wallex, sistema constructivo industrializado offsite, explica algunas de estas claves que contribuyen al compromiso social del modelo en el acceso a la vivienda de altas prestaciones a coste competente:
Certidumbre de costes y mayor productividad de la mano de obra a través de industrialización. Este sistema permite estimar con precisión todos los elementos constructivos, los tiempos y los costes del proyecto, dotando al cliente de una certidumbre de costes mayor. El trabajo en un entorno medido y controlado permite una mayor productividad de la mano de obra, así como una optimización de los recursos materiales. Además, reduce los plazos de construcción, disminuye los errores inesperados y supone una importante reducción de las incidencias postventa. Todo ello se refleja en el precio final del producto residencial, facilitando el acceso a la vivienda.
Su rapidez y simultaneidad de tareas frenan el incremento de precios por la descompensación entre oferta y demanda. La construcción industrializada rebaja la tensión sostenida entre el incremento de la demanda y la limitada capacidad de producción del modelo constructivo tradicional, contribuyendo, por ende, a relajar el incremento de precios. El motivo principal reside en su mayor rapidez y capacidad para realizar varios trabajos de forma simultánea, reduciendo los plazos de ejecución hasta un 50%, e incrementando la posibilidad de asumir la ejecución de un mayor número de viviendas en menos tiempo.
Gran aliada del build to rent. Siendo un modelo que aporta planificación y previsión más precisa, el sistema Wallex está optimizado con una estructura que permite aumentar notablemente la superficie útil de las viviendas y dotar de mayor espacio al prescindir de pilares. En el modelo build to rent, un plazo de construcción reducido es clave para el modelo de negocio de los promotores. Y, en el plano de asset management, un sistema constructivo industrializado permite una mayor eficiencia en la gestión del activo.
Favorece el acceso a viviendas eficientes y confortables. Este sistema permite el cálculo de áreas como puentes térmicos, siendo posible construir edificios con niveles de aislamiento térmico compatibles o, incluso, superiores a lo establecido en el Código Técnico de la Edificación, en su Documento Básico de Ahorro Energético (CTE-DB-HE). De esta manera, los inmuebles resultantes requieren un menor consumo de energía para su acondicionamiento y mejoran el gasto en las facturas energéticas optimizando el confort de los inquilinos.
Proporciona inmuebles de altas prestaciones con espacios menos susceptibles a reparaciones. Este tipo de construcción favorece el desarrollo de viviendas con alta precisión y calidad del acabado y del diseño. Además, la durabilidad de los elementos prefabricados, especialmente aquellos de hormigón con fines estructurales, que han sido desarrollados en un proceso industrial altamente controlado, contribuyen a asegurar una vida útil superior a la establecida reglamentariamente.