Tiene una importancia ecológica con una excelente transformación de recursos forrajeros de montaña
La rusticidad y su potencial reproductivo son las grandes ventajas de la cabra Negra Serrana
La cabra Negra Serrana figura en el Catálogo Oficial de Razas de España como autóctona en peligro de extinción. Con una notable rusticidad, habita las Sierras de Alcaraz y del Condado, Sierra Morena, Sierras de Cazorla, Segura y las Villas en las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y Andalucía.
El sistema productivo más común es el extensivo, basado en el pastoreo, es una raza que aprovecha muy bien el ramón del olivo y podas de encina. Tiene un alto potencial reproductivo, con una fertilidad superior al 90% en épocas favorables para la cubrición llegando a unos índices de prolificidad del 150%, no suele tener partos distócicos ni patologías reproductivas como es común en razas rústicas, según señala en su página web la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino Negra Serrana Castiza (Ancca).
Ejemplar de cabra Serrana con su cría.
Con un alto potencial cárnico a pesar de su cría tradicional, ofrece un cabrito precoz con un peso medio al nacimiento de 3,5-4,5 kilos para los machos y 2,5-3,5 kilos en hembras. Las madres tienen una capacidad lechera de cerca de un litro diario con lo que los cabritos llegan a tener una ganancia media diaria de entre 200-250 gramos. A la edad de destete (35-45 días) llegan a tener un peso al sacrificio que oscila entre 12 y 15 kilos con un rendimiento a la canal de entre 53-55%.
Además, tiene una importancia ecológica y funcional, ya que su autosuficiencia energética y excelente transformación de recursos forrajeros de montaña en carne de alta calidad mediterránea, de gran prestigio culinario, le convierte ideal para la cría ecológica.
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