El tocho reciclado Infinity de CORTIZO obtiene la Declaración Ambiental de Producto
Cortizo acaba de lograr la Declaración Ambiental de Producto (DAP) para Infinity, su tocho de aluminio 100% reciclado posconsumo realizado a partir de ventanas, puertas, barandillas, fachadas y otras piezas que, una vez terminada su vida útil, son recuperadas e integradas de nuevo en el proceso productivo en las plantas de fundición que la compañía tiene en Padrón y Mieres.
El lanzamiento de Infinity supone un paso más de Cortizo en su apuesta por la economía circular y la eco-arquitectura, ofreciendo un tocho para la extrusión de perfiles con una de las huellas de carbono más bajas del sector. Así lo acredita esta Declaración Ambiental de Producto que garantiza que durante su elaboración tan solo se generan 0,92 kg de CO2 por cada kilo de aluminio producido, un dato que se traduce en una reducción de emisiones del 86% y un ahorro energético del 95% respecto a la producción de tocho primario, si tomamos como referencia la media ofrecida por la Asociación Europea del Aluminio. Conviene resaltar que esta DAP, registrada en Eco Platform, ofrece un valor añadido a los proyectos arquitectónicos que incorporen Infinity, ya que podrán adquirir mayores puntuaciones en certificaciones de construcción sostenible como LEED, BREEAM y Verde.
“Infinity no es una mera propuesta, es una realidad tangible auditada por organismos independientes que nos sitúa como un referente de la edificación verde”, afirma el director general de arquitectura de Cortizo, Daniel Lainz. “Participamos en la cadena de reciclaje de principio a fin: recogemos las ventanas retiradas por nuestros clientes en las rehabilitaciones, las transportamos a nuestro centro de tratamiento para triturarlas, separar sus componentes y aprovechar todo el aluminio con el que fabricaremos el tocho Infinity. Con esa materia prima, se extruirán perfiles para la fabricación de nuevas carpinterías de alta eficiencia energética”. Cabe recordar que la trazabilidad de todo el proceso ha sido verificada por el organismo independiente Bureau Veritas.
Con esta iniciativa, Cortizo reafirma su compromiso con el reciclaje del aluminio, un material que puede ser reutilizado de manera infinita sin merma alguna de sus cualidades. La firma padronesa desarrolla esta actividad desde hace más de tres décadas a través de su división Cortizo Recycling, contribuyendo así a la optimización de recursos, la disminución del consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos.
Chatarra de aluminio posconsumo recogida por Cortizo, a partir de la cual se produce el tocho Infinity.
Tras el lanzamiento de Infinity, Cortizo se ha aliado con las principales constructoras, promotoras, fachadistas y estudios de arquitectura de los países en los que opera para impulsar el uso de este aluminio 100% reciclado en todos sus proyectos, creando la red Infinity Partner. La materialización de estos acuerdos ya se puede visibilizar en obras tan singulares como el Campus de la Universidad de Columbia y el rascacielos 121 Broadway Street en Cambridge (Massachusetts), el proyecto South Bank B5 en Londres, el Hospital del Niño de Panamá o la quinta torre de Garellano de Bilbao, diseñada por el prestigioso estudio internacional de Richard Rogers. Por supuesto, también está presente en su nuevo Campus Tecnológico de Padrón, un complejo de más de 25.000 m2 cuya envolvente ha sido fabricada en su totalidad a partir de Infinity.