Un documento de AGUA y pwc disecciona la situación actual y los retos futuros del ciclo urbano del agua en España

El documento ‘Estimación del déficit de inversiones en el ciclo urbano del agua en España’, hecho público a mediados de junio y elaborado por la Asociación de Gestores Urbanos del Agua (Agua) junto a la consultora pwc, revela una situación alarmante en cuanto al estado actual y futuro del ciclo urbano del agua en España. Aunque nuestro país ha logrado avances significativos en las últimas décadas —especialmente en áreas como la reutilización— la falta de inversión en infraestructuras pone en riesgo la sostenibilidad futura del sector y, más grave aún, el suministro seguro de agua de calidad a toda la población.

El déficit de inversiones, estimado en 5.000 millones de euros anuales (en el período 2017 - 2022 las inversiones anuales promedio ascendieron a 1.200 millones de euros, cuando el informe estima que el ciclo urbano del agua en España necesita alrededor de 6.200 millones de euros al año en inversiones), es una barrera que debe ser superada para que el ciclo urbano del agua pueda continuar operando de manera eficiente y sostenible. Las medidas propuestas en el informe —que incluyen mejorar la financiación, fomentar una operación más eficiente y establecer un ente regulador independiente— son pasos cruciales hacia la superación de estos desafíos.

Sin una acción decisiva, España corre el riesgo, cada vez más evidente y cercano, de sufrir una crisis hídrica todavía más grave en las próximas décadas, acentuada por el cambio climático y el envejecimiento de las infraestructuras. El informe considera esencial que tanto el sector público como el privado trabajen de forma conjunta para abordar este déficit de inversión y garantizar un suministro de agua seguro y de calidad para todos los ciudadanos.

El documento ofrece una visión de la situación actual del ciclo integral del agua en España, especialmente en lo que se refiere a la inversión necesaria para mantener su funcionamiento y abordar los desafíos derivados de la crisis económica y los problemas estructurales del sector. El análisis valora los aspectos del contexto, el diagnóstico de la situación actual, los desafíos específicos del sector y las medidas propuestas para revertir el déficit de inversiones, todo ello con el objetivo de alcanzar un desarrollo sostenible y mejorar la infraestructura.

El ciclo integral del agua en España es vital no solo para la vida humana y la preservación de ecosistemas, sino también para el desarrollo económico del país. La importancia del agua como recurso esencial se ha visto acentuada por su escasez en muchas regiones, lo que subraya la necesidad de realizar un análisis profundo sobre cómo gestionar mejor los recursos hídricos, se afirma en el estudio.

El documento focaliza su análisis en el ciclo urbano del agua, que abarca desde la captación y potabilización del agua, su distribución a los consumidores, hasta la recogida y depuración de aguas residuales. AGUA y pwc también incluyen en este ciclo la reutilización del agua tratada, un área donde España se ha convertido en un líder europeo.

Sin embargo, el informe subraya que, a pesar de los avances en las últimas décadas, el progreso en el ciclo urbano del agua se ha ralentizado significativamente en los últimos diez años. Este estancamiento coincide con una fuerte reducción de las inversiones tanto del sector público como de los operadores privados. De hecho, existe un claro consenso sobre el acusado déficit de inversiones dirigidas a estas actividades, una circunstancia que amenaza la sostenibilidad del ciclo urbano del agua en el país.

El principal objetivo del informe es proporcionar un diagnóstico detallado de la situación actual del ciclo urbano del agua en España, cuantificar el déficit de inversión con precisión y proponer medidas para corregir esta tendencia. Con ello se pretende asegurar no solo la continuidad del servicio en el corto plazo, sino también su sostenibilidad a largo plazo.

En la actualidad, se remarca en el análisis, el ciclo urbano del agua en España es un servicio de alta calidad con una cobertura que alcanza a la gran mayoría de la población. Esta situación se ha logrado gracias al esfuerzo constante de los operadores, tanto públicos como privados, quienes han contribuido con profesionalización, innovación y un enfoque multidisciplinario a alcanzar este hito. En el informe se destaca en varias ocasiones que la colaboración público-privada ha sido un pilar fundamental para alcanzar muchos de los logros del sector.

No obstante, a pesar de estos avances, el documento señala que el progreso se ha detenido desde la crisis económica de 2008-2012. Las métricas clave del sector han dejado de mejorar, lo que está directamente relacionado con una caída drástica en las inversiones tanto por parte de las administraciones públicas como de los operadores privados.

El informe estima que el ciclo urbano del agua en España necesita alrededor de 6.200 millones de euros anuales en inversiones para expandir, renovar y mejorar las infraestructuras necesarias para cumplir con los requisitos regulatorios del sector. Esta cantidad se desglosa en:

• 2.600 millones de euros para medidas de expansión de infraestructuras contempladas en los Planes Hidrológicos.
• 550 millones de euros para la puesta en marcha de nuevas infraestructuras no recogidas en dichos planes.
• 2.600 millones de euros para la renovación de activos existentes.
• 450 millones de euros para adaptar las infraestructuras de depuración a los nuevos requerimientos de la directiva europea.

A día de hoy, se reitera en varias ocasiones en el estudio, las inversiones en el sector están muy por debajo de este nivel. En el período de 2017 a 2022, las inversiones anuales promedio han sido de solo 1.200 millones de euros, lo que deja un déficit anual de aproximadamente 5.000 millones de euros.

En el informe se remarca que la colaboración público-privada ha sido crucial para el desarrollo del sector, y se lamenta sobre la ausencia de un marco normativo y regulador estable, circunstancia que ha dificultado la inversión necesaria. Ante esta realidad, se proponen medidas para mejorar la financiación de las infraestructuras, incluida la creación de un Fondo Nacional del Agua, así como cambios regulatorios para flexibilizar el modelo concesional y permitir una mayor inversión privada.

En España, el consumo anual de agua ronda los 28,4 mil hectómetros cúbicos (hm³) brutos, de los cuales la mayor parte (78%) se destina a la agricultura. El uso urbano representa el 17% del total (unos 4,8 mil hm³), mientras que el uso industrial supone el 4% (1,2 mil hm³). Todos los usos del agua en España han mostrado una tendencia decreciente en las últimas dos décadas, en parte debido a una mayor eficiencia en la captación y el transporte del agua, así como en el uso más eficiente por parte de los consumidores finales.

A nivel urbano, y como bien saben nuestros lectores, el agua es captada y tratada en plantas potabilizadoras antes de ser distribuida a los consumidores. A continuación, las aguas residuales son recogidas a través de la red de alcantarillado y llevadas a plantas de depuración, en las que se tratan antes de ser devueltas al medio ambiente o reutilizadas para otros fines, como el riego o la industria. En este sentido, el informe remarca que España destaca como líder en Europa en la reutilización de agua, aunque el ritmo de avance en esta área también se ha estancado.

El análisis, muy completo y en cuya elaboración se ha recurrido a fuentes informativas y estadísticas tanto nacionales como internacionales, se recuerda que el ciclo integral del agua se divide en dos grandes sistemas: agua en alta y baja. La primera tipología incluye la captación, almacenamiento y transporte del agua hacia las plantas de tratamiento, mientras que el agua en baja abarca las actividades urbanas como la potabilización, distribución, alcantarillado, depuración y reutilización.

En términos de infraestructura, el ciclo integral del agua en España ha logrado avances significativos, pero debe hacer frente a grandes desafíos debido, por un lado, al envejecimiento de las infraestructuras y, por otro, a la falta de inversiones en su renovación. Una gran parte de las redes de abastecimiento y alcantarillado tienen más de cuarenta (40) años, lo que incrementa las pérdidas de agua y reduce la eficiencia del sistema.

Aunque la desalación no es una parte intrínseca del ciclo urbano del agua, AGUA y pwc la incluyen en el análisis debido a su importancia estratégica en la mitigación del estrés hídrico. La desalación, se añade en el estudio, es una herramienta clave en regiones costeras que asumen una elevada demanda de agua y sufren una escasez de recursos naturales. A pesar de su desarrollo, en el informe se apunta que todavía es necesario integrar más y mejor esta tecnología en el ciclo urbano.

España es uno de los países europeos que sufre mayor estrés hídrico, es decir, en nuestro país se consume una proporción significativa de los recursos hídricos renovables. El informe señala que los caudales de los ríos han disminuido un 12% en los últimos cuarenta años, y que el cambio climático está acentuando este problema al reducir las precipitaciones y aumentar las temperaturas. Esta situación es particularmente grave en las regiones del sureste de España, donde la desertificación es un riesgo real y creciente.

Para hacer frente a esta situación, se afirma en el estudio, los Planes Hidrológicos del tercer ciclo (2022-2027) han reducido las asignaciones de recursos hídricos para todos los usos en 1.200 hm³ anuales, con un presupuesto de 23.000 millones de euros para el desarrollo de infraestructuras que ayuden a mitigar el estrés hídrico.

En el informe se constata una reducción significativa en las precipitaciones y un aumento de las temperaturas en las últimas décadas. En 2022 y 2023, España registró niveles de precipitaciones un 16% por debajo de la media histórica, mientras que los embalses se encontraban a niveles críticamente bajos, con algunas regiones al 20% de su capacidad. Este panorama es especialmente grave en regiones del sur y el Mediterráneo, donde las sequías prolongadas son cada vez más frecuentes.

El análisis también señala que, según las proyecciones futuras, el cambio climático seguirá afectando negativamente a la disponibilidad de agua en España, con reducciones adicionales en las precipitaciones y mayores temperaturas, lo que a su vez aumentará la demanda de agua. El riesgo de desertificación también es una preocupación creciente, con casi la mitad del país en riesgo de convertirse en desierto en las próximas décadas.

El sector del agua en España enfrenta uno de los índices más bajos de renovación de infraestructuras en Europa. En 2019, la tasa de renovación de los activos de abastecimiento y alcantarillado fue solo del 0,4%, muy por debajo de la media europea del 0,7%. Además, una parte significativa de las redes acumula más de cuatro décadas de uso, un factor que contribuye a las altas tasas de pérdidas de agua que se producen en algunas zonas de España. En 2020, se remarca en el estudio, el 23% del agua no era registrada, lo que significa que se perdía antes de llegar al consumidor final debido a fugas y averías en las infraestructuras.

La falta de inversión en la renovación de infraestructuras es uno de los principales problemas que enfrenta el sector. En el análisis de AGUA y pwc se afirma que España necesita invertir de manera más agresiva en la modernización de sus redes para reducir las pérdidas de agua y mejorar la eficiencia del sistema.

Para abordar los desafíos mencionados, el informe de AGUA y pwc aboga por la instauración de medidas, que la consultora agrupa en cuatro categorías principales:

Mejora de la financiación

El principal reto financiero que debe afrontar el sector es la falta de una metodología clara y estable para la fijación de tarifas de agua, que en la actualidad son bajas y varían considerablemente entre regiones, lo que impide una recuperación adecuada de los costes. El informe propone la creación de una metodología nacional para la estimación de tarifas, así como la inclusión de partidas específicas en las tarifas destinadas a financiar la reposición de activos existentes. Además, se propone la creación de un Fondo Nacional del Agua que permita financiar proyectos donde los medios tradicionales de financiación no sean viables.

Mejora de la planificación de infraestructuras

El estudio subraya la importancia de establecer una mejor planificación a nivel municipal para asegurar que las inversiones se dirijan a las áreas que más lo necesitan. Se propone establecer un marco regulador que mejore la planificación y ejecución de inversiones en infraestructuras del ciclo urbano del agua.

Fomento de una operación más eficiente

Para mejorar la eficiencia del sector, el informe sugiere incentivar la agregación municipal para aprovechar las economías de escala. Muchas de las pérdidas de agua y la ineficiencia operativa se deben a la fragmentación del sistema en muchas pequeñas redes municipales. La integración de estos servicios podría mejorar significativamente la eficiencia y reducir las pérdidas.

Regulación del sector

El informe aboga por crear un ente regulador independiente para el sector del agua en España. La ausencia de esta figura ha propiciado una gestión fragmentada y, en muchos casos, ineficiente del agua. La instauración de esta figura permitiría aplicar un enfoque más técnico e independiente en la toma de decisiones, asegurando que las inversiones y las políticas se implementen de manera más coherente y efectiva.

La circularidad, con margen de mejora

La economía circular supone una transformación fundamental en la gestión del agua. Así, la Directiva Marco Europea del Agua (DMA) nace como respuesta a la necesidad de unificar las actuaciones en materia de gestión de agua en la Unión Europea. Esta directiva establece unos objetivos medioambientales homogéneos entre los Estados miembros de la UE para las masas de agua. 

Esta filosofía busca desarrollar un futuro sostenible en todos los sectores económicos, incluido el ciclo urbano del agua. En este contexto, el sector del ciclo integral  del agua desempeña un papel crucial para intentar paliar la escasez estructural de recursos hídricos que sufre España. Ante la necesidad de gestionar de manera más eficaz los recursos hídricos y garantizar un suministro seguro para la población y las actividades económicas, el sector del agua debe potenciar la transición hacia una economía circular y sostenible.

La evolución del volumen de agua reutilizado en España lleva años estancada, por lo que el sector debe materializar en los próximos años el gran potencial que alberga esta solución tecnológica. Además, la regulación nacional sobre la reutilización de aguas tiene un mayor grado de avance en comparación con otros países de la Unión Europea. En este sentido, el Real Decreto Ley 4/2023 representa un avance significativo, ya que actualiza varios aspectos con respecto a la regulación anterior., entre los que el informe cita la aplicación de la normativa europea (Reglamento UE 2020/741), que tiene como objetivo facilitar la implementación de la reutilización del agua de manera eficiente en relación con los costes, proporcionando un marco favorable para los Estados miembros que opten por esta práctica.

Asimismo, se establecen las responsabilidades en cuanto a producción, distribución y uso del agua reutilizada, junto con la obligación de elaborar planes de seguridad sanitaria. Respecto al Real Decreto 1620/2007, se le aplica una modificación, el cual trata de regular el régimen jurídico de la reutilización de aguas depuradas. El análisis de AGUA y pwc califica de "relevante" la aprobación de los Planes Hidrológicos del 3º ciclo el 23 de enero, que contempla una inversión de 1.000 millones de euros en 200 proyectos.