Entrevista a Pascual Fernández, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS)
No es nuevo, pero conviene recordarlo una vez más: las tarifas del agua en España siguen siendo inferiores a las de países de nuestro entorno geográfico y “muy por debajo de los niveles tarifarios de otros sectores homólogos”, señala Fernández, quien añade que esta circunstancia “nos ha llevado a un importante déficit de inversiones y a tener unas infraestructuras envejecidas”. Ese escaso mantenimiento es la principal causa de que el porcentaje de pérdidas en redes urbanas de abastecimiento fuera en 2020 del 14,4%, una cifra imperdonable en un país con un régimen pluviométrico tan bajo e irregular como España.
¿Cuál es la valoración que hace la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) del RD-ley 04/2023?
Se trata de un texto legislativo que era necesario para adecuar el ordenamiento jurídico nacional al reglamento de reutilización europeo. Uno de los grandes beneficios aportados por este texto es el impulso a la reutilización de aguas que se quiere dar desde la Administración, la obligatoriedad de disponer de un plan para fomentar la reutilización de aguas en municipios de más de 50.000 habitantes y la posibilidad de conceder ayudas para dicho impulso. Además, se han simplificado algunos trámites administrativos.
Además de promover la construcción y entrada en funcionamiento de nuevas infraestructuras, ¿qué otras medidas considera necesarias para asegurar un adecuado abastecimiento de agua en nuestro país para usos industriales, agrícolas y humanos?
Existen muchas claves para garantizar la seguridad hídrica y la combinación de todas ellas es lo que permite lograrla.
En primer lugar, la resiliencia y aprendizaje de situaciones y experiencias pasadas es uno de los pilares fundamentales para evitar tropezar dos veces con la misma piedra. Para ello resulta muy útil la planificación hidrológica, la planificación ante emergencias por sequía y la planificación de riesgos. En un país tan seco y árido como es España es de gran importancia esta planificación para asegurar la disponibilidad de agua en cantidad y calidad suficiente a largo plazo.
Dentro de esta planificación, destacan por aportar más recurso o evitar su desperdicio, la reutilización de aguas para otros usos que no sea el consumo humano, así como la desalación de aguas. En España se reutilizaron, en 2020, 343 hm3 de agua regenerada de forma directa y otros 150 hm3 de forma indirecta, mejorando de forma evidente la calidad de los caudales ecológicos de muchos de nuestros ríos.
Por otra parte, el ahorro de agua es otro factor clave que puede lograrse principalmente mediante la concienciación de la población, la disminución de las pérdidas de agua y la mejora de los instrumentos de medida y digitalización del ciclo urbano.
El consumo doméstico se ha reducido en aproximadamente un 13% en los últimos diez años, así como el agua no registrada, que ha disminuido en diez puntos porcentuales. Se espera que, en los próximos años, con el impulso e inyección económica del PERTE de digitalización del ciclo del agua, esta reducción de consumos y de agua no registrada continúe. Sin embargo, aún queda un amplio rango de actuación, ya que las infraestructuras del sector se encuentran en edad muy avanzada. El 26% de las tuberías de abastecimiento tienen más de cuarenta años; en el caso del saneamiento esa cifra alcanza el 44%.
Según los datos hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística en julio del pasado año, pero referidos a 2020, las pérdidas de agua en la red de suministro se estimaron para aquel año en 652 hm3 de agua, el 15,4% de la suministrada. ¿Se han evaluado las inversiones necesarias para reducir esa cantidad a un porcentaje aceptable?
Los datos que los operadores de agua urbana reportaron a AEAS, relativos a 2020, muestran que el porcentaje de pérdidas en redes urbanas de abastecimiento fue del 14,4%.
Para situarnos, entre los tres países europeos con mejores valores de pérdidas en la distribución deberíamos ahorrar alrededor de 500 hm3/año, pero para ello sería necesario renovar las redes de abastecimiento más envejecidas, lo que supondría invertir unos 350 millones de euros anuales de forma constante.
¿Es el PERTE de digitalización del agua una oportunidad para subsanar parte de las deficiencias existentes en la red de abastecimiento nacional?
Sin ninguna duda. Digitalizar el ciclo urbano del agua permitirá medir de forma más exhaustiva y, por tanto, conocer lo que ocurre con cada gota de agua. Este conocimiento permitirá detectar grandes pérdidas de agua. Sin embargo, las pequeñas pérdidas causadas por el deterioro de las infraestructuras no podrán subsanarse, por lo que aún queda un largo camino que recorrer en la reducción de perdidas.
Desde hace años lleva siendo necesario que la tarifa refleje y se actualice de forma automática con los costes reales gestión del servicio, incluidas las amortizaciones, señala Fernández.
¿Qué medidas deberían ponerse en marcha para reducir la demanda por parte de sectores económicos muy demandantes de agua? ¿Considera necesario incrementar el precio que se cobra por el agua a los usuarios, particulares, industriales y/o agrícolas?
El principal remedio para reducir las demandas de agua de los sectores económicos pasa por la optimización de sus circuitos internos y por la reutilización del agua. No tiene sentido que un consumidor no doméstico consuma recursos del consumidor doméstico si tiene la posibilidad de aprovechar otros disponibles siguiendo la filosofía de la economía circular.
Respecto las tarifas, el sector lleva muchos años reclamando la necesidad de su incremento. Ya en el año 2000, la Directiva Marco del Agua hacía referencia al principio de “recuperación de costes” y de “quien contamina paga”. Llevamos años muy por debajo de los niveles tarifarios europeos y muy por debajo de los niveles tarifarios de otros sectores homólogos. Esto nos ha llevado a un importante déficit de inversiones y a tener unas infraestructuras envejecidas.
Desde hace años lleva siendo necesario que la tarifa refleje y se actualice de forma automática con los costes reales gestión del servicio, incluidas las amortizaciones. Las nuevas directivas europeas, alguna de ellas ya traspuesta al ordenamiento jurídico nacional, obligan a mejorar los procesos de tratamiento y controles a lo largo del ciclo urbano, lo que pasa, sin duda, por un aumento de costes de todos los trabajos que se realizan. Va a ser necesario aumentar la tarifa para cubrir los costes que vienen y los que no se han cubierto años atrás y, por ello, es necesario concienciar a la ciudadanía y a la clase política para que dejemos atrás la tan temida frase en el sector que dice “no podemos tocar la tarifa porque es año de elecciones” o “ya subirá la tarifa el siguiente”.
¿Cree que, a pesar de las lluvias que se están produciendo en los últimos días de mayo y primeros de junio, la sequía ha pasado a formar parte de la agenda pública y del debate ciudadano? ¿Cómo pueden las empresas y asociaciones relacionadas con el ciclo integral del agua hacer llegar de forma más directa las necesidades hídricas del país a las instituciones y administraciones públicas?
Ese sería nuestro deseo. Es necesario que el agua esté en la agenda pública, pero nuestra experiencia nos dice que únicamente está cuando hay sequía o conflictos con los trasvases. No tenemos tiempo: España es uno de los países más afectados por el cambio climático y el último informe del IPCC pone de manifiesto los posibles conflictos que pueden derivarse de la escasez de agua. Debemos cuidar nuestro bien más preciado, el agua, porque sin agua no hay población, no hay actividad económica, no hay vida.
Las asociaciones estamos en contacto continuo con la Administración. La mesa del ciclo urbano del agua es uno de los grandes ejemplos, donde desde hace algo más de dos años el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) se reúne con los actores implicados más relevantes para hablar sobre el agua.
Una dilatada carrera profesional
Pascual Fernández, presidente de AEAS tras tomar el relevo de Fernando Morcillo, es doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y cuenta con una amplia experiencia en la gestión de empresas públicas y privadas. Entre otros cargos, fue director ejecutivo del Canal de Isabel II. Asimismo, ha ocupado el cargo de consejero en diversas sociedades públicas y privadas. Fue secretario de Estado de Aguas y Costas del Ministerio de Medio Ambiente, así como director general de Análisis y Programación Presupuestaria del Ministerio de Economía y Hacienda. Además, fue director general de Tributos en la Junta de Castilla y León y en la Comunidad de Madrid.
El actual presidente de AEAS también fue decano del Colegio de Economistas de Madrid y vicepresidente primero del Consejo General de Economistas de España. En la actualidad es profesor de Economía Aplicada y codirector de la Cátedra Unesco-URJC-Uned para el Agua y la Paz.
Si esa labor ya se está haciendo, ¿qué demandas plantea AEAS a las administraciones públicas con competencias en recursos hídricos para intentar asegurar la disponibilidad de agua a la población y a los sectores económicos que más dependen de este recurso?
Fundamentalmente, planteamos las demandas que ya he ido describiendo a lo largo de esta entrevista, a las que podríamos añadir las siguientes, bien conocidas, que vienen siendo reclamadas desde hace tiempo por el sector:
• Realización de un mayor esfuerzo inversor sostenido en renovación de infraestructuras.
• Avance en la recuperación de costes, conforme a los preceptos establecidos por la Directiva Marco del Agua.
• Armonización regulatoria.
• Un mayor impulso a la innovación, actualmente realizando un gran esfuerzo en la transformación digital.
• Sostenibilidad de políticas.
• Consecución de un acuerdo o consenso estatal sobre el agua.
"En España se reutilizaron, en 2020, 343 hm3 de agua regenerada de forma directa y otros 150 hm3 de forma indirecta, mejorando de forma evidente la calidad de los caudales ecológicos de muchos de nuestros ríos"