Toro, pequeña ciudad zamorana de casi 10.000 habitantes, situada en el extremo occidental de la provincia de Zamora, es una de las pocas urbes españolas que puede presumir de dar nombre a un vino con D.O. El pasado 2 de junio se cumplían 25 años de la publicación en el BOE del reglamento y reconocimiento como Denominación de Origen, un cuarto de siglo en el que la marca 'Toro' ha ganado en calidad y prestigio de sus caldos. El año 2011 se cerró con más de 10 millones de tirillas de contraetiqueta vendidas, casi un 10% más que en el ejercicio anterior.
Historia de un vino, historia de una tierra
La tradición vitivinícola de la comarca de Toro se remonta incluso antes de la dominación romana, de manera que se perpetuaba la costumbre de vender vinos fuera de sus límites durante los siglos XII y XIII, puesto de manifiesto por la concesión de privilegios reales a dichos vinos, hasta el punto de que el rey leonés Alfonso IX cede tierras de Toro a la capital compostelana para la producción de los preciados vinos. Es tal su calidad que, durante el siglo XIV y por orden del rey, se prohíbe en Sevilla la entrada de cualquier vino foráneo a excepción de los de Toro. Son vinos que participaron en el descubrimiento de América, conocida su capacidad para conservar su alta graduación a lo largo de la travesía. Durante el siglo XIX, se exportó gran cantidad de vino de Toro a Francia, afectada por la plaga de la filoxera. Durante el siglo XX serían muchas las comarcas vitivinícolas las que compraban uva de Toro para la elaboración de vinos de óptima calidad.
En la actualidad, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro avala la calidad de 51 bodegas. La evolución que han experimentado en las últimas décadas les ha llevado a ser protagonistas del magma que arrastra la crítica de vinos tanto a nivel nacional como internacional. El último de los reconocimientos lo ha recibido el vino Campo Eliseo 2006, elaborado por Bodega Burdigala, elegido como mejor vino español del año en EE UU por la revista 'Wine Enthusiast'. De los 33 vinos españoles que se referencian, nueve pertenecen a la D.O. Toro, un hecho significativo de la calidad de sus vinos y el potencial de los mismos para el mercado estadounidense.
Una localización y una climatología que influyen en la calidad de sus caldos
La zona de producción de los vinos amparados por la D.O. Toro se encuentra situada al sureste de la provincia de Zamora y suroeste de la provincia de Valladolid. Comprende parte de las comarcas naturales de Tierra del Vino, Valle del Guareña y Tierra de Toro y linda con los páramos de Tierra del Pan y Tierra de Campos. La extensión total de la zona que ampara la D.O. Toro abarca 62.000 hectáreas de terreno, siendo la superficie dedicada a viñedo de 8.000, de las cuales 5.800 están registradas en el Consejo Regulador, pertenecientes a los algo más de 1.200 viticultores inscritos.
La zona de esta denominación se caracteriza por un clima continental y extremado con influencias atlánticas, de carácter árido. Las precipitaciones son de 350-400 mm anuales, con una temperatura media anual de 12 a 13 °C (de -11 a 37 °C). Todas estas condiciones climáticas, extremado frío en invierno y calor en verano, con un gran número de horas de sol, dan una calidad excepcional a la uva, primordial para la elaboración de buenos vinos.
El suelo está formado por sedimentos de areniscas, arcillas y pudingas calizas pliocénicas, que en superficie originan suelos pardos calizos sobre material no consolidado. Se alternan desde materiales limosos, a areniscas de grano grueso y fino con niveles de calizas y margas detríticas formados durante el Mioceno. La altitud de los viñedos comprende entre los 620 y los 750 m.
Tinta de Toro, la variedad autóctona
Tras la invasión filoxérica en España en el año 1870, el cultivo de la vid sufrió una gran reconversión, y es en Toro donde la variedad 'Tinta de Toro' ancla sus raíces en terrenos arenosos sueltos y bien drenados, conservándose hasta nuestros días la multiplicación del viñedo en pie franco. En esta fecha, Toro cuenta con estación enológica propia ubicada en la ciudad prestando servicios técnicos a las demandas vitivinícolas del momento. El 26 de mayo de 1933 a Toro se le otorga por primera vez la Denominación de Origen (Publicación Gaceta 4 de junio de 1933).
En el año 1990, la Junta de Castilla y León se ve inmersa en un plan de selección clonal y sanitaria de la vid, rescatando y multiplicando las variedades autóctonas de la Comunidad, entre ellas la Tinta de Toro, la cual goza en este momento del sello de certificación como variedad autóctona, con nombre propio, así como características agronómicas y ampelográficas bien definidas. El comercio de la misma se expide con etiqueta azul y su número de clon correspondiente.
Además, el vino de la D.O. Toro también se elabora con las variedades Garnacha, Verdejo y Malvasía.
2011, una añada excelente
El pasado 18 de junio, en la plaza de toros de Toro, se desarrolló la cata de calificación de añada 2011. En torno a 100 sumilleres, enólogos, catadores y prensa especializada originaria de Francia, Alemania, Portugal e incluso de nuestro propio país, cataron 12 vinos de Toro de la añada 2011. Tras la cata, en rueda de prensa, José Amancio Moyano, presidente del CRDO Toro, acompañado de José Antonio Cabañas, vicepresidente de la asociación regional de sumilleres, Luis Paadin, vicepresidente de la Asociación gallega de sumilleres, y de Carlos Gallego, técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, comunicaron la calificación de la añada 2011, como Excelente. Es la cuarta añada consecutiva en la que los vinos Toro han obtenido la máxima calificación.
Una producción estable
La producción de vino bajo la D.O. Toro se ha mantenido estable en los últimos años en torno a los 19 millones de litros. Sólo en el año 2006 se llegó a superar, por primera vez en la historia, la cifra de 20 millones de litros. El número de contraetiquetas también ha ido manteniéndose estable en aproximadamente los 10 millones. En concreto, el año 2011 se cerró con la entrega por parte del Consejo Regulador de 9.371.224 tirillas.
Precisamente las tirillas que llevan todos los vinos de la D.O. Toro acaban de ser renovadas. Dentro de un marco inmejorable, la plaza de toros de Toro, y como plato fuerte de la Feria del Vino de Toro, José Amancio Moyano, presidente del Consejo Regulador de la D.O. Toro, acompañado del vicepresidente primero de la Diputación de Zamora, José María Barrios, y José Luis Prieto, concejal de Toro, hicieron pública la nueva imagen de la contraetiqueta de los Vinos de Toro.
Se trata de una obra realizada por el diseñador asturiano Manuel Sayar Costales, ganador del concurso de diseño en el que participaron más de 60 diseñadores y que hace unos meses organizó el Consejo Regulador para, aprovechando la efeméride del 25º aniversario de la Denominación de Origen, cambiar la imagen que todos los vinos amparados al marchamo de calidad de Toro llevan en su botella. El diseño de nombre 'Emblema', recoge en un diseño atrevido, toda la energía y fuerza de los vinos de Toro, aunando como dice el autor, tradición, diseño y dinamismo.
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