‘Sumiller’ (del francés ‘sommelier’) se ha convertido, al igual que ‘terroir’, en un término global que hace referencia a una ocupación que despierta un fuerte interés, particularmente en Asia, como lo demuestran las iniciativas presentadas a finales del pasado mes en Hong Kong con motivo del salón Vinexpo Asia-Pacífico. En este contexto, la Cámara de Comercio e Industria de Burdeos (Francia) presentó su proyecto de crear una Academia Internacional de Sumilleres (Worldsom) cuyo objetivo no sería otro que el de compartir sus conocimientos a escala mundial y mejorar la competencia de los profesionales del sector, ofreciendo cuatro niveles de cualificación.
Además, la Association de la Sommellerie Internationale (ASI) ha presentado un certificado internacional que propondrá a los sumilleres miembros de sus diferentes asociaciones nacionales, con el objetivo de certificar el profesionalismo de aquellos que superen dicho examen.
En el transcurso de este evento, y en presencia de cuatro galardonados con el título 'Mejor sumiller del mundo' y de varios presidentes de asociaciones nacionales de sumilleres, la OIV dibujó el contorno de su definición internacional de sumiller, elaborada en el transcurso de la última reunión del grupo de expertos 'Formación' de la OIV. Esta definición será objeto de un proyecto de resolución que se someterá al examen de los 45 Estados miembros de la OIV y que ofrece una definición tanto del sumiller profesional, reconocido como tal al término de una formación específica, como de su papel en el sector enogastronómico.
El debate posterior sirvió para poner de relieve la importante función que pueden desempeñar estos profesionales en el consumo razonado y cultural del vino, como último eslabón del sector vitivinícola en contacto con el consumidor y poniendo una nota de humanidad a lo que la naturaleza y la tecnología han conseguido producir.