Entrevista a Eva Navascués, directora de I+D+i de Pago de Carraovejas
LowpHWine es un proyecto consorciado de investigación y desarrollo experimental que tiene por objetivo estudiar los efectos que distintas condiciones del suelo y de la vid pueden tener sobre la composición ácida de la uva y de los vinos, en un contexto de cambio climático. Compuesto por 8 socios empresariales, entre los que se encuentra Pago de Carraovejas, el proyecto estudia y valida soluciones científico-tecnológicas para regular y/o controlar el aumento del pH de los vinos españoles en las condiciones actuales de cambio climático, actuando sobre el trinomio suelo-planta-vino.
¿En qué consiste la aportación y la actividad de Pago de Carraovejas en el proyecto?
Participamos en el estudio de distintos factores que pueden contribuir a la disminución del pH y la acidez de los vinos: tanto en las tareas de campo (influencia del portainjerto, fertilización, micorrizas y otros microorganismos), como en aspectos fermentativos en bodega que pueden ayudar al equilibrio ácido de los vinos.
Aportamos nuestro trabajo en viña, bodega y laboratorio, así como nuestras uvas, mostos y vinos. Para nosotros es fundamental avanzar en el conocimiento de los mecanismos que regulan la acidez en la vid y su mantenimiento durante la fermentación, con el fin de mejorar la adaptación de nuestros vinos al cambio climático.
¿Cuál es su rol en el proyecto?
Como lideres del consorcio, nuestro papel es coordinar las acciones de todos los participantes, empresas y organismos públicos de investigación, en torno al objetivo del proyecto: cómo evitar la pérdida de acidez en los vinos como consecuencia del cambio climático.
El proyecto tiene una línea troncal, soportada por todos los socios y llevada a cabo por la Universidad Complutense de Madrid, en la que se buscan y caracterizan levaduras acidificantes procedentes de los viñedos de las cuatro bodegas participantes en el consorcio y que abarcan diferentes zonas vitivinícolas españolas. Nuestro papel especifico consiste en seleccionar y aplicar las más interesantes para remediar la pérdida de acidez durante la fermentación, línea de investigación que se realiza con la Universidad Politécnica de Madrid.
Pero, además, desde Pago de Carraovejas tenemos desarrollos colaborativos con los demás socios. Por ejemplo, con Vitis Navarra trabajamos de forma conjunta en la búsqueda de portainjertos que disminuyan la toma de potasio del suelo (para evitar caída de la acidez). Con Fertinagro colaboramos en la búsqueda de elementos fertilizantes orgánicos que dirijan los microorganismos del suelo a tal fin. Asimismo, estudiamos el impacto de las micorrizas en estos mecanismos de acidez, colaboración realizada con Athens. Particularmente, con la Universidad de León, estamos viendo la influencia en nuestro viñedo de un microrganismo autóctono del género Trichoderma, sobre los mecanismos de autodefensa y protección de la vid, que, a su vez, redundan en una salvaguarda del potencial ácido de las bayas.
¿Qué está suponiendo para Pago de Carraovejas participar en un proyecto como LowpHWine?
Defendemos que la adaptación al cambio climático debe seguir la vía del conocimiento profundo de los procesos que se han visto alterados como consecuencia de las distintas pautas de temperatura y precipitaciones. Es una visión que todos los socios compartimos, y el esfuerzo de todos hace que el avance sea más rápido.
¿Cuáles son sus objetivos concretos en el marco de LowpHWine?
Conocer el impacto de factores vitícolas como tipo de portainjertos, fertilización de suelo y su impacto en los microrganismos que lo habitan sobre la acidez de las uvas. Asimismo, conocer, identificar y, en última instancia, aplicar microorganismos autóctonos con alta capacidad acidificante en fermentación alcohólica.
Actualmente, ¿en qué parte del proceso de desarrollo del proyecto se encuentran? ¿Qué objetivos se han alcanzado ya?
Estamos en el tercer y último hito del proyecto, que se inició en 2020. A pesar de comenzar en un año tan convulso, hemos ido avanzando según el calendario establecido. Estamos obteniendo los primeros resultados de la aplicación de programas de fertilización y efecto sobre el microbioma de los suelos y hemos realizado unas primeras fermentaciones con levaduras acidificantes.
¿Cómo coordinan su trabajo con las demás empresas y centros de investigación que también forman parte de LowpHWine?
Llevamos a cabo reuniones periódicas, tanto presenciales como virtuales, que nos permiten seguir en líneas generales el trabajo de todos los socios y organismos de investigación. En este sentido, es destacable el papel coordinador de la consultora artica+i en a lo largo de la vida del proyecto.
Una vez finalice el proyecto ¿cuál considera que habrá sido el principal legado o aportación investigadora y de innovación de LowpHWine para el sector?
LowpHWine contribuirá al conocimiento y la adaptación de la vitivinicultura al cambio climático. Además, posicionará al sector vitivinícola como referente dentro del mundo rural, como elemento tractor de sostenibilidad económica ambiental y social.
Y para Pago de Carraovejas, ¿qué cree que podrá suponer haber participado en LowpHWine?
Como se ha comentado antes, creemos que contribuirá, en la medida de lo posible, a mejorar la adaptación de la viticultura a los efectos del cambio climático. Consideramos que la investigación e innovación nos dan visión de futuro, para nosotros y para el sector en su conjunto.