China no quiere más vino
Redacción Interempresas, Efeagro
19/04/2023La pandemia de covid-19, una mayor producción local, los stocks acumulados por las compras de los años anteriores y la salida del mercado de Australia por temas arancelarios aparecen como las principales causas que explican este descenso de las compras de China, según han apuntado a Efeagro varias voces del sector.
En términos globales, China pasó de comprar 286 millones de litros en 2010 a 751 en 2017 (+162,6 %), para luego iniciar un descenso hasta los 337 millones de litros comprados en 2022 (-55% respecto a 2017 y -20,6% en comparación con 2021), según datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV).
Esta regresión protagonizada por China ha afectado de forma especial a España, que ha sido el segundo país que más volumen de exportación a China ha perdido desde 2017 (-69,9%), sólo superado por Australia (-98,6%).
La curva en facturación ha seguido una trayectoria similar y sólo el año pasado China redujo sus importaciones mundiales un 11% en valor en comparación con 2021, hasta los 9.693 millones de yuanes (unos 1.290 millones de euros), perdiendo España un 27,1%, hasta los 687 millones de yuanes (unos 91,4 millones de euros).
La alargada sombra de la pandemia
En un sentido similar se expresa Rubén García, director gerente de Aivino, empresa española que orienta y acompaña a las bodegas que quieren introducirse en el mercado chino, quien ha hecho ver también que la pandemia deterioró la economía china y algunas empresas del país asiático dedicadas a la importación de vino cerraron o abandonaron esta actividad.
Desde la bodega Marqués de Atrio, una de las más grandes de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja y cuyo principal accionista es, precisamente, una empresa china, Changyu Pioneer Wine, también señalan a la pandemia como la principal causa: “China ha tardado mucho en recuperar cierta normalidad, y aún les queda para alcanzar un escenario óptimo en el que se pueda ver reflejado en el consumo”, han explicado fuentes de Marqués de Atrio.
Caída del consumo y acumulación de stocks
“A la caída del consumo por la pandemia se suma una reducción de las compras de botellas de vino para hacer regalos”, apunta el director general del OEMV, Rafael del Rey, teniendo en cuenta que en China existe una fuerte cultura del regalo como muestra de cortesía y buena educación.
En términos generales, según datos del ICEX de 2020, China fue el sexto consumidor mundial de vino y, por el tamaño del país, representa el 5% del consumo total mundial, pero el consumo per cápita es muy reducido y de únicamente 0,89 litros en 2020, lo cual lo sitúa muy lejos del consumo de otros países.
Por otro lado, y dado que la reducción de las importaciones comenzó ya antes de la pandemia, los expertos señalan que China ha tenido estos años una menor necesidad de seguir comprando vino debido a la acumulación de litros de los años anteriores.
Del Rey indica que “China ha sido ha sido un mercado muy interesante por su ritmo de crecimiento" pero que, al igual que en otras ocasiones ha pasado en otros países, ”de repente acumulan mucho vino y paran de comprar”.
Producción local
Otro de los grandes motivos que apuntan los expertos es la creciente producción local de vino en China, que es el tercer país del mundo en superficie de viñedos plantada, por detrás de España y Francia.
“Están consiguiendo penetrar en el mercado con su vino de una forma importante porque es producto local pero producido con el consejo de y la experiencia de enólogos y viticultores de otros países, como Francia, a los que han contratado”, expresa Rubén García.
No obstante, según se desprende de los datos de un informe del ICEX, este aún no es un motivo de peso, pues únicamente el 10% de las uvas cultivadas en China se destinan a la producción de vino, mientras que la mayor parte de la producción (84%) consiste en uva de mesa.
De cara al futuro, dada lo coyuntural de algunas de estas causas esgrimidas por os expertos, como la pandemia o la acumulación de stock, García considera que las compras de China volverán a crecer pero no a unos niveles “tan exagerados" como los de 2017.