Rutas del Vino de España, donde el placer es el guía
Todavía no está recogida en el Diccionario, pero la palabra enoturismo es cada vez más utilizada por todo el mundo. El maridaje entre vino y turismo se encuentra perfectamente definido en la propuesta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin) que, a través de su producto Rutas del Vino de España permite conocer los territorios vitivinícolas con más tradición de nuestro país.
La calidad de los vinos elaborados en las diferentes regiones de España y el saber transmitido de generación en generación han hecho posible que nuestros caldos gocen de un merecido prestigio internacional. Las nuevas técnicas de producción y la modernización del proceso de elaboración también han permitido la creación de nuevos productos. Con todo ello, el sector vitivinícola se afianza como algo dinámico y vivo, y como apuesta segura para el desarrollo de las regiones o comarcas ligadas al mismo.
La promoción de la cultura y el turismo del vino como herramienta complementaria para ese desarrollo local es una de las principales líneas de trabajo de la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), presidida por el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan y que aglutina a 52 ayuntamientos de todo el país, 16 comarcas y tres diputaciones provinciales, que a su vez forman parte de 28 provincias, 15 comunidades autónomas, 28 D.O. vinícolas y una identificación geográfica protegida. Este trabajo se plasma en la creación de un producto turístico: Rutas del Vino de España, apoyado por la Secretaría de Estado de Turismo y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, concebido para hacer descubrir al viajero una España diferente y vivir experiencias nuevas.
21 Rutas con garantía de calidad
Bajo la marca Rutas del Vino de España se encuentran sólo aquellas Rutas que han trabajado con empeño y sin cesar, reuniendo lo mejor de sí mismas y de sus gentes, preparándose para no defraudar al visitante que decida realizar cualquiera de ellas.
Así, el proyecto ofrece 21 formas de adentrarse en rincones de las provincias españolas, generalmente poco conocidos a nivel turístico y en los que el vino y todo lo que le rodea está intrínsecamente vinculado a la cultura y la manera de vivir de esos lugares. Territorios vinícolas correspondientes a distintas Denominaciones de Origen que trabajan bajo la tutela de la administración turística española y de Acevin en la creación de rutas capaces de generar experiencias únicas para los viajeros que buscan un nuevo turismo.
De esas 19 Rutas, 13 están plenamente certificadas por Acevin y representan una oferta diversa, muy profesionalizada, innovadora, original y enfocada como un tipo de turismo no masivo y de gran calidad. Cada una de ellas ha pasado por un proceso de examen en el que son verificados los criterios de calidad y normas de autorregulación que Aceviny la Secretaría de Estado de Turismo han fijado en el Manual de Producto Turístico Rutas del Vino de España. En este manual se definen desde los requisitos de su sistema de gestión, señalización, promoción y comercialización hasta los que deben cumplir todos los establecimientos que forman parte de la Ruta: restaurantes, alojamientos, bodegas, comercios, etc. Así, la marca característica de estas Rutas frente a otras propuestas similares es la calidad, que redunda directamente en la confianza de quien las elige para su viaje.
Ruta del Vino de Bullas, Jumilla, La Mancha, Ruta del Vino y del Brandy del Marco de Jerez, Ruta del Vino Montilla-Moriles, Navarra, Rías Baixas, Ribeiro, Rioja Alavesa, Somontano, Tacoronte-Acentejo, Ruta del Vino y del Cava del Penedès y Ruta del Vino Utiel-Requena, son las 13 Rutas certificadas hasta el momento, mientras que las ocho restantes: Alicante, Bierzo, Campo de Borja, Condado de Huelva, Lleida, Ribera del Duero, Ribera del Guadiana y Rioja Alta están en proceso de certificación.
Recrearse en lo auténtico
Recorrer cada una de estas Rutas del Vino de España es adentrarse en el mundo de los placeres. Cada una ofrece cientos de sabores distintos a descubrir en cada copa de vino. Pero detrás de ellas también hay infinidad de vivencias, de recuerdos, de actividades, sensaciones… Un destino cercano y desconocido en el que saborear un amplio abanico de posibilidades en torno al mundo del vino: probar tipos de uvas y vinos, aprender a reconocer hojas de vid para averiguar la variedad de uva, catas y degustaciones, paseos entre viñedos, recorridos interpretativos del paisaje, maridajes con gastronomía típica, tocar las barricas de roble, visitar un mercado, conocer la gente de un lugar, participar en una fiesta de la vendimia, charlar con artesanos, descubrir la historia de los pueblos y sus monumentos…
¿Comenzamos el viaje?...
En el noroeste de la península, Ribeiro y Rías Baixas de Galicia sorprenden por la sombra de sus parras y el perfecto maridaje con la gastronomía del mar. Una tierra muy activa desde tiempos antiguos como atestiguan las vías romanas, restos de minas o lavaderos de oro, castros, etc., cuyas gentes han estado íntimamente ligadas al cultivo de la vid.
Hacia el este, Rioja Alavesa posee interminables paisajes de viñedos y un abanico de bodegas inagotable (cerca de 400), desde la más tradicional a la más vanguardista. Hay pues dónde elegir para maridar cualquiera de sus vinos con la afamada cocina de autor o la cocina vasca más tradicional y saborear una gastronomía fiel a sus raíces, bendecida por una despensa prodigiosa de legumbres, hortalizas y verduras, chacinas, carnes y dulces.
Junto a esta tierra está Navarra que se enorgullece de su rosado, de sus tintos y blancos, cargados de historias y emociones, fruto de la tradición y la innovación. La intensidad de estos vinos procede de la variedad Garnacha, la más extendida, que casa a la perfección con unos productos de calidad como los pimientos, alcachofas, espárragos o trufas salidos del campo navarro.
A los pies de los Pirineos, la comarca del Somontano rebosa juventud y talento en la elaboración de sus caldos y en el trato de sus gentes. Un viaje a Somontano supone el disfrute de la tranquilidad, el reencuentro con los paisajes, el descubrimiento del legado de sus antepasados en forma de arte y arquitectura y el sabor de los mejores platos y vinos.
Si quieres probar el cava, Penedès es tu destino. Casas de payés, castillos y antiguos barrios que hablan del pasado de un pueblo que guarda historia y leyenda a cada paso. Vinos de excepcional calidad (la mayor parte jóvenes) de gran intensidad aromática, junto a una bebida de fama universal, el cava, acompañan en la mesa a una gastronomía rica y gustosa con productos como los embutidos, carnes de aves de corral y exquisita pastelería.
Continuando hacia el sur encontrarás Utiel-Requena, el corazón del viñedo de la Comunidad Valenciana. Un territorio lleno de autenticidad donde la variedad Bobal se ha convertido en la estrella de la D.O. Una gastronomía basada en recetas típicas y una larga tradición vitivinícola han hecho que la cultura del vino impregne todas las actividades que se realizan en este territorio, excelente lugar para disfrutar de la naturaleza y el turismo activo.
En Murcia otra sorpresa más: primero divisarás su castillo y entonces sabrás que has llegado a Jumilla, un municipio que combina la tradición vitivinícola ancestral con unos vinos de plena actualidad. Encrucijada de caminos y culturas, aquí se pueden encontrar vestigios históricos y artísticos de todas las civilizaciones del Mediterráneo. El colorido y la emoción de las fiestas tradicionales y la enorme riqueza paisajística dejan una marcada huella al visitante de esta Ruta.
En la misma región, Bullas te mostrará su secular dedicación al cultivo de la vid y la elaboración del vino, como se desprende del hallazgo en la villa romana de Los Cantos. La Ruta del Vino de Bullas descubre un rincón poco conocido pero de enorme riqueza cultural asociada al vino y una gran variedad de platos tradicionales, como las migas, los michirones, el empedrao o las torrijas de Bullas, únicas en su género.
La Mancha, tierra del Quijote, te sorprenderá por sus itinerarios de leyenda y su mar de viñas, la superficie más extensa de Europa. Recorre unos pueblos donde confluye una cultura vitivinícola arraigada desde época ancestral, un patrimonio artístico y paisajístico único y una gastronomía popular con nombre propio. Vinos de gran sabor, calidad y aroma para maridar con platos como los duelos y quebrantos, pisto, gachas, tiznao, ajoarriero y otros que ya hiciera famosos Cervantes en la novela de nuestra literatura más universal.
En Andalucía, la Ruta de Montilla-Moriles, en la provincia de Córdoba, te descubre los secretos de los racimos secados al sol y de los colores de sus vinos generosos, y te invita a adentrarte en la historia y la cultura de una región que mantiene hondas improntas de culturas como la judía, la cristiana, la musulmana o la romana. Un recorrido aderezado con una ruta del flamenco, visitas a almazaras o alfarerías y paseos por reservas y parques naturales como las Sierras Subbéticas.
También en Andalucía, la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez te acerca a la amplísima paleta de colores y aromas de unos vinos diferentes salidos de sus extensos campos de tierra blanca “albariza”. Bodegas tan particulares como sus vinos, los generosos, vinagres y brandies junto a un rico patrimonio histórico-artístico y la amable acogida de sus gentes hace de la visita a esta Ruta una experiencia inolvidable.
El número trece para completar el total de rutas certificas corresponde a la de Tacoronte-Acentejo, en el norte de Tenerife, donde podrás descubrir unos peculiares vinos elaborados con las variedades listan negro y negramoll, además de otras como la tintilla, listan blanco, malvasía, gual, marmajuelo…todas ellas tradicionales canarias y prácticamente únicas en el Mundo.
Todos los sentidos se agolpan para crear un recuerdo imborrable…señálalos en tu hoja de ruta…