Araw, máxima protección contra oídio y botritis para que tus uvas sean las más buscadas

Prueba de ello son los diferentes proyectos europeos que hay en marcha para la reducción de residuos a cosecha o el importante incremento del mercado ecológico español que se ha producido en los últimos años, con un ritmo constante de crecimiento a doble dígito, lo que ha convertido a España en el primer país del mundo en superficie de viñedo ecológico y uno de los que más proyección tiene para seguir creciendo en los próximos años.

No obstante, dos de las enfermedades más importantes que afectan al cultivo de vid son oídio y botritis, por lo que el control de ambas enfermedades se hace imprescindible. Además, se da una relación entre ellas, ya que ataques de oídio favorecen ataques posteriores de botritis en racimo.

Es importante realizar una estrategia de control integral para ambas enfermedades teniendo en cuenta las nuevas demandas del mercado y con el fin de evitar los daños directos que provocan sobre la producción y su calidad.

El oídio (Erysiphe necator Burr.) inverna en las yemas (micelio) y en los sarmientos, hojas y corteza de las cepas (cleistotecas). Todas las variedades de vid son sensibles y el nivel de daño provocado dependerá principalmente de las condiciones climatológicas.

A partir de la brotación de las yemas, el micelio puede invadir órganos en formación como brotes y hojas jóvenes. Como consecuencia de la enfermedad, las hojas y sarmientos pueden ver reducido su tamaño y producirse abarquillamientos en las hojas hacia el haz. En hoja se pueden observar pequeñas manchas de aceite con puntitos negros en el haz y recubiertas de polvillo blanco ceniciento (“ceniza”) en el envés.

No obstante, los daños más importantes producidos por el oídio se localizan en los racimos. Los granos adquieren un color plomizo y se recubren de polvillo ceniciento. Al engordar, se endurecen y se cuartean apareciendo unas grietas que impiden la maduración y favorece la aparición, posteriormente, de podredumbre gris o botritis, provocando pérdidas todavía mayores a las ya generadas por oídio.

La podredumbre gris o botritis (Botryotinia fuckeliana) también inverna en las yemas (micelio) y en los sarmientos y en la corteza (esclerocios). En primavera los esclerocios y el micelio producen conidios que son la fuente de inóculo para la infección por botritis.

En primaveras húmedas, las yemas y los brotes infectados se vuelven marrones, necrosándose y secándose. En las hojas, los ataques suelen darse entre el final de primavera y antes de floración en forma de manchas necróticas irregulares que se localizan con frecuencia en el margen del limbo y pueden cubrirse de un polvillo gris.

No obstante, los daños más importantes provocados por botritis se producen en los racimos habiendo varios momentos críticos durante el ciclo del cultivo para el desarrollo de la enfermedad: durante el periodo de floración-cuajado, al final de floración y a partir del inicio del envero.

Durante el periodo de floración-cuajado, el hongo puede invadir las inflorescencias provocando su pudrición y su caída.

Al final de la floración también puede afectar a los capuchones florales, extendiéndose a partir de aquí y originando manchas marrones que posteriormente oscurecen y ocasionan las pérdidas de las porciones del racimo que están por debajo del área necrosada. Los ataques en esta época pueden producir daños importantes en la producción final.

A partir del envero, las uvas se infectan directamente a través de la epidermis o las heridas causadas principalmente por insectos o ataques previos de oídio. El desarrollo de la podredumbre se ve favorecido por condiciones de elevada humedad, habiendo también aspectos varietales como la compacidad de los racimos o el grosos de la epidermis que influyen en su desarrollo. Los ataques en esta época, además de reducir la cosecha, suponen una disminución muy importante de su calidad.

Araw es un antioídio y antibotrítico de contacto, con actividad preventiva y curativa, perteneciente a una nueva generación de fungicidas que contiene tres ingredientes activos que se encuentran en la naturaleza: Eugenol, Geraniol y Timol.

Araw está certificado para su uso en agricultura ecológica y, gracias al modo de acción de su materia activa, Araw tiene una alta eficacia en el control de numerosos hongos, entre ellos oídio y botritis, sin dejar residuos en la uva ni en el vino. Es un producto exento de LMR.

De hecho, estudios con organismos independientes confirman que Araw no interfiere en los procesos de vinificación ni tiene ningún efecto sobre las características organolépticas del mosto, vino y uva de mesa.

Araw presenta un efecto preventivo impidiendo la germinación de las esporas, la penetración y el crecimiento del micelio del hongo y, al mismo tiempo, también muestra un efecto curativo al provocar la disrupción de las membranas celulares y destrucción del micelio ya desarrollado.

Eugenol, Geraniol y Timol están clasificados como sustancias de bajo riesgo en relación con la generación de resistencias lo que le hace ser una herramienta ideal para evitar o minimizar la aparición de resistencias contra ambos hongos.

Eugenol, Geraniol y Timol siempre han tenido un potencial muy interesante para la protección de cultivos en agricultura. No obstante, su uso a nivel comercial ha estado limitado por la volatilidad y la falta de solubilidad que caracterizan a las sustancias terpénicas.

Gracias a la exclusiva tecnología de encapsulación SUSTAINE desarrollada por la empresa biotecnológica EDEN RESEARCH y que se emplea en el proceso de formulación de Araw, permite el uso de Eugenol, Geraniol y Timol de manera segura y respetuosa con el medio ambiente, incrementando notablemente su eficacia (figura 1).

Con esta tecnología se reduce significativamente la volatilidad de las materias activas (de naturaleza terpénica), sincronizando su liberación con los momentos de máximo riesgo de aparición de las enfermedades.

La primera fase del proceso de encapsulación SUSTAINE consiste en obtener las microesferas vacías a través de un proceso enzimático. Posteriormente, las microesferas se cargan y se estabilizan con Eugenol, Geraniol y Timol en su interior (figura 2). Posteriormente se liberan al exterior en presencia de humedad.

En periodos secos los poros se cierran protegiendo las materias activas de la evaporación, de manera que los ciclos de hidratación (figura 3) y secado de la cápsula, abren y cierran sus poros, liberando las materias activas en momentos de alta humedad, coincidente con el riesgo de la infección.

Araw presenta una gran flexibilidad en el momento de aplicación, ya que puede usarse a partir de floración con acción preventiva y curativa. Su modo de acción y su eficacia contra oídio y botritis (figura 4) lo convierten en una herramienta ideal para realizar una estrategia de control para combatir oídio y botritis. Además, hay que añadir que es un producto exento de LMR y permitido en agricultura ecológica.

Para el control de oídio y botritis se recomienda aplicar Araw a caída de capuchones a dosis de 2-2.5 l/ha y a cierre de racimo con una dosis comprendida entre 2.5-4 l/ha. No obstante, si se prevé un retraso en la cosecha o hay alto riesgo de aparición de la enfermedad en este momento, se pueden repetir las aplicaciones con una cadencia semanal. Los tratamientos se recomiendan que se realicen de forma preventiva, teniendo en cuenta las condiciones climáticas y la sensibilidad varietal (Tª óptima: 18 °C, HR>90%).

Figura 4. Posicionamiento técnico de Araw en vid de vinificación para el control de oídio y botritis.

Resumen

• Biofungicida eficaz para el control de oídio y botritis, preventivo y curativo.
• Sustancias activas de origen natural, sin LMR, sin residuos y aceptadas en agricultura ecológica, en línea con las tendencias del mercado y requisitos de los consumidores.
• Flexible en cuanto a dosis y época de aplicación, hasta cosecha.
• Se adapta a estrategias de producción integrada con otros productos, incluidos azufres en espolvoreo y SUFREVIT.