Entrevista a Anna Vicens, presidenta de la Associació Catalana de Sommeliers
Desde 2016, Anna Vicens es la presidenta de la Associació Catalana de Sommeliers. Rigor, compromiso e ilusión son las palabras con las que Vicens afrontó este reto y con las que desempeña su cargo desde que fue elegida. Con estudios en Comunicación y RR PP, está ligada al mundo del vino desde 1995 y actualmente es asesora de Grupo Miquel. Además, imparte y organiza cursos de cata y asesora en cartas de vinos, maridajes y ferias gastronómicas.
¿Qué valores defiende la Associació Catalana de Sommeliers?
Los valores que debe tener todo profesional sumiller: una buena formación, honestidad, capacidad de comunicación, empatía, objetividad y, sobre todo, sencillez y proximidad.
¿Y qué objetivos persigue?
Nuestro trabajo se basa en un fuerte compromiso con la profesión, desarrollando acciones enfocadas a su formación y desarrollo. Apostamos por la formación como base y como oportunidad para los sumilleres, los actuales y los futuros.
¿Qué ventajas tiene para un sumiller asociarse?
Organizamos mensualmente actividades en las cuatro provincias catalanas: Girona, Barcelona, Tarragona y Lleida. Estas acciones nos permiten, no solo formarnos y actualizarnos como profesionales, sino que nos sirve como punto de encuentro y de relación entre todos. También ofrecemos una bolsa de trabajo, tanto sumilleres que buscan nuevas oportunidades como empresas que necesitan de profesionales. Y luego están los concursos, un sumiller que no pertenece a ninguna asociación no podrá presentarse a ningún concurso oficial.
¿En qué proyectos están trabajando y/o tienen en mente emprender?
Ahora mismo estamos centrados en el concurso del Mejor Sumiller de Cataluña que se celebra el próximo lunes 10 de julio. De los 14 candidatos que se presentan este año, los mejores participaran el próximo año en el concurso Mejor Sumiller de España. Y una vez finalizado el concurso tenemos la Noche del Sumiller, es una cena que organizamos anualmente para todos los socios, en la que se dan una serie de reconocimientos y donde se dan a conocer los nombres de los ganadores.
Centrándonos en la figura del sumiller, ¿qué situación atraviesa la profesión?
La situación es muy buena. Cada vez hay más alumnos en los cursos oficiales de formación, y las salidas profesionales son muchas.
Entonces, ¿hay futuro laboral para el profesional del vino?
El sumiller ya no es solo el profesional del vino en el restaurante, ahora puede ocupar lugares de trabajo en bodegas, en distribuidoras, en todo tipo de empresas comercializadoras de vino, en actividades formativas, en actividades lúdicas, en medios de comunicación, en grandes superficies, en tiendas especializadas, en asesoramientos gastronómicos… El abanico es muy amplio.
Y los mejores sumilleres, ¿en qué lugar del planeta cree que están?
En donde exista interés por el mundo del vino.
¿Cómo definiría al sumiller perfecto?
El honesto, el empático, el buen conocedor y el buen comunicador.
En este sentido, ¿cuánto hay de académico y cuanto de experiencia en la profesionalidad de un sumiller?
Según la resolución OIV-ECO 568-2017 un sumiller diplomado debe haber recibido una formación mínima de 600 horas lectivas distribuidas en:
- Viticultura y enología: 60 horas
- Cata de vinos y alimentos: 240 horas
- Restauración y servicio: 240 horas
- Legislación y comercio: 60 horas
Con dos meses de prácticas obligatorias. Como se ve, hay mucho de académico pero también hay una parte importante de trabajo práctico.
¿La hostelería muestra interés por el sumiller o todavía está distante?
Cada vez hay más establecimientos con sumilleres. Ya no es solo una figura que encontramos en restaurantes con estrellas Michelin.
Actualmente, ¿los jóvenes se interesan por la sumillería o es todavía una profesión que les parece ‘snob’?
Los jóvenes están más interesados por la cocina que por la sumillería, pero poco a poco van entrando.
Como sumiller, ¿qué opinión te merece el enoturismo?
Los sumilleres hemos venido realizando enoturismo desde hace muchos años, incluso cuando el enoturismo en sí no existía. Hemos sido de los primeros en interesarnos en visitar las bodegas, en ver qué pasaba de puertas hacia dentro, en saber cómo hacían el vino, en conocer todos sus procesos de elaboración, en catar los vinos de la bodega e incluso en participar de las vendimias.
Si hablamos de vinos, ¿cuáles son sus preferencias?
No tengo preferencias, tengo momentos… Momentos en que apetece más un blanco, momentos en que apetece más un rosado, momentos en que apetece abrir esa botella muy vieja que te regalaron una vez…
¿Cuál es la penetración del vino catalán en el mundo?
El vino catalán tiene mucha presencia en mercados extranjeros amantes de los buenos vinos.
¿Y el español?
Una de las DO más conocidas mundialmente es Rioja, con lo cual el impacto es evidente.
¿Caro es sinónimo de bueno?
No necesariamente. No hay que confundir valor y precio.
¿Cuáles son las lecciones básicas para catar el vino?
Catar es analizar un producto a través de los sentidos: la vista, el olfato, el gusto y el tacto. Hay que aprender a analizar su color, su aroma, su gusto, su tacto y su posgusto y saber extraer conclusiones.
Por primera vez en años, el consumo de vino está aumentando. ¿Qué cree que hay que hacer para que se consuma aún más?
Estamos en la buena dirección, consumimos más y mejor vino, eso también es importante, no solo la cantidad sino también la calidad. La buena marcha económica contribuye a ello, sin duda, pero hay que invertir esfuerzos en hacer buenos vinos, así como en formación y en información por parte de las DO y de las bodegas.