Entrevista a Pablo Martín, director de Asefave
En la consecución de edificios de consumo casi nulo se conjugan diversas estrategias y variables. La eficaz interrelación entre todas ellas es esencial para obtener los resultados adecuados. La elección de ventanas y elementos de fachada que respondan a las expectativas marca el inicio del éxito de un ECCN. Pablo Martín, director de Asefave, la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas, nos explica en esta entrevista cuál es, a su juicio, la situación normativa y sectorial en torno a los ECCN y cómo su implantación va a influir en el desarrollo del mercado de ventanas y fachadas.
¿Qué es un ECCN y qué requisitos debe cumplir una edificación para ser considerada como tal?
Siguiendo la definición incorporada en junio de 2017 al apéndice A, Terminología, de la sección HE0. Limitación del consumo energérico del DB HE (Documento básico de Ahorro de Energía), “un edificio de consumo de energía casi nulo es aquel que cumple con las exigencias reglamentarias establecidas para edificios de nueva construcción en las diferentes secciones del DB HE”.
Tampoco la definición incluida en la directiva europea nos da una definición marcando unos valores concretos de consumo que es la percepción que intuitivamente necesitamos para catalogar la eficiencia energética de los edificios:“Un edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto (…). La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida la energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno”.
En cualquier caso, un edificio ECCN ha de ser de alta eficiencia energética y de bajo consumo, con aportación de fuentes renovables.
¿Como se enfrenta el sector de la construcción en España a la realidad de los Edificios de Consumo Casi Nulo?
Partiendo de la idea que se puede tener de un ECCN, independientemente de la anterior definición del CTE, como aquel edificio con un consumo de energía próximo a cero, a fecha de hoy no es un reto construir ECCN en España, de hecho algunas administraciones públicas lo llevan implantando desde hace unos años como el concepto con el que desarrollar sus proyectos de vivienda social.
La gran novedad estribará en que sea un hecho habitual y no algo puntual como se está produciendo hasta ahora.
¿Cómo se adapta el marco regulador español a las directrices que marca la directiva sobre ECCN?
Está siendo una adaptación progresiva, dado que el CTE aparece en 2006 y la directiva europea es de unos años después.
El primer paso fue la actualización del DB HE en septiembre de 2013, a continuación salió una indicación de la Comisión Europea en 2016 con los valores de referencia que los Estados Miembros podrían adoptar para la definición de los ECCN.
El siguiente es la inminente actualización del DB HE que supone, con los datos conocidos hasta ahora, reducciones del 40-50% en cuanto al consumo de energía primaria no renovable.
Otra de las novedades es la incorporación de las energías renovables para aportar el consumo energético necesario del edificio sin sobrepasar los indicadores reglamentarios.
También es de destacar que, desde el propio Ministerio de Fomento se ha hecho hincapié, el concepto de ECCN no es estático, no se fijará ahora y quedará así para siempre. Es un concepto flexible que variará en función de las necesidades de los Estados Miembros, sus compromisos medioambientales y los avances tecnológicos en la edificación.
¿Qué peso tiene el sector de ventanas y cerramientos en el desarrollo de los ECCN?
Más allá de discutir un porcentaje concreto sobre las pérdidas energéticas a través de las ventanas y fachadas, la importancia es conceptual.
Alcanzar que un edificio sea de consumo casi nulo requiere coordinar dos estrategias. Actuar sobre la envolvente de forma que se reduzca significativamente la demanda de energía para que los usuarios estén confortables e instalar equipos y sistemas de alta eficiencia para reducir el impacto del consumo.
Ambas estrategias han de ir de la mano, pero definiendo en primer lugar la envolvente, de forma que los equipos no queden sobredimensionados si se eligen en primer lugar.
De ahí la importancia de una buena elección de ventanas y fachadas, ya que es el primer paso para llegar al EECN.
¿Cuál será la evolución lógica de los ECCN, hacia dónde se deberá dirigir las estrategias en proyectos de construcción para conseguir edificios más eficientes energéticamente?
Hasta ahora se está pensando en el edificio como un ente aislado de su entorno y que ha de cumplir unos límites e indicadores para poder ser calificado como ECCN.
Ya se está empezando a pensar en actuaciones más globales a nivel de barrios o distritos, de esta forma se multiplican los ahorros y se optimiza la eficiencia. Las ciudades inteligentes será el siguiente eslabón, actualmente la tecnología ya permite la conectividad de elementos del edificio y el paso a la conectividad entre edificios no es muy difícil, tecnológicamente, de llevar a cabo.