“No se trata solo de la reducción del uso de pesticidas, de la aplicación de menores cantidades o de la manera más eficaz posible, sino también de la reducción del impacto”
Entrevista a Felicidad de Herralde, coordinadora del proyecto NOVATERRA
El proyecto europeo NOVATERRA desarrollará un conjunto de nuevas estrategias para conseguir que los cultivos de viñas y olivos eliminen o reduzcan significativamente el uso de los pesticidas más perjudiciales, así como sus efectos más negativos. Se trata de reducir la contaminación ambiental y los daños a los organismos que no forman parte de las plagas objetivo, consiguiendo a la vez una mejor sostenibilidad económica para los agricultores del Mediterráneo. Hablamos de ello con la investigadora del IRTA y coordinadora del proyecto, Felicidad de Herralde.
Para empezar, háblenos del inicio de este proyecto. ¿De dónde surge la idea?
La idea surge en dos puntos, por una parte de los temas (topics) que propone la Unión Europea como relevantes para ser financiados como proyectos de investigación y por otra parte de la consultora artica+i, que ve una oportunidad por la relevancia que tienen los sectores de la vid y el olivo en España y Europa, y desarrolla la nota de concepto. Con el IRTA como coordinadores de proyecto, se montó el consorcio y se desarrolló la propuesta.
¿Por qué motivo es necesario eliminar o reducir el uso de fitosanitarios en viñas y olivos?
La Directiva Europea para el Uso Sostenible de Pesticidas (EC/128/2009) ý todas las regulaciones que se derivan exigen un uso más eficiente de los productos fitosanitarios en todos los cultivos. Entre ellos la vid y el olivo, que además son productos de valor añadido y amplio consumo.
¿Menor uso de productos fitosanitarios implica mayor seguridad alimentaria? ¿Qué efectos sobre la salud humana conlleva?
El proyecto trata de la reducción no solo del uso, de aplicar la menor cantidad posible, de la manera más eficaz posible, sino también de la reducción del impacto. Los productos deben ser lo más específicos posible para el patógeno que hay que combatir. Un ejemplo que se puede entender partiendo de un dicho, no podemos matar moscas a cañonazos, porque, además de eliminar alguna mosca dañina, podemos eliminar a otros organismos, puede quedar artillería en el terreno (hay sustancias que quedan retenidas en el suelo y actuando largo tiempo o se drenan hacia las aguas subterráneas y a los ríos y allí tienen efectos colaterales sobre otros organismos) y además pueden afectar a la población humana circundante si los métodos de aplicación no son precisos y también por su consumo, aunque estos efectos no suelen constatarse de manera inmediata si no a más largo plazo.
¿El auge de los productos ecológicos que no emplean fertilizantes responde a una estrategia comercial o es realmente un cambio de paradigma en la agricultura?
La producción ecológica sí que usa productos tanto para el control de enfermedades y plagas como fertilizantes, sólo que lo hace con una lista más reducida de productos que no son de síntesis, con una lista más acotada de materias activas más naturales y de dosis de aplicación más estrictas que la agricultura convencional. La producción ecológica responde a un cambio de paradigma, a una necesidad de producir y consumir productos más sanos y respetuosos con el medio ambiente, si bien dado que los costes son más elevados y que la oferta en el mercado aún no está muy extendida, supone una ventaja comercial que atrae a productores. Desde la perspectiva del consumidor aún queda trabajo por hacer para que a nivel social se comprenda mejor qué implican los diferentes modelos productivos y el significado completo de producción integrada y ecológica.
Uvas muy afectadas por míldiu. Foto: IRTA – CC BY 4.0.
¿Qué alternativas de manejo van a estudiar que puedan facilitar la sostenibilidad del sector?
Con la normativa cambiante, el sector no tiene más remedio que adaptarse, los que estén mejor preparados, antes tendrán una ventaja competitiva. En este sentido, además de poner en mercado productos alternativos, se propondrán guías de protección integrada, que incluyan sistemas de apoyo a la toma de decisiones, basados en tecnologías para una aplicación más precisa, allá donde sea necesario, cuando sea necesario y con la mínima dosis que sea efectiva. Y también en toda la gestión del suelo: como hay que manejar las cubiertas vegetales, controlar las malas hierbas con tecnologías que aseguren suelos más sanos.
En este sentido, ¿qué ventajas presenta el uso de productos de protección alternativos y naturales?
Ahora les llamamos productos alternativos, porque no son los habituales, pero llegarán a serlo. Son productos que incluyen sustancias que son mucho más específicas, que se basan en las soluciones que la propia naturaleza brinda por la propia competencia entre especies. Por ejemplo, un agente de biocontrol es un organismo que actúa bien como depredador o parásito del patógeno (sin serlo de otros organismos), bien como competidor en el nicho ecológico, en alguna de las fases del ciclo vital del patógeno.
La viña y el olivar son dos cultivos muy distintos. ¿Qué aspectos se van a trabajar en cada uno?
Por una parte, hemos escogido las principales enfermedades y plagas que afectan a la viña y el olivo: mildiu, oídio, botritis y polilla del racimo en viña y ojo de gallo, mosca del olivo, polilla del olivo y cochinilla negra. El consorcio cuenta con científicos y productores en cada cultivo. En ambos casos se buscarán productos específicos para estas plagas, los sistemas de aplicación estarán adaptados a la morfología y al ciclo de cada cultivo, e incluso a la diversidad dentro de cada uno, ya que las variedades, los tipos de suelo, de plantación y manejo que se hacen en cada país son diferentes y por eso se llevaran a cabo pilotos en los cinco países productores: Grecia, Italia, Francia España y Portugal. Y tan importante como el desarrollo de productos y tecnologías es llevarlo al mercado, al usuario final y al consumidor, por ello también tenemos evaluaciones de costes, impactos y aceptación de usuarios y consumidores. Y una estrategia de transferencia, comunicación y difusión de resultados que ponga a disposición de todos los resultados de NOVATERRA.
Uno de sus objetivos es desarrollar una plataforma de agricultura inteligente. ¿Cree que la digitalización es una herramienta clave para la agricultura actual?
La digitalización ya ha entrado en todos los aspectos de la vida cotidiana y en todas las profesiones. La agricultura no es menos. Es una industria potente y si se quiere se competitivo hay que pasar por la digitalización. Las herramientas tecnológicas sensores, robótica, IoT deben hacerse robustas para las condiciones de campo, a la vez que asequibles en costes y uso para que sean accesibles a todos los usuarios. Ello también pasa por la digitalización de las zonas rurales. La sociedad también tiene que entender que el agricultor es un profesional formado que nos provee a todos de alimentos y que si queremos alimentos de alta calidad, diversidad y sanos hay que darle los medios tecnológicos y económicos para hacerlo. Todo ello forma parte de las políticas europeas del Green Deal y Farm to fork, que se están desplegando
¿Cómo se imagina la industria de los fitosanitarios del futuro? ¿Cómo pueden los fabricantes adaptarse a esta tendencia más sostenible?
La industria en sí debe seguir existiendo, porque no se puede garantizar la alimentación para una humanidad que sigue creciendo sin combatir las plagas, pero al igual que cualquier otro sector se debe adaptar con un componente muy fuerte de innovación y desarrollo, y me atrevería a decir que fuertemente asociado con el entramado de investigación, pero también con la industria de la maquinaria, de las comunicaciones, el sector productivo y la salud humana. Cualquier producto alternativo que se desarrolle debe cumplir con la propia normativa, pero también con la expectativas de los usuarios finales. Por muy eficiente que sea cualquier principio activo o agente de biocontrol, si su aplicación es muy compleja o cara, su nivel de adopción será muy bajo o muy lento. Hay que decir que las empresas de la industria de los fitosanitarios ya están en esta vía, abriendo líneas de investigación y producción que eran impensables hace muy pocos años.