La industria valora la situación del sector juguetero y las previsiones para 2024 (Parte 3)

“Nos encontramos ante un consumidor cada vez más exigente, que busca que los juguetes aporten un valor añadido, que se asocien a las tendencias actuales de estilos de vida saludables y respetuosas con el medio ambiente. Hay formatos de juegos ‘digitales’ que cada vez están más solicitados, pero aun así los juguetes tradicionales, como las muñecas, bicicletas o juegos educativos, seguirán teniendo un lugar importante en el mercado. Por su parte, los juguetes y juegos kidults están cogiendo una gran presencia en el sector. Son adultos que mantienen gustos y tendencias de consumo tradicionalmente vinculadas a la infancia. Y otra tendencia que también está al alza es la eco-friendly. Actualmente hay una creciente tendencia en el desarrollo de juguetes más ecológicos y respetuosos con el medio ambiente, tanto en el producto en sí como en su forma de producción”.

“Actualmente seguimos con una gran incertidumbre. Una vez más las compras se retrasarán y empezarán a animarse a última hora. El próximo año será duro. La situación de inestabilidad y los momentos de represión en las compras pasarán factura al sector. En mi opinión, a veces nos subimos al carro de campañas o modas para intentar animar las ventas y creo que se consigue justo el efecto contrario, podría nombrar como ejemplo el Black Friday, que provoca un retraso más arduo de las ventas. Creemos que las prioridades a la hora de comprar juguetes y juegos se centran en el valor añadido del producto, además del valor educacional y emocional”.

“Las previsiones para el cierre del año son más pesimistas que las de pasadas campañas. Esperamos una caída de ventas con respecto al año pasado debido a los crecientes conflictos internacionales, la inflación y su consecuente merma del poder adquisitivo de los clientes. El niño y niña busca piezas con las que representar roles tanto de escenas cotidianas como de fantasía, mientras se conoce a el mismo y al mundo que le rodea. Los padres seguirán apostando por productos seguros y de calidad, que aporten valores educacionales y que ayuden a sus hijos a aprender mientras se divierten. Desde la pandemia, los hábitos de compra son cambiantes e inciertos, aunque el factor calidad-precio sigue siendo el factor de mayor peso en la decisión de compra. El principal reto es seguir ofreciendo productos con una relación calidad-precio competitiva”.

“Estamos atravesando un año de dificultad, en el que, en nuestro caso, la exportación es la que está tirando del carro y al final parece que se salvara este año tan confuso. Se recuperará parte de lo perdido el año pasado, pero no lo suficiente. 2024 creo que es una gran incógnita y no me atrevo a predecir nada al respecto, viniendo de tiempos tan convulsos a todos los niveles, no sé qué nos depara el futuro inmediato y, por ello, la evolución del sector es imprevisible. El principal reto es seguir haciendo marca, con seguridad y calidad e ir adaptándonos a las exigencias de sostenibilidad y aportando mucho valor social detrás de cada producto. Además, de tener mucha resiliencia porque hay que adaptarse a la baja natalidad e ir explorando otros caminos”.

“El sector juguetero se encuentra en una incertidumbre constante desde los últimos años en un entorno muy cambiante. Ahora mismo se está viendo resentido especialmente por la inflación. En un sector sensible a los precios, ya que las familias a lo largo del año priorizan su presupuesto más limitado a cubrir otras necesidades básicas. No obstante, somos positivos y en base a nuestras previsiones en Navidad esperamos cerrar una campaña que pueda superar la del año pasado. Las dos principales tendencias son la sostenibilidad y la digitalización. El consumidor cada vez está más concienciado medioambientalmente y demanda productos sostenibles con más frecuencia. Respecto a la digitalización, una gran parte del mercado más tradicional se está adaptando de una forma u otra. Cada vez se apuesta más por productos con un formato híbrido, donde, aunque lo físico sigue siendo protagonista, se le incluye también algún componente digital que potencie la experiencia”.

“El sector se encuentra en una fase de caída de ventas generalizada con perspectiva negativa para el cierre del año, y creemos que durante la Campaña de Navidad y Reyes la decisión de compra se retrasará hasta el último momento. Respecto al target kidult, es un público interesante para el sector, ya que nos permite ampliar el número de clientes potenciales. Sin duda, es una categoría de productos que evolucionará de forma positiva. En cuanto a la tendencia eco-friendly, creo que el consumidor no lo aprecia de forma sustancial y no se le ve muy predispuesto a pagar más por ser un artículo eco. En conclusión, las expectativas son negativas, dada la situación económica y geopolítica. El ticket medio de compra se verá reducido y la categoría de impulso crecerá de forma importante”.

“El sector juguetero sigue evolucionando y adaptándose a las nuevas tendencias digitales, así como a las nuevas prioridades del consumidor. En este sentido, se encuentra en constante cambio y debemos saber adaptarnos rápidamente. Los productos que se buscan deben ser duraderos y educativos, además es muy importante también poner el foco en la sostenibilidad. El consumidor (niño y niña) elige un producto en función de la diversión y/o los personajes. Sin embargo, el comprador (los padres) prioriza que el juguete ilusione a sus hijos, además de contribuir a su educación y desarrollo. Los padres tienen una mayor sensibilidad hacia juguetes más educativos y juegos que pueden compartir con sus hijos. Actualmente, tendemos hacia la publicidad online por rapidez de impacto, costes y público al que llegamos. También vemos que empieza a despuntar y estar muy presente el metaverso”.

“Las expectativas principales para 2024 incluyen una mayor demanda de juguetes educativos y sostenibles. Los retos incluyen la necesidad de mantener altos estándares de seguridad, además de la sostenibilidad en la fabricación y distribución de juguetes. En la actualidad, la industria del juguete está experimentando una continua transformación. Para el próximo año, se prevé un crecimiento constante, impulsado por la demanda de experiencias compartidas en el hogar y la necesidad de desconectar de las pantallas. Los juegos de mesa y los puzles seguirán siendo populares. Es importante continuar innovando, manteniendo altos estándares de calidad y expandiendo la presencia en línea para aprovechar las oportunidades en un mercado en evolución”.

“Nuestras expectativas son de mantenimiento respecto al mismo periodo del año anterior. Los productos sostenibles y los enfocados al target kidult empezarán a tener más presencia en los lineales. Respecto al kidult, ofrece una oportunidad de negocio para el sector juguetero. Es un consumidor, en general, que tiene un gasto medio mayor, siendo comprador y consumidor del artículo. Aspectos como el juego, la creatividad o la aspiracionalidad influyen en la elección por parte del consumidor, mientras los padres se fijan en aspectos como la seguridad del producto. La evolución de 2024 dependerá, en gran medida, de factores como la inflación, la sostenibilidad y el descenso de la natalidad”.

“Estamos ante una situación complicada. Todavía hay mucho miedo por la situación económica y la adaptación del mercado a la nueva realidad, en lo que a ‘estrenos’ relativos a entretenimiento se refiere. Por este motivo, nos estamos adaptando a la nueva situación de mercado y a la nueva manera de ‘comercializar’ entretenimiento. Respecto al público kidult, siempre ha asistido a las jugueterías, pues como padres siempre han entrado. Ahora los compradores se están dando cuenta de la oportunidad de negocio y en un principio debería seguir aumentando en el futuro próximo. Como retos, consideramos importante adaptarse a la nueva situación y a la manera de trabajar de los productos, además de a la situación económica volátil en la que estamos instalados”.

“El consumidor actual ha utilizado la tecnología desde muy joven por lo que los juguetes más tradicionales son más difíciles que les sean interesantes, con lo que hay que dirigirse a ellos a través de sus canales de comunicación como son las redes sociales. El cliente tiene que estar informado tanto de las tendencias actuales, como de la evolución de los gustos de los consumidores. Los hábitos cambian porque los consumidores cada vez llegan antes a la adolescencia, con lo que cambian los gustos, tendencias y peticiones. El uso del móvil cambia su forma de ver el mundo y a su vez aumenta su visión del mercado con nuevos conceptos e ideas, haciendo que sus gustos evolucionen a un mercado más adolescente y adulto, variando gustos y conceptos. La decisión de compra será determinada sobre todo por la información que les pueda llegar por las redes sociales”.

“La situación del sector juguetero en estos momentos es muy delicada. Esperamos y deseamos que se mejor de cara a la Campaña de Navidad y Reyes. Entre las principales tendencias en cuanto a producto, destacamos la importancia de los productos licenciados y el aumento de la oferta de productos para el target kidult. Por otro lado, no observamos variaciones considerables respecto a los hábitos de compra de juguetes y juegos y sus prioridades. Para 2024, esperamos un crecimiento de ventas”.

“El sector juguetero está viéndose afectado, como otros sectores, y las ventas están bajando respecto al año anterior. Los gastos básicos de las familias no dejan de crecer, debido a la subida de precios en productos básicos, hipotecas, etc. Esto hace que la capacidad de consumir otro tipo de artículos, como los juguetes, sea menor y por ello el mercado se vea afectado. No hay indicadores que nos hagan pensar que esta tendencia vaya a cambiar a corto plazo. El target kidult es un segmento cada día más importante para el sector juguetero, tras la caída de la natalidad y la competencia de los videojuegos y móviles. Debemos aprovechar esta oportunidad ofreciendo productos y espacios dedicados a este público y así ampliar nuestros clientes”.

“Mi conclusión final es que mientras estemos en una economía de recesión, alta inflación y mucha inestabilidad política mundial, se dificulta de manera muy importante la aportación de las empresas fabricantes de juguetes de nuevos productos, pues nos mantenemos expectantes al desarrollo de la economía. Si no hay beneficios, no hay inversión en I+D. Creo que en la actualidad estamos en un momento de conservar y no de incorporar productos nuevos, mantenemos lo que conocemos e intentamos adquirirlo al mejor precio. Por su parte, los padres se inclinan por el producto de precio más bajo, por la situación económica actual, con lo que se deja muy poco margen para incorporar juguetes con valor añadido”.

“Nos enfrentamos a un tiempo de constantes cambios económicos y sociales. Las familias se enfrentan a fenómenos críticos como la subida de las hipotecas, la inflación o el temor a la expansión de diversos conflictos. Estos acontecimientos y la gran incertidumbre actual llevan a las familias a contraer su gasto, y afecta incluso a factores claves en el desarrollo demográfico y económico de nuestro país, como por ejemplo la disminución progresiva en los índices de natalidad o las importantes restricciones y la aparición de nuevos patrones en el consumo. También se está produciendo desde hace años un cambio muy importante en el uso de dispositivos electrónicos en la infancia. La escasa disponibilidad de tiempo de los padres, a causa de los complejos estilos de vida actuales y las dificultades de conciliación, sumado a los contenidos sencillos, atractivos e incluso adictivos de los móviles y tablets, están facilitando hábitos muy negativos de los niños con estos dispositivos”.

“Los padres suelen seleccionar juguetes que son apropiados para la edad y la etapa de desarrollo de su hijo. Las recomendaciones de otros padres, las reseñas online y opiniones de expertos pueden influir en la decisión de compra. Otra variable que se tiene en cuenta es que sea de una marca de confianza, además también valoran que el juguete sea divertido y entretenido para el niño. Las tendencias y modas pueden influir en la elección de juguetes. Los padres pueden comprar juguetes populares o de moda si creen que a sus hijos les gustarán. Además, algunos padres pueden considerar aspectos éticos al elegir juguetes, como la sostenibilidad, la fabricación ética y la procedencia de los productos. En definitiva, la compra final de un juguete depende de una combinación de factores que incluyen las necesidades y preferencias del niño, la seguridad, la calidad, el valor educativo, el presupuesto y la influencia de las opiniones y recomendaciones de otros padres”.