Los investigadores de la Universidad de Alberta trabajan ahora para que la ciencia que hay detrás de los tejidos autodescontaminantes se adapte bien a la cadena de producción
La ropa antivirus, cada vez más cerca de la cadena de producción de uniformes
Gracias a una subvención de 50.000 dólares de la Alianza covid-19 del NSERC, la científica textil Patricia Dolez dirigió una investigación para desarrollar un tratamiento textil que mata los virus solo con el contacto. “Estamos desarrollando algo que hará que estos tejidos se autodescontaminen”, explicaba Dolez, profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Agrícolas, de la Vida y Medioambientales, que trabaja con sus colegas Cagri Ayranci, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería; Mark McDermott, profesor de la Facultad de Ciencias; y la empresa Logistik Unicorp, como socio industrial.
Partiendo de una tecnología ya existente, el equipo de Dolez adaptó una sustancia química utilizada para desinfectar piscinas al uso textil. El producto químico es sensible a la luz, por lo que Dolez y sus colegas trabajaron para convertirlo en un compuesto resistente a la luz que pueda aplicarse a los tejidos. Las prendas protectoras podrían entonces lavarse y reutilizarse, para mayor eficacia y sostenibilidad.
“Imagina no contaminar a nadie más ni a ti mismo cuando toques tu mascarilla. Cuando la bacteria o el virus mueren al tocar el tejido, ya no pueden hacer más daño”, en palabras de la doctora Dolez. “Esto demuestra que, incluso con pequeñas mejoras en la tecnología, podemos hacer que los equipos de protección individual sean mejores que los actuales”, señaló Dolez.
El compuesto “rompería la cadena de contaminación cruzada”, añadió. “Imagine que no contaminará a nadie más, ni siquiera a sí mismo, cuando toque su mascarilla. Cuando la bacteria o el virus mueren al tocar el tejido, ya no pueden hacer más daño”. Eso significa menos posibilidades de infección entre los propios trabajadores sanitarios y sus pacientes.
Del laboratorio a la cadena de producción
La empresa canadiense Logistik Unicorp, proveedora de soluciones de confección gestionadas que ya trabaja con uniformes militares, desarrollaría asociaciones para llevar el producto a la fase de fabricación y comercialización.
Los investigadores de la Universidad de Alberta trabajan ahora para que la ciencia que hay detrás de los tejidos autodescontaminantes se adapten bien a la cadena de producción.
“Queremos sacar la tecnología del laboratorio y ampliarla para que sea eficiente y compatible con los procesos de fabricación industrial, lo cual es un gran paso”, afirma Patricia Dolez.
Para que la producción industrial a gran escala sea económicamente viable, el proyecto, de un año de duración, se centra en mejorar el rendimiento a corto y largo plazo de un acabado textil que Dolez y sus colegas investigadores James Harynuk y Jane Batcheller están estudiando. El trabajo cuenta con una financiación de casi un millón de dólares del programa de Innovación para la Excelencia y la Seguridad de la Defensa del Departamento de Defensa Nacional.
El acabado utiliza N-halaminas, compuestos capaces de matar bacterias y virus con rapidez y eficacia, y que pueden injertarse fácilmente en los tejidos. Una vez ampliado, podría aplicarse a los uniformes de protección de soldados, personal hospitalario, bomberos y paramédicos.
“Esta solución podría aplicarse a cualquier tipo de ropa de protección, incluso a mascarillas, lo que supondría una forma más de ayudar a los equipos de intervención inmediata a mantenerse sanos y seguros”, explica Dolez.
Los investigadores también desarrollarán un sistema de recarga necesario para reactivar el acabado que se ha aplicado a una prenda, lo que requiere sumergirla en soluciones que contengan cloro, como la lejía. “Los soldados sobre el terreno no siempre tienen acceso a lujos como agua corriente o lavadoras, por lo que es necesario que exista una forma sencilla de recargar sus prendas en condiciones duras y entornos remotos”, señala Dolez. “Queremos desarrollar un sistema que ocupe lo mínimo, que no sea voluminoso ni pesado, que no haya que hacerlo a menudo y que se pueda aplicar fácilmente. Podría ser un polvo o un líquido”.
Los investigadores están adaptando la tecnología a las necesidades de los primeros intervinientes asociándose con Logistik Unicorp Inc, una empresa canadiense que gestiona cadenas de suministro para una serie de clientes corporativos y gubernamentales de todo el mundo que utilizan ropa de protección. “Consultan a sus clientes, lo que aporta a nuestra investigación una visión global que no se limita a una tecnología textil o una aplicación”, dice Dolez. “Eso nos va a ayudar a encontrar el mejor proceso de producción para nuestra solución”.