Los delantales más poderosos ya están aquí
Para las mujeres era un uniforme dentro y fuera del hogar. En trabajos como la venta de alimentos, cocina, lavandería, costura, en conserveras, fábricas de dulces o frente a los telares en el sector textil, los grandes delantales servían para preservar la ropa de diario. A mediados del siglo XX, se fue imponiendo la costumbre de dejar el delantal en el puesto de trabajo y salir a la calle sin él.
Con los cambios de la uniformidad en el trabajo y debido a posiciones feministas, el delantal se convirtió en un símbolo de la supeditación de la mujer a los trabajos domésticos.
Expulsar esta prenda tan útil de las cocinas de los hogares ocasionó —y todavía sigue ocasionando— disgustos y frustración debido a manchas y salpicaduras de aceite sobre las prendas de vestir. Si bien, las protagonistas procuraban manejar los fogones a cierta distancia.
En este ínterin, pasaron décadas. No fue hasta que la cocina se convirtió en el octavo arte que cambiaron las tornas. Cocineros famosos portada del Times lucían sus delantales con orgullo; se consideró nuevamente que el delantal era la prenda más idónea para servir mesas; el diseño adaptó esta prenda a la uniformidad de restaurantes con estrellas y, paralelamente, muchos hombres escogieron como hobby la cocina, vistiéndose con un delantal.
Hoy, en los hogares, ya no se titubea ante la practicidad de cubrirse con uno. Hasta el punto de que el delantal puede incluso ser un regalo de aniversario.
Dando un gran paso hacia la innovación, Maison Balmont ha diseñado unos delantales premium capaces de hacerle frente a cualquier contingencia. Fabricados en España con materiales y tejidos también de confección nacional, unen a la practicidad que se les supone un buen diseño y prestaciones que, en estos tiempos, se perciben como un valor añadido, como su certificado antibacteriano. Pero hay más. Los tejidos son anti-manchas, resistentes a la rotura —incluso por congelación (-23º)—, ignífugos —puedes acercarte a los fogones sin peligro—, e impermeables.