El material filtrante CoolSAFE y el ajuste VarioFLEX, claves de la protección de las FFP de Dräger
Desde el pasado mes de mayo, cuando se impuso su uso obligatorio, las mascarillas se han convertido en un elemento indispensable de nuestro día a día. Al principio, la oferta fue escasa, sin embargo, ahora se puede elegir entre muy diferentes modelos pero no todos ofrecen el mismo nivel de protección ni el mismo ajuste, especialmente a los profesionales sanitarios y aquellos que están más expuestos al virus. Con el objetivo de facilitar su correcta identificación y selección, Dräger, empresa especialista en tecnología destinada a proteger y salvar vidas, explica las características técnicas que diferencian unas de otras.
Protección con la mayor facilidad para respirar gracias al tejido CoolSAFE
De acuerdo con la normativa vigente, las mascarillas FFP2 y FFP3 se diseñan para proteger al máximo a la persona que las usa por lo que deben ser capaces de filtrar al menos el 94% y 99%, respectivamente, de todas las partículas del ambiente, independientemente de su naturaleza o tamaño.
Para lograr esto, las mascarillas de Dräger se fabrican con su material filtrante exclusivo CoolSAFE, probado con partículas microscópicas y a temperaturas extremas, desde -30 a 70°C, para cumplir con los máximos estándares de calidad exigidos por la norma.
Ajuste con tecnología VarioFLEX
Gracias a la sujeción a la nuca del usuario y no en las orejas, como otros modelos, se consigue que la mascarilla ajuste perfectamente sin posibilidad de fuga. Además, se facilita su comodidad al llevarla puesta, eliminando incómodas presiones. Todo esto se culmina con una almohadilla situada en el interior de la mascarilla, a la altura de la nariz, y un clip metálico en la parte exterior que contribuyen a completar un fijado suave pero efectivo.
Sello de Conformidad Europea
Para saber si un producto cumple con todos los requerimientos hay que fijarse en si cuentan con los sellos y marcas que acreditan su validez como EPI dentro del marco regulatorio de la UE.
En primer lugar, tras el nombre del fabricante y del modelo de producto, deberá aparecer el sello de Conformidad Europea (CE) seguido de un código numérico de cuatro cifras que indica el centro externo que ha homologado su validez; en el caso de los productos Dräger, la prestigiosa compañía de certificación DEKRA. Al lado de esta información debe aparecer otro código, referido a la norma europea que rige la validez de estos productos: EN-149-2001.
Código NR para identificar la durabilidad
Un ejemplo de producto que no supera las exigencias de la UE son las mascarillas con la inscripción KN95, el equivalente asiático a la denominación FFP2. Estas mascarillas no están obligadas a superar los exámenes exhaustivos que se realizan en Europa y son homologadas directamente por su fabricante. Por este motivo, su comercialización en Europa vuelve a estar prohibida después de un periodo de gracia concedido en 2020 debido a la escasez de material.
"La utilidad de las mascarillas FFP2 y FFP3 está comprobada gracias a décadas de uso, innovación y perfeccionamiento. Se trata de productos que cumplen con la máxima de nuestra compañía, Tecnología para la vida, porque sin duda son efectivas para proteger y salvar vidas en el contexto de la terrible crisis sanitaria que nos ha tocado atravesar“, apunta el Managing Director de Dräger en Iberia, Dionisio Martínez de Velasco.