El Protocolo familiar, el aliado de las empresas familiares para afrontar la sucesión
Durante el último año, la consultora Family Business Solutions, especializada en lograr el relevo generacional en las empresas familiares, ha detectado un aumento en el apremio por prever y regular la sucesión en este tipo de negocios, que han tomado conciencia del riesgo que supone tener que afrontar graves contingencias, como la COVID-19, sin tener previsto su futuro y el relevo del fundador.
“Lamentablemente, muchos negocios familiares no logran la continuidad y esto se debe, en buena parte, a no planificar debidamente y con tiempo el traspaso a la siguiente generación”, alerta Agustín, “en cambio, aquellas familias que apuestan por planificar la sucesión con un Protocolo familiar tienen muchas más probabilidades de éxito”, afirma. El Protocolo familiar es la herramienta más utilizada para garantizar la continuidad de las empresas familiares y preservar el patrimonio y la armonía en las relaciones familiares.
Errores a evitar en el desarrollo de un Protocolo familiar
La consultora Family Business Solutions señala que los principales errores que se cometen al elaborar un Protocolo Familiar son los siguientes:
- No darse cuenta de que no existe una visión compartida del proyecto entre los firmantes, sin la cual la continuidad de la empresa familiar no es posible.
- No tener en cuenta todas las inquietudes y expectativas de los familiares.
- Que en la elaboración no participen y se comprometan todas las generaciones implicadas, a partir de una cierta edad consensuada.
- Iniciar el proceso del Protocolo familiar en un momento poco adecuado, cuando el grado de armonía familiar y compromiso con la empresa no son los mínimos necesarios.
- ‘Echar tierra’ sobre problemas existentes y no afrontarlos durante el proceso de Protocolo familiar para subsanarlos y construir sobre cimientos sólidos.
- No alinear la estrategia empresarial con la familiar.
- No respetar el Protocolo familiar y excepcionar continuamente las decisiones consensuadas y firmadas que se recogen en él.
- No revisar el Protocolo Familiar para actualizarlo a la realidad de la familia/empresa en cada momento.