Hotel Bahía del Duque: un referente en lujo, ecología, buen gusto y placer
El 20 de noviembre de 1993 se inauguró el Hotel Bahía del Duque, un impresionante edificio ubicado en Costa Adeje, en el sur de la isla de Tenerife (Islas Canarias). Se materializaba así un sueño que años atrás albergaban un grupo de interioristas, empresarios y arquitectos, y que consistía en levantar un complejo hotelero de gran calidad. Veinte años después, el Hotel Bahía del Duque ya es un referente de lujo, exclusividad, servicio impecable y ubicación estratégica. Elegido por muchos expertos como uno de los mejores establecimientos que existen en el mundo, el hotel supuso una inversión de más de 60 millones de euros y cuenta en su staff con 600 empleados. El establecimiento es, a su vez, referente ecológico por los 63.000 metros cuadrados de vegetación tropical y subtropical que tiene, y que ha propiciado el desarrollo de un bioclima propio.
Uno de los valores más importantes del hotel es su playa, configurada por cinco conchas a lo largo de 950 metros de litoral. Esta playa, conocida como playa del Duque, cuenta con casetas individuales y servicios exclusivos para los clientes del hotel, como entrenamiento de deportes acuáticos, picnic en la playa, etc.
Y para quienes buscan la mayor privacidad y un servicio muy personalizado, están las Villas del Duque, un referente del lujo más exclusivo. Se trata de 40 residencias obra del prestigioso interiorista Pascua Ortega y del arquitecto Teótimo Rodríguez, con la colaboración del decorador canario Perico Mesa.
Un vestuario diverso que configura un delicioso conjunto
No sólo la vegetación exuberante y la gran extensión que ocupan las instalaciones del Hotel Bahía del Duque contribuyen a que uno se sienta en un mundo aparte, también el personal viste con un estilo que se fusiona con el entorno. El look nos remonta a los siglos XVIII, XIX y principios del XX y está inspirado en la indumentaria tradicional canaria. El investigador Juan Cruz, máximo experto en el tema, fue el asesor en la adaptación de la vestimenta típica de las islas a los uniformes, empleando telas más ligeras y confortables que las originales. Aún así, los tejidos que se utilizan siguen siendo materiales nobles, como el lino, el algodón puro o los brocados de seda natural.
Los trajes al completo se confeccionan en los talleres propios de que dispone el hotel, siguiendo los patrones originales. Cada departamento tiene asignada una uniformidad distinta, siempre dentro del estilo tradicional del archipiélago. Sombreros, pañuelos, polainas, fajas, corpiños… componen un universo original.
El Hotel del Duque ha conseguido marcar diferencias con otros establecimientos también a través de la uniformidad de su personal, realmente única y muy del agrado de sus clientes.