Evitar contaminantes gracias a la limpieza y desinfección de las instalaciones
Hay que cumplir una serie de normas de higiene que garanticen la seguridad de los alimentos para que los mismos lleguen al consumidor sin contaminar y que puedan producir daños para la salud de los mismos, como una enfermedad de transmisión alimentaria, todas ellas recogidas en el R.D. 109/2010 de 5 de febrero que establece la responsabilidad de la empresa en esta materia.
Los alimentos se pueden contaminar por:
- Agentes físicos como cristales, espinas, huesos, plásticos, etc.
- Agentes químicos como, insecticidas, plaguicidas, productos de limpieza, etc.
- Agentes biológicos como insectos, parásitos, microorganismos, etc.
Esto contaminantes pueden estar en el ambiente, en los utensilios de cocina, en las instalaciones, en otros alimentos, en los residuos generados y en el personal que manipula los alimentos.
Para evitar que estos contaminantes lleguen a los alimentos y de ahí al consumidor hay que:
- Mantener los alimentos bien conservados y almacenados.
- Cuidar el envasado y etiquetado correcto para tener una buena trazabilidad del producto.
- Formar al personal que manipulan los alimentos.
- Cuidar la higiene en el puesto de trabajo, tener una buena higiene personal, usar vestuario adecuado y exclusivo para la manipulación de alimentos.
- Limpiar y desinfectar las instalaciones y utensilios.
- Implantar un sistema de autocontrol APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos).
Por lo dicho anteriormente, uno de los puntos fundamentales para garantizar la seguridad de los alimentos es la limpieza y desinfección de las instalaciones y utensilios. Al limpiar eliminamos todos los residuos visibles que pueden servir como alimento a los microorganismos, pero si solo limpiamos no se eliminan todos los posibles microorganismos que podrían crecer, hay hacer una desinfección con la que se conseguirá eliminarlos para que no haya riesgo de contaminación de los alimentos.
Para llevar a cabo una buena limpieza y desinfección se tiene que programar el proceso, controlar los medios (personal, productos y otros materiales), y registrar todo el proceso. Hay que tener en cuenta que:
- Los utensilios que están en contacto con los alimentos no deben tener zonas donde se pueda acumular la suciedad.
- Las piezas de las máquinas que estén en contacto con los alimentos tienen que ser desmontables.
- En las instalaciones no se permite el barrido en seco.
- No se pueden almacenar productos de limpieza con los alimentos.
- No se permita el uso de productos de limpieza domésticos, se utilizarán productos específicos e idóneos para cada caso.
- No está permitido el uso de bayetas ni trapos, deben utilizarse productos desechables.
- Los utensilios limpios y desinfectados deben almacenarse en un sitio donde no puedan contaminarse de nuevo, como armarios con luz ultravioleta.
Para la desinfección de superficies existen muchos productos en el mercado por lo que hay que conocer las materias activas biocidas y los productos formulados con ellas, así como sus características e idoneidad.
La acción biocida de los desinfectantes que se aplican a las superficies está influida por:
- El tiempo de contacto.
- La temperatura de aplicación.
- La concentración, La tensión superficial de la solución desinfectante y el PH.
- Un limpieza previa eficaz de las superficies con detergentes que separen la suciedad.
Al programar el proceso de limpieza y desinfección se debe conocer los microorganismos que hay que combatir y así definir qué tipo desinfectante utilizar. Hay casos en los que el desinfectante debe actuar sobre más de un tipo de microorganismo.
Los microorganismos que pueden contaminar los alimentos y producir enfermedades son:
- Mohos y levaduras.
- Micobacterias
- Virus
- Bacterias
La membrana citoplasmática que los envuelve es la que determina las características biológicas específicas para adaptarse a la acción de los desinfectantes. La composición de esta membrana es la que marca su capacidad de resistencia a la acción biocida de los desinfectantes, delimitando el espectro de actividad de los mismos.
Los desinfectantes pueden ser Clorados, Cloro e hipoclorito sódico.
- Alcoholes
- Agua oxigenada o peróxido de hidrogeno
- Ácido peracético
- Aminas terciarias
- Glutaraldehído
- Sales de amonio
- Biguanidas poliméricas
- Ácidos y álcalis.
Paños de desinfección de superficies: los paños de desinfección de superficies impregnados de alcohol son muy eficaces en la eliminación de un amplio espectro de microorganismos. La sustancia activa es el alcohol etílico o etanol.
El etanol se utiliza comúnmente como desinfectante para las manos y las superficies y no es corrosivo para la mayoría de las superficies. El etanol tiene una actividad residual limitada debido a la evaporación, lo que da como resultado breves tiempos de contacto y actividad limitada en presencia de material orgánico. El etanol es más eficaz cuando se combina con agua purificada para facilitar la difusión a través de la membrana celular. Una mezcla de 70% de etanol diluido en agua es eficaz contra un amplio espectro de microorganismos. Se requieren mezclas de alta concentración, como 80% de etanol + 5% de isopropanol, para inactivar eficazmente virus envueltos en lípidos como el VIH, la hepatitis B y la hepatitis C. Este nivel de concentración también es eficaz contra el norovirus que son los responsables del 50% de los brotes de gastroenteritis.
Las toallitas desinfectantes con alcohol son la última generación en desinfección de superficies de alimentos sin aclarado, eliminando los microorganismos y haciendo que las superficies sean seguras en menos de 60 segundos.
Las toallitas desinfectantes para superficies con alcohol Pal TX han sido diseñadas para uso profesional en la limpieza y desinfección de entornos donde se manipulan alimentos. Son muy eficaces contra los patógenos que contaminan los alimentos, permitiendo una desinfección rápida y sin residuos.
Este tipo de toallitas tienen las siguientes ventajas:
- Impregnación uniforme del desinfectante en toda la toallita. Evita que el líquido se acumule en el fondo del contenedor de toallitas.
- Liberación del líquido en forma controlada, incluso a través de la superficie al limpiar. Los ingredientes de las toallitas activas se transfieren a la superficie, no se mantienen en la toallita.
- Más fuerte en ambas direcciones que la mayoría de los materiales de toallitas. Menor riesgo de enganches y desgarros al limpiar superficies y equipos irregulares
- No quedan fibras sueltas en la superficie después de la limpieza. Reduce enormemente el riesgo de contaminación en superficies y equipos sensibles.
- No hay riesgo para el usuario durante su uso. El usuario no necesita utilizar equipos de protección individual.
Las toallitas son de color azul de 195 x 200 mm y se envasan en envases de 200 y 1.000 unidades.
El tejido está compuesto por tres capas de polipropileno de 20 g/m2 y 30 g/m2.
Cumplen con la norma EN 16615:2015. Evaluación de la eficacia de la desinfección superficial y la norma BS ISO 4120:2004. Análisis sensorial. Metodología. Prueba de triángulo.