Escalofriantes uniformes en las fuerzas de seguridad
Armadura Brewster, 1917.
El que más me llama la atención, por terrorífico, es la armadura de Brewster, diseñada para los francotiradores estadounidenses poco antes de finalizar la Primera Guerra Mundial. A pesar de la fatídica estética, la funcionalidad prima en este diseño, por la época de la que estamos hablando. El hecho de estar compuesta de acero evitaba que los francotiradores pudieran recibir disparos en zonas delicadas como cabeza y tronco. La armadura estaba compuesta por un peto y un casco que podían resistir las balas de ametralladora Lewis (con una velocidad de 820 m/s), pero pesaba 18 kg y dificultaba el movimiento del soldado.
Fuerzas especiales de Perú
Otro más moderno, pero no por ello menos atemorizante es el de las fuerzas especiales de Perú. Es evidente que en lo militar debe primar la funcionalidad, pero no tengo claro que la estética no deba tenerse en cuenta. Si te encuentras a un tipo con la armadura Brewster o con la cara pintada de negro, no piensas que puedes depositar tu confianza y tu vida en él. Más bien te pones a correr, y sálvese quien pueda, ¿no?.
Aún así, de noche, la funcionalidad de este traje se hace visible (válgase la ironía), porque no deja a la vista ni un trocito de carne que pueda ser detectada por el enemigo, menos los dientes, aunque supongo que ya sabrán ellos que no deben abrir la boca si no quieren ser descubiertos en sus misiones secretas.
Policía Taiwán
Por último, el más escalofriante, no por estética, sino por contexto, es el de las fuerzas especiales de la Policía de Taiwán. Lucen una apariencia mucho más propia de soldados de asalto robotizados (gracias RTactualidad por la expresión, no lo hubiera hecho mejor) que de agentes de ley y orden. Los uniformes, como vemos, consisten en una armadura a prueba de balas y una máscara balística de lo más escalofriante. Está diseñada para proteger a los policías de disparos a corta distancia, aunque no permiten la visión periférica. Imagino que su utilidad tendrá, porque no creo que sea demasiado cómoda, por no hablar de lo antiestética que puede llegar a ser.
El próximo día trataremos más a fondo la justificación del vestuario de camuflaje y su evolución de patrones. Los militares no siempre han ido equipados para camuflarse, sino al contrario. En un principio, las tropas de los diferentes ejércitos vestían de formas llamativas, con el objetivo de identificar al ejército del país al que pertenecían. Las elevadas muertes en el campo de combate hicieron replantearse a las autoridades el tema de la discreción. ¡El martes os lo cuento!