Uniformes con capital social
Parece que las primeras referencias de la existencia de castellers que se conocen son del siglo XVIII, en Tarragona. En principio, estos castillos eran una forma de finalizar un popular baile, el “Baile de los valencianos”, que se realizaba entorno a procesiones religiosas. Pero el Castell fue adquiriendo tanta importancia que poco a poco dejó de estar ligado a las procesiones y adquirió su propia personalidad.
Los castellers tienen un vínculo especial entre ellos por el hecho de formar parte de esta comunidad, y es una herencia que pasa de padres a hijos. Si uno de los primogénitos es casteller, difícilmente el hijo no entrará en el grupo. Hablamos de un sector de la población con un elevadísimo capital social. Se trata de un grupo abierto, todo el mundo es susceptible de entrar, pero normalmente los integrantes presentan un perfil muy concreto, y por tanto se convierte en un grupo muy homogéneo y con unos principios muy fuertes y arraigados.
Aunque me voy un poco del tema, no está de más hacer una referencia a los grupos con capital social, donde se deposita una confianza en los demás miembros desde el primer momento, sin conocerles, como por ejemplo los judíos con el negocio de los diamantes. En el caso de los castellers, les confías tu seguridad física, y por lo tanto, los lazos se estrechan mucho más rápido. Así pues, el hecho de pertenecer a un grupo con una tradición tan grande te hace pertenecer también a una nueva familia.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=fJ_zaYbzu3U[/youtube]
Este vínculo se transmite de cara al exterior mediante los uniformes que usan. Los uniformes, como ya llevamos diciendo un tiempo, son una herramienta fundamental para transmitir la personalidad y los valores del grupo o compañía a la que perteneces, así como los tuyos propios. Por tanto, es importante sentirse identificado con éste para desarrollar las funciones que el uniforme requiere de la mejor manera posible.
En este caso no suele haber interferencias entre los valores personales y los que transmite el uniforme, dado el carácter no lucrativo y solidario que caracteriza a los castellers. Hace un par de años hubo una polémica sobre el patrocinio por parte de algunas marcas, pero se rechazó rápidamente tal propuesta por principios de la comunidad castellera.
El uniforme de un casteller está compuesto de camisa de color con un escudo de la colla, un pantalón blanco, una faja y un pañuelo. Además, los chiquillos, que son los que coronan la torre, usan un casco protector. Se trata de una indumentaria que nació para ser funcional pero que ha llegado a adquirir tanto significado simbólico y sentimental que sería imposible cambiarlo.
La camisa es de manga larga y del color característico de cada colla castellera. Incorpora también el escudo distintivo cosido en el pecho, sobre el bolsillo. Un gesto característico de los castellers es recogerse el cuello de la camisa con los dientes mientras hacen la torre. Es un gesto funcional, para que no se arrugue la camisa, pero que forma parte de toda la tradición a la hora de formar un castillo.
El pantalón suele ser blanco y resistente pata aguantar los tirones de las personas que van escalando. Tiene la cintura alta y estrecha por el mismo motivo. La faja suele ser negra y ancha, y se enrolla alrededor de los riñones para proteger la zona lumbar de los esfuerzos, y a la vez sirve de punto de apoyo para los que van a formar los pisos superiores.
El pañuelo es uno de los detalles más característicos. Originalmente servía para cubrirse la cabeza pero con el tiempo ha ido adoptando otras funciones, además de la puramente ornamental. La variante más usual en la decoración del pañuelo es la de llevar bordado el escudo del grupo, pero también se ven pañuelos conmemorativos de diadas o actos señalados con diferentes mensajes estampados.
Por último, los niños de los pisos superiores (acotxador y enxaneta) llevan casco por seguridad, tanto en ensayo como en plaza. El casco casteller se generalizó después de algunos años de desarrollo en que algunos grupos habían comenzado a adoptarlo. Durante la temporada 2006-07 ya demostró su efectividad a la hora de evitar posibles lesiones craneoencefálicas en las caídas. El casco, de poliestireno expandido es diseñado y fabricado por la casa NZI, con un peso de 230 gramos y dimensiones de 24cm x 21cm x 18cm.
Así pues, inevitablemente este colectivo tan antiguo transmite unos valores mediante su indumentaria que, aunque como todo, en sus inicios era puramente funcional, ha adquirido un significado social que difícilmente desaparecerá de la sociedad catalana.