Uniformes con tradición (II): La tuna de Medicina en Barcelona
En un post anterior hablaba de los tunos, como colectivo característico y llamativo con una larga tradición. Dudamos de si todavía existen o qué función tienen hoy en día. Verdaderamente no es algo habitual encontrarse una tuna a las once de la noche por las calles de la ciudad. Aún así, la curiosidad me llevó a ponerme en contacto con algunos miembros de la tuna universitaria de Barcelona, en concreto la de la facultad de Medicina, para que me explicaran desde dentro cuales son los valores y la misión de este colectivo.
Adrià y Lluís son estudiantes de la facultad de medicina, pero cuando se visten de tuno, se convierten en Chipirón y Añejo. Es el poder del uniforme. Dice Adrià que la variedad de personalidades y ocupaciones profesionales de los miembros de su tuna es notoria, pero que la magia llega cuando te pones la beca y te conviertes en un igual. No eres un estudiante de primero, o un especialista en neurocirugía, sino que eres un tuno, uno más entre todos tus compañeros.
Lo primero que les pregunté era el origen y la funcionalidad de tan característica indumentaria. Se remonta al siglo XIII, cuando la gente con menos recursos empezaba a acceder a los estudios superiores gracias a algunas becas fue cuando surgió el movimiento de la tuna, antes llamados sopistas.
“Se llaman así porque cantaban a cambio de que la gente les ofreciera comida. ¡Siempre iban preparados con la cuchara de madera en la mano!”
El traje de tuno era el traje que llevaban los universitarios antaño, pero se ha convertido, con el tiempo, en la vestimenta que nos caracteriza. Tiene varias partes, pero al más importante es la beca, que es del color de la facultad que representa, y la capa, donde se cosen los logros y/o emblemas que vas consiguiendo cuando subes de categoría o visitas algún lugar del mundo con la tuna.
Añejo, el más veterano como su nombre indica, lleva en su capa alrededor de cincuenta emblemas de distintas ciudades del mundo, que ha tenido oportunidad de visitar gracias a formar parte de este colectivo. Sus labores son las BBC (bodas, bautizos y comuniones) que es de donde se autofinancian, ya que no reciben subvención.
“Tampoco la necesitamos, y por lo tanto vemos abusivo pedir dinero que no nos hace falta en los tiempos que corren. Podemos autoabastecernos para mantener la tuna viva, y la verdad es que ninguno de los integrantes busca lucrarse con esta actividad”
Además de lo dicho, la mayoría de los viernes hacen rondas por residencias o pisos de estudiantes, donde cantan algunas canciones bajo el balcón de las solicitantes, y posteriormente se les ofrece algo de cena.
Aunque la tuna es un mundo desconocido y muchas veces prejuzgado (nos ven antiguos, desfasados), dice Chipirón que una vez lo conoces, es difícil escapar de él. Aún así, para modernizarse, hacen versiones de canciones clásicas del folklore.
“Hay un clavelitos-rock que es mucho más ameno de cantar”
Así, el uniforme convierte a los chicos en un tipo de persona, con unos valores de solidaridad y compañerismo que van implícitos en él, además del espíritu altruista que los caracteriza. Como todos los uniformes, transmite una personalidad y hace que aquél que lo viste, deba adoptarla. Por eso es tan importante acertar con él. En este caso, formar parte de la tuna es voluntario, y por tanto no produce tantos problemas como cuando lucir un uniforme que choca con los principios individuales es obligatorio.
Os dejo un enlace para que podáis profundizar en el origen y significado de cada una de las piezas del uniforme, y un video para que veáis a estos chicos cantar.
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=NBJ3eekygbo[/youtube]
Por último agradecer a Adrià y a Lluís su tiempo y dedicación! Muchas gracias