El parlamento, un lugar para transgredir
Redacción Jobwear06/03/2014
No somos UK. Tenemos constitución escrita, pactada, cerrada y por lo que parece inamovible. Pero eso no significa que todas las leyes estén escritas. Y sin olvidar aquello de lo que jamás nos desharemos, que es nuestro carácter latino, "todo aquello que no está prohibido, se puede hacer".
David Fernández lo sabe. Transgresor y revolucionario nato, aparece por primera vez en su asiento de diputado con tejanos y una camiseta reivindicando una causa social. No sé quién dijo que para ir a los plenos había que ir con corbata. No encuentro un argumento sólido que justifique porqué David no debería de ir con camisetas a los plenos. Que yo sepa no hace daño a nadie y las paredes del parlamento siguen en pie.
Deduzco bastante deprisa que lo de David se trata de un uniforme con principios. Uniforme quizás no solo de trabajo, sino un uniforme de vida. Su demanda: cambios en el sistema político. Su actuación: cambios en el sistema político. Parece de lo más lógico.
David Fernández, CUP
Normalmente las personas que trabajan en política, sobre todo diputados y miembros del poder ejecutivo se visten de una forma elegante y neutra para asistir a actos y encuentros. Transmiten, se supone, seriedad y todo lo que viene implícito en las marcas y en el “traje y corbata”.
¿Qué pasa? ¿Que David es menos serio por no ponerse una corbata? La CUP es un partido revolucionario que lucha por los derechos sociales del pueblo e internamente funciona de forma democrática y sin jerarquías. No tiene porque dar una imagen distante, ni es el jefe de nadie, por lo que su imagen responde a lo que realmente es.
No todo el mundo lo ve así, y siempre hay quejas de la oposición. Sin ir más lejos, la primera vez que David acudió a un pleno con su propio uniforme, una regidora del ayuntamiento tuiteó algunos comentarios más bien ofensivos referentes a la camiseta y la falta de respeto por esas normas de vestimenta no escritas.
Pero sean cuales sean las quejas, la revolución ha llegado al Parlamento. En un hemiciclo en que la corbata y la americana forman parte del código no escrito de vestimenta, la entrada de la CUP a la cámara catalana rompió, hace un año, el tono monocromático.
David Fernández lo sabe. Transgresor y revolucionario nato, aparece por primera vez en su asiento de diputado con tejanos y una camiseta reivindicando una causa social. No sé quién dijo que para ir a los plenos había que ir con corbata. No encuentro un argumento sólido que justifique porqué David no debería de ir con camisetas a los plenos. Que yo sepa no hace daño a nadie y las paredes del parlamento siguen en pie.
Deduzco bastante deprisa que lo de David se trata de un uniforme con principios. Uniforme quizás no solo de trabajo, sino un uniforme de vida. Su demanda: cambios en el sistema político. Su actuación: cambios en el sistema político. Parece de lo más lógico.
David Fernández, CUP
Normalmente las personas que trabajan en política, sobre todo diputados y miembros del poder ejecutivo se visten de una forma elegante y neutra para asistir a actos y encuentros. Transmiten, se supone, seriedad y todo lo que viene implícito en las marcas y en el “traje y corbata”.
¿Qué pasa? ¿Que David es menos serio por no ponerse una corbata? La CUP es un partido revolucionario que lucha por los derechos sociales del pueblo e internamente funciona de forma democrática y sin jerarquías. No tiene porque dar una imagen distante, ni es el jefe de nadie, por lo que su imagen responde a lo que realmente es.
No todo el mundo lo ve así, y siempre hay quejas de la oposición. Sin ir más lejos, la primera vez que David acudió a un pleno con su propio uniforme, una regidora del ayuntamiento tuiteó algunos comentarios más bien ofensivos referentes a la camiseta y la falta de respeto por esas normas de vestimenta no escritas.
Pero sean cuales sean las quejas, la revolución ha llegado al Parlamento. En un hemiciclo en que la corbata y la americana forman parte del código no escrito de vestimenta, la entrada de la CUP a la cámara catalana rompió, hace un año, el tono monocromático.