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Etiquetado y codificación

Identificación para la trazabilidad, sí, pero limpia…

Delfín Amat, director comercial en Igorle S.L.03/04/2014
En una situación en la que el comercio mundial de la falsificación de medicamentos está en auge, la proliferación de imitaciones amenaza la vida de los pacientes y, conjuntamente con las distribuciones irregulares, el negocio de los fabricantes de productos farmacéuticos. Se produce un contexto en el que muchos países han adoptado nuevas leyes para intentar frenar el rápido avance de la piratería y corregir las ineficiencias del sistema. Para implementar estas nuevas legislaciones la industria debe ahora poner en práctica las normas de una manera oportuna apoyándose en las tecnologías adecuadas.

La cantidad de diferentes reglamentaciones internacionales, con el denominador común de tender a la codificación por unidad mínima en lugar de lote, incluyendo en la identificación de ésta unidad mínima la cantidad de datos suficiente que asegure su posterior seguimiento inequívoco y dificulte en todo lo posible actuaciones fraudulentas, hace que en la selección de los equipos y tecnologías aplicables deba primar ser lo más flexibles posible además de aunar una alta capacidad gráfica con la total inocuidad para los entornos limpios en los que debe instalarse, el medio ambiente y un costo lo menor posible de operación.

Por otro lado, las elevadas exigencias de trazabilidad que están sobreviniendo harán que se produzca un denso tráfico de intercambio de información hacia y desde los sistemas de identificación por lo que los equipos a implementar deben estar también dotados de las más amplias posibilidades de comunicaciones en tiempo real y ser capaces tanto de cambiar instantáneamente la información a imprimir como de realimentar a los sistemas de T&T de toda la información por ellos producida. Cuando hablamos de alta capacidad gráfica estamos haciendo referencia a equipos que deben ser capaces de trabajar en resoluciones que permitan imprimir códigos 2D que encapsulen la gran cantidad de información necesaria en un espacio lo más reducido posible.

Evidentemente estos equipos deben soportar también la inclusión en los mensajes de cualquier símbolo gráfico conocido y la utilización directa de todas las fuentes disponibles en la actualidad. Dada la elevada cantidad de productos a identificar por cada fabricante, esta capacidad gráfica debe conjugarse con que el coste de impresión por producto debe ser de lo más reducido, para que su impacto en la producción se minimice, esto debe poder conseguirse si los equipos destinados a la identificación de los productos trabajan con el menor número de consumibles posible, utilizándolos en su totalidad para imprimir, y disponen de un elevado rango de resoluciones que puedan aplicarse de forma selectiva a los diferentes elementos del mensaje y que además permitan variados ajustes dentro de una misma resolución.

Delfín Amat, director comercial de Igorle S.L.

Delfín Amat, director comercial de Igorle S.L.

De esta forma el usuario del equipo podría asegurar la correcta legibilidad tanto de los códigos para lectura humana como de los destinados a la lectura automatizada, a un coste unitario asumible. Adicionalmente a las características enumeradas anteriormente, el equipo deberá poder imprimir con un solo tipo de tinta sobre cualquier superficie o tener una gama de tintas suficientemente versátil como para hacerlo y que su cambio sea rápido sin trabajos ni ajustes engorrosos. El hacer referencia al uso de la menor cantidad posible de consumibles y que se utilicen en su totalidad para imprimir nos lleva a comentar el punto de la total inocuidad para los entornos limpios en los que debe instalarse y el medio ambiente. En la industria que nos ocupa, los entornos de trabajo son normalmente libres de polución, si no estériles, en los que no tiene cabida ningún equipo que pueda tener riesgos de vertidos sobre los costosos equipos de proceso, suelos técnicos y producto terminado, ya producto.

Por otro lado, la utilización de sistemas de impresión que produzcan emanaciones, bien por evaporación de solventes, bien por vaporización de sustratos, hará que se liberen compuestos orgánicos volátiles, denominados normalmente VOC ó COV, en mayor o menor cantidad, con los consiguientes riegos para el medio ambiente y el personal que se encuentre a diario en sus inmediaciones. La legislación cada vez es más restrictiva contra los procesos o productos que emiten VOC porque muchos de ellos son peligrosos contaminantes del aire. Otro punto a tener en cuenta cuando se habla de costes de operación son los derivados del funcionamiento. En el funcionamiento diario de los equipos tenemos una serie de costos añadidos al de la propia tinta de imprimir y a la electricidad consumida por los equipos de identificación. En el caso de equipos que funcionan con múltiples consumibles, normalmente uno de ellos se utiliza solamente como medio para la disolución y transporte del otro, evaporándose continuamente durante el tiempo de encendido del equipo, por lo que literalmente estamos evaporando parte de nuestro coste de codificación. Si hacemos referencia a las tecnologías de identificación que no utilizan ningún consumible y que funcionan por vaporización del sustrato a imprimir.

Normalmente precisa de equipos auxiliares destinados a la absorción de los vapores y partículas producidas, que, en primer lugar, consumen una determinada cantidad de energía eléctrica para su funcionamiento diario, teniendo también, en segundo lugar, un coste asociado en el cambio de los elementos filtrantes y en la necesidad de neutralizar el contenido de estos una vez se han sustituido. Otro aspecto a tener en cuenta, dentro del coste de operación, es el mantenimiento de los equipos, tanto el directo por elementos a sustituir, limpiezas, etc., como el producido por los tiempos de parada de línea por estos trabajos de limpieza diaria o mantenimientos, que en muchos casos es mayor que el primero.

El equipo también debe ser flexible y fácil de utilizar...

El equipo también debe ser flexible y fácil de utilizar, esto se conseguiría dotando al controlador de una interfaz altamente amigable con todas las funciones necesarias para la creación y configuración de mensajes básicos.

Lo ideal debería ser utilizar un equipo libre de mantenimiento, por lo que sus costes asociados serían nulos, en el que el elemento impresor y el circuito de fluidos no sean parte del equipo si no que se renueven con cada nueva recarga de tinta, lo que evitaría la necesidad de costosas reparaciones, y que además su puesta en marcha fuese tan rápida y sencilla como la de una impresora de sobremesa, con lo que no nos produciría costes asociados a los tiempos muertos dedicados a limpiezas o esperas de arranque y parada. Con respecto a la recarga de tinta, el equipo debería tener un control fiable y exacto del consumo resultante de cada una de las impresiones que realiza y consecuentemente de su autonomía.

Esto le permitiría avisar con la antelación suficiente, por todos los medios posibles, de la inminente necesidad de sustitución de los consumibles, asegurando también por su diseño de base que esta sustitución de consumibles puede hacerse sin posibilidad de que una manipulación errónea dañe los equipos o se produzcan vertidos de los fluidos. Para finalizar con el punto del respeto al medio ambiente, hay que comentar también que el equipo ideal de identificación debería reutilizar los contenedores en los que se transporta el consumible utilizado para la impresión, minimizando los residuos producidos y propiciando la reutilización de recursos en lugar de precisar de una costosa destrucción controlada de los envases.

Siguiendo ahora con las capacidades de intercambio de información, el equipo de identificación seleccionado deberá implementar sistemas operativos estándar no propietarios lo más resistentes posible al fallo, almacenar gran cantidad de datos, ser totalmente autosuficiente y al mismo tiempo capaz de funcionar en entornos de redes locales con elevado tráfico, tener una interfaz abierta y comunicar bajo protocolos estándar fáciles de implementar, como puede ser XML. Idealmente debería disponer también de posibilidad de supervisión desde cualquier ordenador asociado a su red local sin necesidad de software adicional específico y de lanzar avisos de forma proactiva sobre su estado dentro de esa misma red.

El equipo también debe ser flexible y fácil de utilizar, esto se conseguiría dotando al controlador de una interfaz altamente amigable con todas las funciones necesarias para la creación y configuración de mensajes básicos, donde el operador vea realmente cual será la apariencia final de mensaje que está creando/modificando, lo que comúnmente se denomina WYSIWYG. El suministro estándar del equipo debería además incluir un software de uso simple que permita al usuario crear desde cualquier ordenador mensajes mucho más sofisticados de forma intuitiva mediante una interfaz gráfica, pudiendo transmitirlos al equipo de identificación dentro de la red local, con funciones tan simples como copiar/pegar o en su defecto mediante medios de uso habitual como los lápices de memoria.

Todas estas reflexiones nos llevan a un solo tipo de equipos, los que desempeñan sus funciones basándose en la probada tecnología de inyección térmica de tinta de HP, denominada TIJ, estos sistemas funcionan con resoluciones de hasta 600x600 dpi para la que algunos fabricantes han desarrollado sofisticados sistemas que mantienen el control del consumo mediante el uso de un elevado número de resoluciones y múltiples ajustes individuales dentro del mismo mensaje. Funcionan con un solo consumible, la tinta, que está encapsulada en un cartucho reciclable varias veces que contiene todos los elementos necesarios para la conducción y propulsión de ésta. No producen ningún tipo de emanación durante su funcionamiento.

Funcionan con un solo consumible, la tinta...

Funcionan con un solo consumible, la tinta, que está encapsulada en un cartucho reciclable varias veces que contiene todos los elementos necesarios para la conducción y propulsión de ésta.

Se dispone de una amplísima gama de tintas, algunas de ellas capaces de fijarse sobre superficies no porosas, siendo su sustitución tan simple como cambiar un cartucho, llegando algunos equipos del mercado a reconocer que tipo de tinta tienen cargada, ajustándose los parámetros de trabajo óptimos de forma totalmente automática y transparente al usuario. Virtualmente, están libres de mantenimiento porque no contienen elementos móviles, funcionando algunos de ellos mediante electrónica fría y carcasas con disipación pasiva dotadas de protección IP65 que los libera incluso de problemas con ventiladores o producidos por la entrada dentro de los equipos de elementos o sustancias que los puedan dañar.

Su funcionamiento es básicamente el de cualquier equipo electrónico, similar al de una impresora de sobremesa, salvando las distancias por los controladores que incorporan, en los que, dependiendo del fabricante podemos encontrar sofisticados sistemas basados en procesadores industriales de alta velocidad que incorporan el sistema operativo Linux y que le permiten implementar funciones de almacenamiento, programación y comunicaciones de alto nivel con todos los equipos y dispositivos de su entorno, llegando en algunos casos a incorporar completos servidores web y el lanzamiento de eventos de status. Estos mismos fabricantes ofrecen también la posibilidad de utilizar cualquier fuente disponible en el mercado, cargándose en el equipo por el simple procedimiento de copiar/pegar y de incluir dentro de los mensajes códigos 2D dinámicos ‘on the fly’.

Esto nos llevaría a definir estos equipos con una prolongación de la frase que da título al artículo, Identificación para la trazabilidad, sí, pero limpia, amigable, respetuosa, barata y sobre todo eficaz. Terminando ya, me parece interesante dar unas pincelada sobre el sorprendente funcionamiento de la tecnología TIJ mediante la cual se calienta una minúscula burbuja de tinta a 100 °C por micro segundo, produciendo una expansión de esta en forma de gota hasta que su tamaño hace que se colapse y salga disparada desde el inyector hacia el sustrato a imprimir, creando un vacío que aspira una nueva burbuja de tinta para reiniciar el proceso, todo esto con la rapidez necesaria para realizar este ciclo muchos miles de veces por segundo en 600 inyectores simultáneamente y conseguir plasmar la información deseada en más de 400 productos por minuto…, casi increíble.

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Smarktec | Igorle, S.L.

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