El plástico en la economía circular: soluciones para la sostenibilidad
Paula Torrijos y César Aliaga, Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene)
03/06/2020Este nuevo modelo implica empezar a considerar como recurso lo que tradicionalmente se conocía como residuo, reduciendo la necesidad de extracción de nuevas materias primas y por tanto permitiendo un uso más eficiente de los recursos.
Hace unos años no era extraño escuchar que los productos con material reciclado podrían tener unas prestaciones más limitadas y, por tanto, no serían capaces de competir con aquellos fabricados a partir de material virgen. El reto para alcanzar la economía circular radica en la reintroducción de materiales secundarios como materia prima para la obtención de productos de calidad.
La gestión de los residuos de productos y envases de plástico presenta limitaciones. Esto se debe principalmente a la variabilidad de materiales que dificulta en algunas ocasiones su correcta gestión.
La Unión Europea lanzó en 2015 el Plan de Acción para la Economía Circular con el objetivo de remodelar la economía europea y virar hacia este modelo circular sostenible. Uno de los puntos clave en el Plan es la prevención y gestión de residuos, que plantea objetivos de reciclado del 70% de los envases para 2030, el 65% de los residuos urbanos para 2035 y llevar a vertedero como máximo el 10% de los residuos recogidos selectivamente, también para el año 2035.
Algunos años después y como parte del “Green Deal”, la UE publicó este mes de marzo el nuevo Plan de Acción para la Economía Circular. Este Plan hace hincapié en los sectores y cadenas de valor donde es necesario emprender acciones coordinadas para la mejora de la sostenibilidad de los productos, entre los cuales destaca la cadena de valor de los envases y la de los plásticos.
En el sector del envase y embalaje, la Comisión Europea ha decidido revisar la Directiva 94/62/EC relativa a envases y residuos de envases con el fin de reducir y prevenir la cantidad de residuos de envase generados en el mercado europeo. Las medidas irán enfocadas hacia:
- la reducción del sobreembalaje y los residuos de envase
- el fomento del diseño para la reutilización y reciclabilidad de los envases
- la reducción de la complejidad de los materiales empleados
En el sector de los plásticos ya se adelantó, en la Estrategia europea para los plásticos difundida en 2018, el objetivo para 2030 de que todos los envases de plástico sean reutilizables o reciclables (mecánica y orgánicamente). Además, la Comisión Europea ha decidido dar prioridad en este documento a la incorporación de material reciclado a los productos de plástico, no solo de envases sino también de vehículos y materiales de construcción, además de medidas de reducción de residuos. Cabe mencionar otras medidas de acción relacionadas con la entrada de microplásticos en el medio ambiente.
Para dar respuesta a estos nuevos requisitos se hace necesario emprender acciones como: diseñar envases para que sean reutilizables o reciclables, aumentar el porcentaje de reciclado y aumentar la calidad de los materiales secundarios.
Para poder demostrar que un envase cumple con estos objetivos una buena herramienta es la evaluación de las normas armonizadas de envases. Estos documentos proponen un procedimiento para evaluar la capacidad de un envase para ser reciclable, reutilizable o compostable. Por ejemplo, mediante una evaluación siguiendo la norma EN 13430 es posible evaluar la aptitud del envase concreto para su reciclado en base a criterios de diseño, producción, uso, recogida y clasificación, además de la disponibilidad de tecnologías de reciclado.
Desde el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) asesoramos a las empresas desde hace más de 20 años para ayudar a conseguir que sus envases sean más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. No solo realizamos evaluaciones en base a normas armonizadas para asegurar que son reciclables, reutilizables o compostables, sino que además realizamos diagnósticos para evaluar los posibles aspectos de mejora del envase a través de herramientas como el ecodiseño.
Para poder mejorar la calidad de los materiales reciclados es importante atender a las etapas de clasificación y reciclado de los residuos de envases. Cuanta mayor pureza tengan las corrientes de los plásticos seleccionados, mayor será la calidad y menor será el esfuerzo de descontaminación y eliminación de impurezas en las plantas de reciclado. Además, una mayor calidad permite la utilización de los materiales reciclados en aplicaciones de mayor valor como, por ejemplo, para contacto alimentario.
En cuanto al desarrollo de nuevas tecnologías, destaca la investigación que se está realizando en la optimización de procesos de reciclado mecánico e incluso los avances para la implementación del reciclado químico.
En reciclado mecánico se están desarrollando iniciativas como Plasticircle, un proyecto europeo financiado por el programa Horizonte 2020 y coordinado por Itene centrado en el desarrollo de nuevas tecnologías de recogida, transporte, clasificación y reciclado de residuos plásticos de envase.
Por su parte, el reciclado químico, basado en procesos más complejos de despolimerización, permitiría complementar el reciclado mecánico en aquellos materiales que presentan mayores complejidades de reciclado como los plásticos multicapa. Hay varios proyectos de investigación en marcha que buscan la viabilidad de este tipo de tecnología y se espera que permitan un tratamiento optimizado a los plásticos en los próximos años.
Es importante mencionar que, además del reciclado, existen otros procesos que permiten la valorización de los envases como el compostaje, el cual es idóneo para el tratamiento de los materiales compostables. Asimismo, alternativas como la reutilización de envases presentan grandes posibilidades para los próximos años.
En definitiva, alcanzar la economía circular en el campo del plástico y de los envases es un elemento clave que necesita de la colaboración de toda la cadena de valor. El esfuerzo por parte de fabricantes de materias primas, transformadores, grandes distribuidores, gestores, recicladores, así como de la sociedad en general, es esencial para avanzar en este reto.