¿Estamos caminando hacia una industria textil sostenible?
Montserrat Gallego, presidenta de Triángulo de la Moda.
Industria sostenible
Campañas como “¿Quién hace mi ropa?”, iniciativa de Fashion Revolution tras el derrumbamiento del edificio en Rana Plaza de Dhacca Blangladesh donde murieron 1138 personas, han logrado abrir los ojos a una gran parte de la población. El objetivo de este tipo de iniciativas es concienciar a comercios y fabricantes sobre la necesidad de realizar una reforma en la cadena de distribución de la moda. Y es que hoy en día la industria textil es una de las más contaminantes. El consumo elevado de energía y agua, sumado al elevado uso del transporte de este sector para mover mercancía aumenta los índices de contaminación de este sector.
La alta contaminación está estrechamente ligada a los altos ritmos de producción. La denominada como fast fashion ha obligado a acelerar los procesos en todas las fases de producción. Desde las fábricas, que ya no sólo deben adelantarse en cuanto a las temporadas sino también respecto a la climatología, hasta la venta final. Todo el ciclo se ve afectado. Como hemos recalcado en multitud de ocasiones, el cambio climático afecta enormemente a ese sector cuyas ventas, hoy en día, están condicionadas directamente por la temperatura. A esto hay que sumarle la necesidad del consumidor de contar con las prendas de manera inmediata en tienda. Si hay algo que es tendencia, el cliente necesita poder adquirirlo cuanto antes. Esto obliga a los comercios a renovar su oferta prácticamente semanalmente.
Solucionar el problema de la mercancía sobrante
Educar al consumidor
También es fundamental para el sector que, a la vez que se desarrollan procesos de producción más rápidos, se trabaje en la creación de materiales que garanticen una buena calidad y que sean duraderos en el tiempo. De esta manera, podremos frenar la sobreproducción en el sector textil.
Vivimos en un periodo de evolución continua en el que es necesario que todos los eslabones del sector nos adaptemos a los nuevos cambios. El sector está viviendo una nueva revolución industrial en el que la sostenibilidad debe ser un requisito imprescindible. Por tanto, es tarea de todos concienciarnos de que es necesario un cambio en los hábitos de consumo y de producción para salvaguardar uno de los sectores más prometedores de la economía de nuestro país en el que hay más de 20.000 compañías de textil, confección y calzado.