Un revolucionario avance puede tener aplicación en el campo de la ingeniería de tejidos
Un equipo de investigadores de Reino Unido, Israel, Portugal y España, entre ellos miembros del Grupo Bioforge de la Universidad de Valladolid (UVa), ha desarrollado unos nuevos materiales con características inéditas: son capaces de generar espontáneamente sistemas de membranas que rápidamente evolucionan para formar de tubos.
La investigación, que pueden tener importantes aplicaciones en el campo de la ingeniería de tejidos, ha sido publicada recientemente en la revista Nature Chemistry.
Según detalla José Carlos Rodríguez Cabello, coordinador del Grupo Bioforge, quien ha formado parte del equipo científico junto con la también investigadora de la UVa Matilde Alonso, el desarrollo de moléculas cuya composición se inspira en las complejas moléculas biológicas presentes en los seres vivos, ha dado lugar a esta nueva clase de materiales con un alto carácter innovador.
Se trata de dos tipos de materiales: uno exclusivo desarrollado por Bioforge y producido para el propósito del trabajo, compuesto por un polímero proteico recombinante del tipo del que el grupo vallisoletano es especialista; y otro, un pequeño péptido anfifílico (con un extremo hidrofílico) más convencional.
Los investigadores han demostrado que, a partir de su solución acuosa, estos materiales tienen capacidad de autoensamblarse y crear estructuras tubulares por sí mimos, sin que medie ningún proceso de fabricación ni manipulación.
“Estas estructuras tubulares son fácilmente controlables en sus aspectos geométricos y pueden dar lugar a todo tipo de ramificaciones y sistemas tubulares complejos, como los que se pueden encontrar en el aparato circulatorio”, apunta Rodríguez Cabello en relación a su posible aplicación en el ámbito de la ingeniería de tejidos.
En este sentido, una de las características más innovadoras de estos tubos “autoconstruidos" es que son capaces de repararse por sí mismos cuando se rompen.
Este 'hito tecnológico', según asegura el propio equipo, ha sido fruto de un esfuerzo colaborador internacional en el que han participado, además de los miembros de la UVa, investigadores de la Queen Mary University of London (Reino Unido), de la Plataforma de Nanotecnología del Parque Científico de Barcelona, de la Universidad Ben-Gurión del Néguev (Israel), de la Universidad do Minho (Portugal) y de la Universidad de Barcelona.
La colaboración inicial surge entre el grupo londinense y el vallisoletano, que había trabajado conjuntamente en anteriores proyectos. Fruto de estos estudios previos se plantea el trabajo actual, al que se ha unido más tarde el resto de investigadores para reforzar las capacidades de análisis y perfilar mejor las conclusiones.