Entrevista con Mikel Boyra, Head of ICT & Tech Coach de Hastings School

El repentino cierre de los colegios en marzo de 2020 supuso un cambio en el modelo educativo que tuvieron que abordar los centros, quienes, además, desde la vuelta a las clases el pasado mes de junio, tuvieron que centrar esfuerzos en convertir las aulas en un entorno seguro. Hemos conversado con Mikel Boyra, Head of ICT & Tech Coach de Hastings School, quien nos ha contado su experiencia, subrayando el importante papel que ha jugado la tecnología, así como el gran esfuerzo que han realizado profesores y alumnos para adaptarse al nuevo escenario.

El colegio británico Hastings School es uno de los centros pioneros en educación británica de Madrid, que cuenta ya con seis campus en la capital. Pertenece desde hace algunos años al grupo internacional de Colegios Cognita, desde el que se está realizando una importante apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías.

Históricamente no había sido un colegio muy volcado en las nuevas tecnologías, pero hace ya varios años, reforzado por la entrada en el grupo Cognita, se decidió impulsar su introducción en las aulas.

En diciembre de 2019 teníamos un pan a tres años vista de implantar dispositivos uno a uno, pero en marzo de 2020, con la llegaba de la pandemia se aceleró. Ya teníamos la infraestructura de Windows 365, aunque hasta entonces se empleaba con dispositivos compartidos de HP. Ahora desde Secundaria en adelante cada alumno tiene un dispositivo portátil con Office 365. En Infantil y Primaria trabajan con iPads.

Pocos días después de la declaración del estado de alerta ya estábamos todos conectados. Mantuvimos el mismo horario lectivo desde el día uno. Hemos utilizado mucho las herramientas de colaboración, y nunca se paró la actividad.

En nuestro caso, los dispositivos portátiles, junto con Teams, la herramienta de colaboración, nos ha sido muy útiles porque nos ha permitido llevar las clases a casa, hacer deberes online… y además nos permite avanzar en el ‘blended learning’, la mezcla de actividades en el aula con actividades en el dispositivo desde casa.

Igualmente, cuando en estos meses algún profesor se ha tenido que quedar en casa por cuarentena, ha podido dar la clase desde allí y los alumnos la han seguido desde las pantallas que tenemos en el aula. Igualmente, los chavales que han pasado cuarentena en casa han podido seguir las clases a través de Teams, pudiendo intervenir igual que si estuvieran en el aula. Además, han podido avanzar porque muchas tareas son ya en digital.

Ese es el marco en el que estamos trabajando. Aunque no es obligatorio la adopción de lo digital, la idea es que los profesores adapten las herramientas que tenemos ahora mismo con sus objetivos de enseñanza. Hay profesores que quieren seguir trabajando de manera más manual porque es parte de su currículo. En ese caso, el dispositivo se usa de forma esporádica, otros lo usamos constantemente. Lo importante es que esté la herramienta que permita solventar los problemas de este momento que nos ha tocado vivir y luego que se adapte a las necesidades de cada asignatura. No obstante, no se busca que todos hagamos lo mismo, sino habilitar la tecnología para quien la quiera utilizar. A medio plazo sí existen planes para estandarizar algunas prácticas y tecnologías, pero ahora mismo se trata de habilitarlas y acompañar a los profesores para su adaptación.

Me parece relevante destacar el esfuerzo de los profesores. Hay algunos que son muy jóvenes, pero otros llevan dando clase 30 años con su pizarra de tiza, y en pocos días cambió todo. El recorrido que han hecho esas personas para usar el ordenador, programas integrados en Office 365, pizarras electrónicas, etc. en un tiempo tan breve es un hecho que a veces pasa desapercibido. Es verdad que el Colegio y la parte de IT han realizado un gran esfuerzo, pero el papel de adaptación del profesorado ha tenido también un valor relevante.

Ahora que hemos vuelto al centro hay cosas ‘de antes’ que hay recuperar, pero hay otras que ya se han quedado y cada uno ha ido creando su forma y metodología con lo nuevo, que se ha integrado en el día a día con lo tradicional.

También quiero destacar que a veces se nos olvida lo solos que han estado los chavales. Cuando no tienes al profesor cerca se hace todo más complicado porque la dinámica del aula ayuda mucho, pero los alumnos han demostrado una gran resiliencia para seguir trabajando.

En el Colegio tenemos alrededor de 1.200 alumnos. En Secundaria nos movemos, para las clases regulares, en una horquilla de 18 a 23 alumnos por aula. Eso nos ha hecho tener que modificar algunos espacios. Por ejemplo, instalaciones que teníamos como el ‘espacio maker’, salas habilitadas a modo de laboratorio con elementos de electrónica y diferente equipamiento, las hemos tenido que sacrificar para utilizarlas como aulas para asegurar la separación adecuada entre alumnos. Hay cosas que este año hemos perdido, están ahí aparcadas, pero lo prioritario en este momento es la seguridad.

Este año estamos implantando diferentes herramientas para reforzar el aprendizaje, como Century Tech, una herramienta de repaso que utilizamos ya antes del confinamiento, que se basa en una breve explicación y, por detrás, una Inteligencia Artificial va presentando nuevas preguntas o contenidos en función de lo que el alumno ha aprendido. Son herramientas que, cuando los chavales están de vacaciones y deben hacer un trabajo, en vez de tener que presentarlo al profesor a la vuelta, lo pueden corregir ellos mismos de una manera rápida.

Además, estamos introduciendo otra herramienta, llamada STEER AS Tracking, para monitorizar el bienestar de los chavales. Antes, para hacer esta tarea, los hacíamos llevando a los alumnos al aula de informática un par de veces al año, pero en este caso podemos hacerlo con mucha máas rapidez porque los alumnos cuentan con un dispositivo one-to-one en lugar de tener que recurrir a un espacio compartido.

Estamos pensando también en integra una plataforma para trabajar la seguridad. Ahora, al pertenecer a Cognita, la GDPR es de gran importancia para nosotros, y cada vez que queremos introducir una herramienta para los chavales tenemos que pasar un review interno. No es trivial, no es que yo decida usar una herramienta y ya está. Eso hace que todo sea más estandarizado y un poquito más lento, pero te ofrece garantías.

En definitiva, sí que vamos a ir avanzando, y la idea es que el dispositivo se convierta en una herramienta de uso diario, pero no excluyente. No queremos pasar a un modelo totalmente digital, si no que sea algo complementario.

En este momento no tenemos intención de pasarnos al libro digital porque en este caso que el tema de los costes es un tanto particular. En la educación privada, en los colegios británicos son los centros los que compran los libros y se lo prestan a los alumnos. Va incluido en la matrícula. Con este modelo un libro dura varios años, pero en el caso del libro digital, la licencia es anual y no son reutilizables. No existe el formato de libro digital que presta el colegio, lo cual es un ‘stopper’ para las familias.

No sé si más adelante se planteará, pero lo que sí que estamos empezando a comprar son paquetes de actividades. Por ejemplo, tenemos una que se llama eChalk, que tiene actividades, demostraciones, y diferente información que no sustituye a un libro, pero complementa muy bien la asignatura. Tenemos también otras herramientas de juegos de programación para los alumnos, etc., pero yo creo que una sustitución del libro papel por el libro digital a corto plazo no va a ser, a medio plazo, veremos qué ocurre más adelante, pero un libro digital que cuesta lo mismo que el libro de papel a las familias les cuesta verlo.

Nosotros tenemos en el centro un sistema de gestión británico, llamado SIMS, que viene a ser como el Educamos o el Alexia que tienen la mayoría de centros españoles, que se complementa con una herramienta corporativa llamada Cognita Connect para los reportes y la comunicación con las familias.

En el modelo británico la tutoría individual con los padres no es tan habitual. Salvo que haya un motivo excepcional, lo que se suele hacer es que, en una tarde se junta a todas las familias y van pasando, por turnos, a charlar unos minutos con cada profesor. Es muy eficiente, porque te permite reunirte muchas veces con los padres.

Como obviamente ahora no se puede meter a tantas familias en el centro, utilizamos una herramienta online que nos permita hacer esas reuniones de forma automatizada. Los padres pueden entrar en una plataforma, desde su teléfono móvil y desde cualquier lugar, y viendo los horarios de cada profesor, podrán tener esa reunión con ellos, pero en formato online. Esta herramienta va a venir a complementar el que haya notificaciones más personalizadas para los padres, con diferentes alertas que pueden definir.

Yo creo que es un ‘quid pro quo’. Por un lado, para nosotros es una apuesta porque implica determinados acuerdos a nivel de formación, certificaciones y compromiso con la herramienta, aunque es cierto que ya trabajábamos con Office 365 y esa parte ha sido sencilla de cumplir.

Sobre todo, ha supuesto un esfuerzo en la parte de formación de los profesores en el uso de determinadas aplicaciones, y en la parte de certificación. Entiendo que a medio plazo aparecerán nuevos condicionantes que tendremos que ir viendo.

La ventaja que tiene para nosotros es que vamos a contar con apoyo de Microsoft. Tienen un importante departamento de Marketing para comunicar a los padres el compromiso que tenemos con la tecnología con un fabricante como Microsoft. Entiendo que va a haber un acompañamiento en los nuevos desarrollos que haga la compañía. Office 365 y sobre todo Teams han cambiado mucho desde que empezó la pandemia en marzo del año pasado, algo normal teniendo en cuenta que su número de usuarios se ha multiplicado.

El estar en este proyecto nos permite acceder antes a nuevas funcionalidades y tener información adicional sobre por “dónde van los tiros”. Por ejemplo, en la reunión que tuvimos con Anthony Salcito, vicepresidente mundial de Educación de Microsoft, nos estuvo comentando muchas cosas sobre por dónde va la estrategia educativa de Microsoft.

Por tanto, creemos que el acuerdo es interesante para ambas partes. A corto plato no nos supone perder nuestra esencia, pero si queríamos actualizarla y completarla. Este formato lo permitía y apostamos por ello. Lo cierto es que estamos empezando; nos encontramos en la fase ‘incubator’, optando para entrar en fase ‘showcase’ y ver donde nos lleva, pero sin perder nuestra identidad.

'Microsoft Showcase School', un programa de excelencia basado en el compromiso con el cambio tecnológico

El Colegio Internacional Hastings School ha sido reconocido por Microsoft como uno de los centros con mejor uso de las tecnologías educativas, siendo nominado para ingresar en su programa ‘Incubator Path de Microsoft Showcase School’.

Microsoft Showcase School’ es una comunidad global de escuelas que comparten el objetivo común de enriquecer la enseñanza y el aprendizaje permanente de los alumnos. Un programa al que, hasta la fecha solo han accedido 11 colegios situados en España. Todos ellos persiguen un cambio innovador, desde el Marco de Transformación Educativa K-12 de Microsoft que, de la mano de los educadores, impulsa la transformación y la eficiencia en todo el centro.

Este paso previo se trata de un reconocimiento por parte del gigante tecnológico a todos aquellos colegios que integran la tecnología en la experiencia educativa de manera excepcional. Durante esta etapa, denominada ‘Incubator Path’, Microsoft apoyará y reforzará, junto a sus socios, las conexiones globales entre Hastings School y el resto de colegios nominados. También les guiará en el desarrollo de soluciones inéditas e investigaciones en nuevos campos educativos.

El compromiso de Hastings School con la transformación educativa y por la excelencia académica de sus alumnos, tanto dentro del aula como fuera de ella, ha sido la clave que les ha dado acceso a este programa de excelencia. Para conseguirlo ha sido determinante su esfuerzo por promover las tecnologías educativas de manera significativa, por fomentar el desarrollo profesional de los educadores y por potencias las habilidades para el futuro de los alumnos.

"Quiero destacar que a veces se nos olvida lo solos que han estado los chavales. Cuando no tienes al profesor cerca se hace todo más complicado porque la dinámica del aula ayuda mucho, pero los alumnos han demostrado una gran resiliencia para seguir trabajando"

Desde la nueva situación hay instalaciones del colegio, como el ‘espacio maker’, salas habilitadas a modo de laboratorio con elementos de electrónica y diferente equipamiento, que hemos tenido que sacrificar para utilizarlo como aulas para asegurar la separación adecuada entre alumnos